Capítulo XVI

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Adelina estaba durmiendo, fue lo primero que hizo luego de llegar de la gala, intercambiar un par de palabras con Vanessa y luego dormir, era cerca de las 3 de la mañana cuando entre a la habitación y me acerqué a Adelina a picarle el hombro como una niña pequeña.

— Ad — susurre considerablemente bajo mientras le picaba el hombro con el dedo y con insistencia — Aaaad — ella se quejó y se dio media vuelta — Aaaaaaaaaad

— ¿Que pasa? — Habló aún dormida y fastidiada.

— ¿Puedo dormir contigo? — pregunte un susurró y ella se giró a mirarme y frunció el ceño.

— ¿Cuantos años tienes? ¿5? — al parecer alguien no estaba de humor — acuéstate antes de me termine de despertar — Yo hice caso en el acto, rodeé la cama y me acosté.

— Perdón por despertarte — susurre, ella se movió y apoyó su cabeza en mi pecho.

— Deja de hablar o te saco de la habitación — escuchar su tono de CEO cuando estaba aún dormida era de lo más tierno que podía existir.

Me quede callada mientras Adelina dormía abrazándome, le comencé a hacer cariño en la cabeza y por un intento de mantener temperatura corporal me tape con las mantas, el calor hizo que me durmiera en dos segundos, sentir a Adelina sobre mi me daba una sensación tan hogareña que aún que no quisiera dormir de todas forma cedí ante los brazos de Morfeo. Había estado olvidando lo que era dormir así de bien, calentita y en una cama como una persona normal.

Y me desperté porque escuché movimiento en el lugar Adelina me miro desde el armario y me sonrió de una forma delicada.

— Hasta que despiertas, tengo que salir a atender unos asuntos ¿Te molesta quedarte con Dai? — yo la mire un momento entendiendo poco y nada.

— No, creo que no — ella me miro un segundo.

— Llama a tu padre si es que quieres volver a trabajar, yo no me voy a meter en esos asuntos por ti, Vanessa está en la clínica así que sólo vas a quedar tú con Diane y Dante en la casa, el día está lindo para que salgan al jardín pero porfavor levanté de la cama y voy a intentar no demorarme mucho.

— De todas formas me iba a levantar de la cama — ella asintió con la cabeza — Y Ad— nos quedamos mirando lo que pareció ser una eternidad — Anda con cuidado — logré decir y ella me sonrió sin siquiera darme una respuesta certera.

Adelina no se demoró casi nada en irse de la casa así que me vi obligada a levantarme de la cama quisiera o no y cuando eso pasó nos quedamos con Diane en la cocina, ella como siempre sentada sobre la mesa con su peluche de llama y yo mirándola.

— ¿Quieres hacer algo? — le pregunte como si fuera a responder.

— ¿Mamá? — yo no dije nada solo asentí con la cabeza.

— ¿Quieres salir al jardín? — prácticamente estaban tratando de adivinar pero ella me quedo mirando.

Ella no respondió, solo me miraba de una forma extraña, como si me analizara o algo así, deje a Diane en el suelo y me dispuse a buscar mi celular para llamar a mi padre y salir con Dai al jardín en donde la menor se puso a jugar con Dante, le marqué a mi padre y me hice el ánimo para hablar con el, en los meses que llevaba en la casa me había rehusado a hablar con mi padre ¿Porque? No lo sé, solo sabía que le estaba evitando, así como estaba evitando miles de cosas también estaba evitando a mi padre.

— Lara — la voz que sonó en el teléfono me saco de mi cabeza.

— Papá — no tenía muy claro que es lo que tenía que decir.

Las Madres de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora