Capítulo XXVI

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*P.O.V. Adelina*

Desde la última discusión yo había cambiado todo lo que respectaba a trabajo y pasar tiempo en casa la verdad es que en dos meses muchas cosas habían cambiado, empecemos por el hecho de que ahora de los 5 días, dos los trabajaba desde la casa (eso eran los martes y jueves), era algo que al directorio le había costado aceptar pero los había terminado de convencer de todas formas, en los últimos dos meses habíamos establecido una costumbre con Diane y era que la llevaba al parque dos veces por semana, eso eran los miércoles y sábados sin falta, los miércoles solo íbamos ella y yo y el sábado íbamos con Eska lo cual era un poco más demandante pues tenía que estar cuidando del chico y de Dai al mismo tiempo pero era un descanso para Lara y eso hacía que valiera la pena lo demandante que podía llegar a ser eso. Podía notar que le había quitado una cantidad considerable de peso a Lara y a pesar de querer ayudarle con más cosas ella no me dejaba pues aún estaba lidiando con las migrañas de vez en cuando, de todas formas, Lara me seguía llamando dos o tres veces al día cuando iba a la oficina para asegurarse de mi alimentación, a pesar de haberle demostrado que era capaz de hacer eso yo sola la joyera ya se había acostumbrado a llamarme a las 12; 13 y a las 14 horas.

En lo que respectaba a Lara ella se había vuelto a acercar a Dai mientras intentaba ordenar su vida en el trabajo y discutía con su padre constantemente sobre si volvería a trabajar a la joyería la semana completa o sobre todo si continuaría trabajando desde la casa tres días a la semana (eso eran los lunes, miércoles y viernes)

Una vez más era diciembre, hoy era uno de esos días que me tocaba trabajar desde la oficina y no pude evitar hacer un gesto de desagrado al ver mi agenda y ver esa junta de fin de año del curso de Diane el día sábado que llevaba marcado desde mediados de agosto o incluso antes, tome mi celular y le marqué a Lara, puse mi celular en altavoz mientras esperaba que Lara contestara.

— ¿Cómo está la persona más hermosa? — preguntó a modo de saludo y yo no pude evitar sonreír y sonrojarme, la verdad es que mi día había sido tan pesado que necesitaba escuchar a Lara.

— Cansada, pero bien ¿Cómo va el trabajo? — pregunté y ella hizo un sonido de afirmación.

— Bien, iba a ir a buscar a Dai a la escuela y después iba a hacer almuerzo — la escuché decir y caí en cuenta de la hora que era, apenas era pasado el mediodía, se venía la hora de almuerzo y lo único que quería era irme a casa.

— Va, oye el sábado es la junta de fin de año del curso de Dai — la escuché suspirar y no puede evitar sonreír — sí, lo sé ¿Te parece si nos vamos el jueves en la noche y ordenamos todo el viernes?

— ¿Te vas a tomar el día libre? ¿Tienes días libres para tomarte?

— Mo ghrá, eh pasado años sin tomarme vacaciones, tengo una colección de días libres que te impresionaría eso y tú tampoco te has molestado en que salgamos de vacaciones a ninguna parte.

— Me haces quedar como una mala esposa Gregson, pero si quieres podemos irnos de vacaciones a alguna parte, solo dilo y te organizo un viaje a donde quieras — se formó un silencio en la línea.

— Me debes una luna de miel, lo cual sea posiblemente dentro de 12 años si se te ocurre embarazarte — otro silencio, el embarazo era otro tema que no habíamos vuelto a tocar desde la discusión de hace unos meses en el auto.

— ¿Escuché bien? Me lo repites por favor.

— No te lo voy a repetir — le solté en una simpleza dejando clara mi posición.

— Bien marcado como tema pendiente no te salvas Gregson, vámonos el jueves ¿Eso es mañana? — ¿Por qué de pronto andaba tan traspapelada con los días?

Las Madres de la MafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora