Capítulo XVII

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*P.O.V. Adelina*

Aún era considerablemente temprano cuando me desperté, Lara estaba durmiendo de lo más cómoda y como me veía incapaz de dormir más me levante de la cama intentando no despertarla, salí al pasillo y vi a Vanessa la que me hizo un gesto para que me acercara a ella yo no lo dudé y ambas entramos en la habitación de Vanessa.

— ¿Hablaste con Elanor? — me susurró y yo asentí con la cabeza.

— Ayer — nos quedamos mirando un momento, sabía que Vanessa me estaba haciendo un análisis en ese momento a si que yo la dejé.

— Va ¿que ocurre? — preguntó y yo negué con la cabeza.

— Solo estoy feliz — me senté en la cama deshecha y ella me continuó mirando — estuvimos hablando con Lara ayer y no se — me encogí de hombros — creo que estamos avanzando.

— ¿Avanzando en el buen sentido? — rodé los ojos frente al comentario.

— Me dijo que me amaba Vane — sentía ridículamente feliz al recordar dicha escena en el baño ayer — y va a ir a la empresa conmigo hoy.

— O si claro y deja que tu hermana cuide de tu hija ¿Sabes? Es el pasatiempo que más disfruto — su ironía era desagradable.

— ¿Quien dijo que te ibas a quedar tú con ella?

— ¿Que? — la dejé fuera de lugar y me miro — No puedes llevarla a la oficina no es un lugar apto para niños — yo le sonreí.

— Era broma, solo que a aveces odio tu ironía, te iba a preguntar si la podías cuidar hasta que regresáramos, pero ya veo que prefieres que la lleve a la oficina a que se perfore los dedos con las perforadoras o que juegue con una engrapadora, me pregunto que será más seguro para Dai — me levante de la cama y ella me miro con una cara de indignación — Aún son las 7, a las 11 nos iremos a la oficina así que voy a aprovechar que Lara está durmiendo para dormir también un poco — le comente más que otra cosa.

Salí de la habitación y me dirigí a la mía, mi a Lara acostada en la cama tapada con las mantas y no pude evitar acercarme a la cama para acostarme a su lado.

— ¿Donde estabas? — su voz somnolienta y un poco ronca hizo que le mirara.

— Con Vanessa, le estaba preguntando si podía quedarse con Dai hoy — Lara se acomodo en la cama, su cabeza apoyada en mi pecho y acostada entre mis piernas.

— No quiero que me dejes sola mor — fue una petición en un susurro tan tierno y sincero que aún que hubiese querido «Cosa que realmente no quería» negarme no hubiese podido.

— Nunca mi vida

Una vez más nos quedamos dormidas y fue una de esas siestas de un par de horas en las que uno descansa más que durmiendo toda la noche, me desperté con la alarma del celular y eso hizo que tanto Lara como yo nos comenzáramos a mover yo me metí a la ducha, aún era temprano así que no tenía ningún tipo de apuro por ducharme, cuando salí me seque un poco para ponerme ropa para ir a trabajar, no quería ir formal era innecesario pues no tenía reuniones hoy así que decidí por ponerme un para de jeans con una sudadera, baje a la cocina en donde estaba Lara haciendo desayuno.

— Buenos días mor — se dio media vuelta y me puso una taza de café en la mano con una leve sonrisa en el rostro — No tiene azúcar — me quede parada mirándola mientras ella se movía por la cocina, de pronto sentí que no había pasado ni un día, que nunca la habían secuestrado. Un escalofrío me obligó a dejar la taza sobre la mesa pues un par de gotas de café cayeron al suelo  — No te preocupes yo limpio — no habia a alcanzado a reaccionar cuando vi a Lara agachada limpiando el café que había caído al suelo — ¿Como dormiste? — preguntó una vez se levantó.

Las Madres de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora