Las Madres de la Mafia

Capítulo XXI

Año Nuevo en casa de mis padres podía salir muy bien o muy mal pero bueno "que puede malir sal" en definitiva necesito una playera con esa frase.

Habíamos pasado el 27; 28 y 29 en la casa, ambas trabajando pues fin de año en las empresas era un dolor de culo para los informes y planillas y todas las cosas que se debían hacer en la empresa más que nada, yo en lo personal lo estaba pasando realmente mal con todo eso había olvidado como era de horrible esa experiencia, el estrés me estaba superando cuando el 30 por la mañana Ad entró al estudio.

— Nos vamos a la casa de tu tía, tu padre me mando la dirección, no te vas a salvar Lara, puede que los odies, pero son tu familia después de todo y vas a ir igual — la mire, le sonreí y me levante de la silla.

— ¿Te he dicho lo hermosa que eres Ad?

— No te vas a salvar Arias por más que me guste escuchar como me alagas así que ve a ponerte ropa yo manejo el primer tramo — No se podía decir que no lo intente.

— ¿Qué tía es?

— La que vive como a dos o tres horas — yo la miré y sonreí.

— Claro ¿Karen o Isidra? — ella miró su celular y luego me miro a mí.

— Karen — solté un suspiro y asentí con la cabeza.

— Bien, yo manejo, me voy a ir a duchar

Me di una ducha rápida, el viaje era de como tres horas solamente, pero aun así me pareció un poco agotador el hecho de tener que ir a la casa de mis tías, por más que no quisiera ir o por más agotador que me pareciera el hecho de tener que manejar o por muy mala idea que me pareciera tener a mis primos cerca de Diane, el simple hecho de pensar que le podían hacer algo a Diane, Mi Hija, me ponía nerviosa algo me decía que era mala idea ir, así como lo era todo lo correspondía a mi familia, pero no me iba a poner a discutir con Adelina, no quería eso así que simplemente acepte que teníamos que ir.

Cuando salí de la ducha me puse ropa cómoda para pasar tres horas en el auto manejando, no me recuperaba del todo del viaje a la casa de los padres de Ad, el próximo año le diría que hiciéramos algo en la casa pues no me apetecía pasar fin de año en el auto, lo único que agradecía era que Karen había sido la única con las neuronas para vivir cerca de ZME, en otras palabras era la única de las hermanas de mi madres que no vivía en medio de la nada, es decir, vivía en la ciudad a tres horas de esta.

Ad entró a la habitación y me miro un momento, algo me iba a preguntar, solo eso significaba esa mirada que traía y era algo que la tenia así desde que habíamos vuelto de la casa de su madre, pero no, ella no se esmeraba en decirme absolutamente nada, por más que le preguntara e intentara sacarle información esa era una tarea realmente difícil y sí, habíamos estado muchas veces en esa situación de la conversación en la que ella estaba a punto de decirme de una maldita vez que es lo que ocurría, pero aún no lograba encontrar la pregunta correcta para hacer que me dijera lo que sea que tenia que decir.

— ¿Alguna costumbre de la que deba saber? — ella dirigió al armario, ya se había puesto ropa, seguramente cuando yo estaba en la ducha.

— Lleva algo blanco para año nuevo, me refiero a ropa, aunque si llegas con un vino blanco mis tías no le harán asco alguno — no pude evitar el comentario alcohólico, pero era verdad, si le decía a Ad que les llevara un vino a mis tías estaba segura de que no sería una de esas botellas baratas de supermercado y también sabia que la empresaria tenia un gusto terriblemente bueno cuando se trataba de bebida alcohólicas.

— ¿Algo blanco? — pregunto y se giró a mirarme, yo asentí con la cabeza.

— Costumbre, para noche de año nuevo te pones algo blanco para representar lo que es comenzar el año con un lienzo en blanco por decirlo de alguna forma, las buenas vibras y todas esas cosas espirituales, no sé mis tías están medias locas, pero mejor no decir nada y evitar dramas.