*P. O. V. Graham*
Estaba en receso con mis amigos sentados en una mesa en el jardín de la escuela hablando de una supuesta fiesta que quería dar Javier ya que sus padres iban a viajar en unos días más y fue entonces cuando ellos miraron a alguien que estaba justo detrás de mi.
— No sabía que tu hermana estaba invitada a la conversación — Dijo Javier sonriendo y yo me giré para ver a Jules que se acercaba a nosotros — de haberlo sabido me hubiese puesto perfume — miré Javier.
— Con mi hermana no se meten, que les quede claro a los dos — saque mi tono amenazante y apenas terminaba de decir la frase Jules se sentó a mi lado.
— ¿Me prestas tu tarjeta? Mamá me quitó la mía — yo la miré y ella me dio una sonrisa breve y forzada.
— ¿Qué gano yo? — me dispuse a negociar con ella.
— Que tu querida hermana no se desmaye de hambre durante la práctica — nos miramos y yo miré mi reloj apenas eran las 11 de la mañana.
Mamá y modir me habían regalado un reloj analógico de muñeca cuando había cumplido los 14 años (Al igual que Eska) y la verdad es que me había salvado muchas veces de llegar tarde a alguna parte, era negro completamente y las puntas de las manecillas del reloj resaltaban en azul.— ¿Por qué no vas a la oficina de modir y le sacas comida? Siempre tiene comida en la oficina y queda como a 5 minutos caminando — le comenté y escuché unas risas provenientes de mis amigos a lo que yo hice un gesto para que se callaran.
— ¿Patatas fritas? Necesito comer algo más contundente.
— Pídele dinero a modir — ella rodó los ojos — o pídele a mamá que te devuelva la tarjeta — nos quedamos en silencio.
— Sabes como es mamá para esas cosas — dijo finalmente, si le habían quitado la tarjeta es porque algo había hecho Jules y para que se la hubiese quitado mamá entonces quizá que estupidez había hecho.
— No pierdes nada intentado.
— Oh vamos Gray solo un par de minutos, sabes que no me gusta pedirle dinero a modir ni a mamá — ella desvió la mirada mientras golpeteaba sus dedos contra la mesa de forma rítmica, si no se calmaba un poco nos iba a ir mal.
— Solo porque tienes práctica y me la devuelves para el almuerzo — saqué mi billetera para pasársela.
— Iré a dejarle unos papeles a modir luego...
— Bien, pásasela a ella, no confío mucho ti como para que te hagas cargo de mi tarjeta — ella tomó el dichoso objeto y se levantó de donde estaba sentada.
— Gracias, eres el mejor hermano ¿Misma clave? — asentí con la cabeza. Jules me dio un beso en la mejilla y antes de que se fuera la tomé por el brazo.
— Tranquilízate un poco ¿Va? — ella asintió con la cabeza y se fue, me quede mirando a Jules hasta que salió de mi campo de visión para luego volver a la conversación.
— ¿Tu hermana tiene algo contra nosotros? Cada que me ve me ignora — hablo Javier y yo me reí.
— ¿Estas dolido porque Jules Gregson te ignora? — le pregunté, si Jules era Gregson y yo era Arias, eran decisiones que habían tomado nuestras mamás cuando habíamos nacido pero sinceramente no nos complicaba en absolutamente nada.
— Vamos Vier, que ridículo eres, Jules nunca te va a prestar atención ya acéptalo — esta vez fue Santiago quien hablo — A todo esto ¿Quién es modir? — preguntó cambiando el tema de conversación.
— Mi madre — comenté con simpleza.
— Espera ¿Tienes dos madres? — volvió a preguntar Santiago y yo asentí con la cabeza, el chico era nuevo en la escuela quizá no tan nuevo pero lo habían transferido hacer unos 3 o 4 meses y la verdad es que nos habíamos llevado bien desde el principio.
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Las Madres de la Mafia
Fiction généraleCuarta parte de "La CEO" Que sea la cuarta parte no significa que estés obligadx a leer las tres partes anteriores ya que se comprende completamente la trama sin haber leído nada. - Me vas a decir que es lo que sabes o te ira realmente mal - me dij...