Capítulo XXXI

890 46 22
                                    

Ad se había tomado el día libre y yo decidí trabajar desde la casa, mi móvil comenzó a sonar y yo lo miré un momento antes de atender. Os pondré en contexto, Diane tenía 17 años, Eska tenía 15 y Graham y Jules tenían 11 años, decirlo de esa manera era una forma de darme cuenta de lo rápido que pasaba el tiempo.

— Señora Arias, perdón por llamarle, pero habla con la directora de la escuela de su hija, Diane — No quería saber qué es lo que había hecho ahora esa niña así que solté un suspiro y me recliné en la silla, Diane estaba ese momento de "rebeldía" así que por un motivo u otro no me sorprendió que me llamaran de la escuela.

— ¿Qué hizo ahora? — pregunté sin ganas de mantener una conversación extremadamente larga.

— De hecho, quería saber si su hija estaba enferma, no ha venido a clases en toda la semana — Tenía que ser una puta broma, era viernes, Ad estaba en la casa y lo único que me faltaba era esto.

— Claro si, lo siento, es un asunto familiar, el lunes ya estará por allá — Le respondí con simpleza.

— Perfecto, gracias por su tiempo señora Arias.

La señora corto la llamada y yo me quede mirando el teléfono esperando que cuando llamara a Diane no me diera un arranque de ira, y la llame, su móvil sonó un par de veces y luego contesto.

— ¿Dónde estás? — Pregunté sin más, si me decía en la escuela me iba a enojar, se suponía que no debió haber cogido el móvil porque supuestamente estaba en plena clase de matemáticas.

— En la escuela — la tranquilidad de la chica me estaba sacando de quicio, me aguante el suspiro de frustración.

— ¿Sí? Tu directora acaba de llamarme, te quiero en la casa ahora Diane Arias o yo misma te iré a buscar a donde sea que estés.

Cuando escuche una respuesta afirmativa por parte de Diane corte la llamada y me pase las manos por la cara para luego levantarme de la silla y bajar las escaleras, Ad estaba en el sofá leyendo, era su día libre y yo se lo iba a arruinar, me deje caer sobre el sofá al lado de ella y la mire, ella no despego la vista del libro en ningún momento, discúlpame dios por interrumpir la lectura de Ad y arruinarle el día.

— Diane a estado faltando a clases toda semana — solté sin ningún tipo de rodeo y ella me miró, la idea de que Diane estuviera vagando por la ciudad me molestaba, pero más aún me molestaba que jugara con su educación.

— ¿Hace cuanto lo sabes? — Su tono enojado hizo que me estremeciera y no pude evitar soltar un suspiro.

— 15 - 10 minutos no más que eso, llame a Diane para que viniera a la casa — Ella asintió con la cabeza.

— ¿Quieres que hable con ella cuando llegue? — La quedé mirando y negué con la cabeza, no era la mejor idea después de todo.

— No te preocupes, ya hablo yo con ella.

— Intenta no sobrepasarte con ella — Fue todo lo que dijo.

Ella volvió a leer mientras que yo esperaba que llegara Diane, agradezco que se demoró una media hora en aparecer porque me dio tiempo para calmarme no sé si se había demorado en llegar porque sabía que estaba en problemas o porque realmente estaba considerablemente lejos de la casa cuando le llamé, pero cuando llego me miro, Ad se levantó del sofá con su libro y salir del lugar dándole a entender que solo seriamos las dos en esto. En el momento en el que Ad se enojaba con Diane automáticamente la chica dejaba de ser "Nuestra" hija y pasaba a ser "mi" hija, era la forma que tenía Ad de responsabilizarme en estos temas.
Esta "Etapa" de rebeldía había comenzado cuando Diane tiene cerca de 15 años aproximadamente y sinceramente con Ad le habíamos tenido toda la paciencia del mundo, me había tocado calmar a Ad cuando Diane se había hecho una perforación en la ceja y me había tocado enojarme con Diane cuando la chica le había gritado a Ad «Lo que ocurría más veces de lo que me gustaría admitir», pero en lo personal no me gustaba enojarme con mis hijos.

Las Madres de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora