Aguas del Cielo

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Las trompetas anunciaban su llegada. Jor El y Astra se prepararon para recibirla con todo el protocolo debido a su rango. Haciendo su entrada al patio interno, montada en un corcel gris, seguida por unos treinta hombres y mujeres que se movían al unísono. Era un espectáculo digno de ver.

-Mi señora, bienvenida a esta su casa, pronuncio Astra haciendo una inclinación. Jor El tuvo que hacer un esfuerzo por contener su risa.

-Bienvenida hermana, gracias por honrarnos con tu visita. Ofreciendo su brazo para guiarla al interior de la fortaleza.

-Gracias a ambos por la bienvenida, si el clan me necesita Ellan Vannin responde,

Luego de los saludos protocolares e instalados Elisa en compañía de su hombre de confianza, su dama de compañía y consejera fueron escoltadas al banquete en su honor. Donde de paso se le puso al tanto de los acontecimientos.

-Y es así hermana mía, envié un mensaje a Eire, creo que con un enemigo en común nuestra opción para proteger a nuestra gente es unirnos.

-Es una opción muy inteligente Jor, primero el clan. Primero los clanes repitieron todos levantando su copa y brindando.

La sonrisa de Jor El se instaló en su boca. Primer movimiento ganado. Todos los presentes oyeron las palabras de la Señora de Aguas del Cielo. No se atrevió a pedir su apoyo militar en esto, sabía que no lo tendría, y no se arriesgaría a que su gente oyera la negativa, aguas del cielo los guerreros de Rao no se involucraban en situaciones como estas... por ahora.

-Como están las niñas querida cuñada?

-Creciendo muy deprisa para mi gusto, sanas, inteligentes, hermosas. Comento la madre orgullosa.

-Y debería agregar talentosas mi señora. Acoto Cat, la cual había acompañado a Elisa como consejera. Alex con sus 16 años está en la última etapa de entrenamiento. Kara con tan solo 11 está en penúltima etapa y es una jinete inigualable.

- Así es nacidas y criadas en Ellan Vannin, iluminadas por Rao. Roman hinchando su pecho de orgullo.

-Hermana, quisiera que me acompañaras en la reunión con Eire. Sé que es imposible. Bajando su cabeza, representando su papel a la perfección. –Al menos me gustaría que a mi regreso de la reunión estés aquí, significaría mucho para mí y para el clan, que también es el tuyo.

- Si es su deseo así será, pronuncio Elisa.

Astra bebía de su copa observando y oyendo todo. ¿Por qué la señora de Ellan Vannin tan sumisa?

-Si me lo permiten, voy a retirarme, el viaje fue largo. Tras lo cual todos hicieron una reverencia ante su partida.

Ya en sus aposentos.

-Que difícil esto Cat. Regresar aquí. Respirar odio.

-Todo tiene su propósito Elisa, además es tu clan, te necesitan. Están perdidos entre el odio y avaricia de tu hermano. Y ahora este guerrero amenazando nuestro estilo de vida, con la capacidad de matar lobos, vampiros y a todo aquel que no piense igual que el.

Mientras que en otros aposentos.

-¿Viste su cara?, se siente tan poderosa, superior, no sospecha que solo es una pieza a mover en tu juego amor.

-Tú lo dijiste mi luna. Se cree, pero no lo es. Esta tarde recibí la respuesta de Eire. La reunión será en 5 días, al pie de la montaña de la roca blanca. Saldremos mañana, cuida la fortaleza y ten vigilada a mi hermana.

En su antiguo aposento Elisa meditaba sobre todos los acontecimientos, los recuerdos llegaban a golpearla duramente, hace años que no visitaba el continente. La última vez fue para las exequias en honor a su madre hace seis años. Su cabeza era un desorden de recuerdos uno tras otro y así en un remolino de emociones se quedó dormida.

Por la mañana tanto en Eire como en Alba se preparaban para partir hacia la montaña Roca Blanca.

Los hombres se apresuraban en recoger sus cosas. los que trabajaban en las caballerizas corrían de un lado a otro, uno de ellos llamo la atención a Elisa un muchacho de aproximadamente 16 años, alto, delgado, movimientos torpes, había algo en su rostro, su mirada que llamo su atención. Además del ensañamiento que los demás mostraban hacia él, especialmente su sobrino Mon El.

- ¡apresúrate torpe campesino! El corcel de mi padre debe estar preparado prontamente, déjalo aquí y aléjate, sabes cuánto le disgusta tu presencia. Cuando el joven se alejaba tomo una piedra y se la lanzo a la cabeza provocando la risa de todos.

Una mujer del servicio que observaba la escena soltó de sus manos el jarrón de agua que sostenía mojando el borde de la túnica de Elisa.

-Lo siento mi señora, disculpe mi torpeza, me encargare de limpiar su túnica. Sus ojos iban desde Eliza hacia el muchacho que desaparecía en las caballerizas.

-No te preocupes, ¿Cómo es tu nombre?

-Marta mi señora

-Marta ve con el muchacho y luego me avisas como se encuentra.

-Gracias mi señora, se apresuró en ir detrás del muchacho.

Los hombres terminaron de montar, llevaban el estandarte del clan, con ellos 3 jinetes de Ellan Vannin.

Eliza paso la mañana recorriendo los jardines y visitando viejos amigos, entre ellos a Jeremías fueron muy buenos amigos desde la adolescencia. Ahora era miembro de la guardia de su hermano Jor El.

-Mi señora Eliza. Su sonrisa ocupo su rostro

-Jeremías, déjate de protocolos viejo amigo. Respondió Eliza envolviéndolo en un abrazo. Acompáñame por favor hace tanto que no veo las rosas de mi madre.

-Sera un placer, ofreció su brazo y la acompaño. Gratos recuerdos fluían entre ambos hasta que fueron interrumpidos por la presencia de un muchacho. – Kal acércate, indico Jeremías, el muchacho dudoso se acercó a ellos.

Eliza lo reconoció como el muchacho de las caballerizas.

-Mi señora, disculpe, solo ayudaba a mi madre cortando rosas, se excuso

- ¿Tu madre, Marta no es así? ¿Por qué le resultaba tan familiar el joven?

-Si mi señora, se sorprendió el.

-Kal es mi protegido, es un joven inteligente y buen guerrero, sonrió Jeremías. –puedes seguir ayudando a tu madre Kal lo despidió Jeremías.

Eliza lo vio alejarse, su porte, su sonrisa

- ¿Jeremías por qué el muchacho se me hace tan familiar?

-Toma asiento, te lo contare.

EL NOMBRE DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora