*P. O. V. Adelina*
Estaba comenzando Diciembre cuando caí en cuenta que comenzaba a hacer más calor y que tenía hacer los informes de las empresas y esa era una de las principales razones por las que odiaba Diciembre, habían pasado como tres meses desde la ultima vez que Elanor me había dado alguna clase de señal de vida o lo que fuera, eso me ponía nerviosa o ansiosa o incluso tan irritante que me convertía en la persona mas insoportable que podía existir.
Mi madre insistía en hablar de la posibilidad de que Lara podía estar muerta, eso no me ayudaba en absolutamente nada ni para mi día en general ni para lo que vendrían siendo las noches, ataques de pánico y pesadillas pero yo insistía en negarme a tener esa conversación pero cuando Elanor me había dicho que estaba tratando de encontrar una forma de infiltrarse en el posible edificio en el que Lara se encontraba sentí como una parte de mí volvía a revivir.
Tenía la vista cansada y me sentía cansada de una forma demasiado generalizada, la situación de incertidumbre me estaba matando, dormía poco por las noches por el simple hecho de tenerle miedo a las pesadillas, si de algo servia sentía que evitar las pesadillas evitaría que estas se hicieran realidad y a veces sentía que cuidar de Dai ocupaba más esfuerzo físico y psicológico del que realmente era necesario era verdad todas las veces que Lara me comentaba lo horrible que podía ser cuidar a la menor y yo no le había tomado el peso pues a la semana yo solo pasaba dos días a solas con la chica y si no estaba con Lara, persona que conocía a su hija a tal punto que conocía todas y cada una de sus pataletas, como y que hacer en el momento. Me sentía agotada en todos los sentidos, necesitaba dormir unos mil años.
Me levante de la cama dejando el portátil de lado, necesitaba dejar de trabajar un momento así que aproveché de bajar a la cocina a buscar algo para comer mientras me estiba, trabajar desde la cama me iba a pasar factura en algún momento pero bastante cómodo hacer eso, cuando llego a la cocina veo a Vanessa con un botellín de cerveza en la mano.
— ¿Sabes que son apenas la 1 de la tarde? — pregunte y abrí la nevera para revisar que había para comer.
— ¿Tengo cara de que me importe?
— ¿Quieres hablarlo o prefieres que te venga a ver más tarde y contármelo cuando estás completamente ebria? — pregunte y ella me miro, el comportamiento que estaba teniendo Vanessa desde hace un par de días no era normal en ella, sabía que algo iba mal con ella pero desconocía el que.
— No es nada — dijo y le dio un sorbo a la cerveza.
— Te escuchó — me dispuse a sentarme en la mesa cuando saqué un pote de helado de chocolate.
— ¿Cocholate? Pensé que no te gustaba el helado de Cocholate — dijo evadiendo el tema de una forma muy evidente y solté un suspiro.
— Primero que nada es chocolate Vane y segundo, es el helado de Lara y el único que helado qué hay — le dije con simpleza mientras comía helado de "cocholate" no era la principal fan del helado de chocolate, prefería mas las barras de chocolate pero ne vista de que no había helado de vainilla no me quedo otra y tampoco quería cocinar así que me adapta a lo que tenia.
— Oye, ten — sacó una bolsa de papel café de su cartera que estaba en la sillas cercana a ella — No creas que quiero que mates a alguien, pero la gente de Elanor es peligrosa y prefiero que la tengas para que yo me sienta más tranquila — arrastraba un poco las palabras ¿Podría estar ebria ya? Yo tomé la bolsa con un poco de miedo, lo que sea que fuera era más o menos pesado.
— Vane ¿Que ocurre? — volví a preguntar y busqué el orificio de la bolsa para ver un arma dentro de esta — No puedo tener esto en la casa — mi preocupación era evidente, si no fuera porque en este momento estuviera jugando un rol de madre considerablemente importante y que había una menor en la casa, en otros tiempos, si la hubiese aceptado.
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Las Madres de la Mafia
General FictionCuarta parte de "La CEO" Que sea la cuarta parte no significa que estés obligadx a leer las tres partes anteriores ya que se comprende completamente la trama sin haber leído nada. - Me vas a decir que es lo que sabes o te ira realmente mal - me dij...