ROCA BLANCA

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Roca blanca lugar de encuentro sitio sagrado para ambos clanes, lugar donde Dea Dana perdió la vida, lugar donde la profecía fue oída por primera vez.

Al pie de la montaña los dos campamentos se levantaban frente a frente, en medio de ellos una tienda blanca donde se encontraban reunidos solo cuatro personas, Lionel de Eire, su hijo Lex, Jor El, señor de Alba y su segundo, Lord.

Fuera de ella, hombres de ambos clanes se observaban sin pestañear siquiera, cualquier movimiento extraño, a la menor orden atacaban.

Sam observaba atentamente a los lobos. El vapor que salía de sus narices y bocas con cada respiración que daban, como olfateaban el aire en busca de intrusos o una emboscada. Lena en cambio parecía una estatua de mármol a su lado, con la vista fija en la nada, Sam sabía que tenía sus sentidos puestos en su entorno.

-Esta situación se está llevando a muchos de nosotros, está dificultando nuestra existencia, somos pocos los puros, los demás infectados a nuestro servicio y bien saben que son pocos los que resisten a la mordida, y cuanto más nos costara entrenarlos. Hablaba con voz seria el señor de Alba.

-¿Y en que nos concierne a nosotros sus asuntos ? pronuncio Lionel con todo su desprecio en su voz. – Me vienes a contar algo que ya sabemos, he perdido hombres, miembros de mi familia y ¿me traes aquí para esto?

- Mis asuntos también son los tuyos. Escupió Jor El. Tenemos mucho que perder, no creo que quedarnos sin nada es una opción si estoy dispuesto a recurrir a todo por mantener mi clan y poderío. Creo, es más estoy absolutamente seguro que tú también.

- No es de mi agrado, es más ocupar un mismo espacio me causa disgusto. Pero no soy estúpido, esto se nos está escapando de las manos, ese guerrero nos pone en evidencia ante el mundo, por ahora solo son fantasías para los comunes. Pero pronto se pude transformar en una verdad, los comunes tal vez no sean más fuertes que nosotros, pero son más, nos superan por mucho en número y este guerrero o loco mistico tiene hombres entrenados, Y no tienen limitantes como nosotros. Admitió Lionel.

-De nuestra unión depende nuestra supervivencia. Debemos dejar de lado nuestras diferencias, la prioridad debe ser sobrevivir Pronuncio solemne Jor El.

- Y como nos aseguraremos que no falten a la unión que proponen, como poder confiar en ustedes, es una locura lo que piden padre. Escupio Lex

- Uniendo este tratado a la antigua usanza. Por sangre. Lo que la sangre sella no puede ser roto respondió Lionel

- ¡Padre es una locura! Unir nuestra sangre pura con bestias ¡¡. Bufo con asco Lex

- ¿Y según tú, es mejor unirnos en las canciones y relatos que cuenten nuestra muerte? . El niño no heredo precisamente tu inteligencia, sonrió Jor El. ¿Decides tu? ¿O el niño?

El silencio se hizo presente en la tienda. las miradas no se apartaban de los ojos del otro.

-Mi hijo no habla por mí. Rompió el silencio Lionel, lo que hizo apretar los dientes a Lex y removerse incómodo. Pactemos.

- Comprometeremos a un miembro de mi clan, con un miembro del tuyo. Tu sangre y mi sangre.

-Padre, se puso de pie Lex incrédulo

-¡Guardas silencio o te retiras!, fue un error traerte a ti, tu hermana es la estratega debería haber puesto a Lena a mi lado y a ti darte un palo para que vigiles la tienda, Gruño Lionel. Acepto, ¿qué propones Jor de la casa de El?

-Mi sobrina, hija de mi hermana Eliza señora de Ellan Vannin, que se una a un miembro de tu familia.

- Mi hija Lena, mi segunda al mando.

-Propongo mis señores que el tratado sea sellado. Propuso Lord, ambos señores asintieron con la cabeza. Acto seguido se realizaron cortes en su mano y se las estrecharon, sellando asi lo pactado.

El regreso fue en silencio, con un Lex portando un ceño fruncido. Con Lena y Sam comunicándose a través de miradas. Cabalgaron toda la noche cuando amanecía se adentraron en el bosque para evitar el sol directo y dejar descansar los caballos.

-Padre, iremos a cazar, me llevare a Sam y dos hombres. Los demás atenderán los caballos y tus necesidades. Hablo Lena

- Ve, ocúpate.

- ¿Cuándo le dirás que la entregaste a las bestias? Hablo con disgusto Lex. Y ¿desde cuándo estoy comprometido con Sam?

- Desde este momento, desde que a mí se me ocurra o lo decida. ¿Está claro? No iba a unir a mi heredero con un perro, solo obedece no me sigas decepcionando.

EL NOMBRE DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora