Capitulo 12

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La mañana llegó, y Mu sentía que estaba soñando, el tiempo que pasaron separados fue una eternidad para él, y ahora, estaba a su lado, viéndola dormir.

Cuando Aome despertó, la lleno de besos una vez más, y aún acostados, le contó que Hakurey había vivido casi 300 años, había sido el maestro de Shion, quien también había vivido muchos años, y habia sido su maestro y como un padre para él.

Aome: Entonces... Hakurey ¿Participo en dos guerras?
Mu: Así parece. - dijo mientras besaba su cabello - Mi maestro hablaba de él a menudo cuando me entrenaba.
Aome: ¿Y que pasó con tu maestro?
Mu: Murió hace tiempo. - suspiro pesadamente - En realidad, lo asesinaron.
Aome: Lo siento. - dijo y después lo abrazó -
Mu: Está bien, él fue... Fue un gran hombre.
Aome: Era tu padre.
Mu: Así es. Nunca me has contado bien como conociste a Hakurey.
Aome: Sucedió en una playa bastante lejana de la aldea. - suspirando - Estábamos buscando los fragmentos de la perla.....

Flashback

Aome y sus amigos habían llegado a una playa lejana, siguieron el rastro de los fragmentos y de Naraku hasta ese lugar.

Sin embargo, al llegar ahí, encontraron a una de las extensiones del híbrido de araña, atacando a un hombre que usaba una armadura.

Se veía herido, claramente heridas anteriores y unas nuevas creadas por la batalla contra la extensión de Naraku, pero había algo raro en él, parecía estar inconsciente, peleando únicamente por instinto, para sobrevivir.

Sin dudarlo un momento, Aome lanzo una flecha, y mientras Inuyasha se encargaba de la extensión, ella y Sango corrieron a ayudar al hombre.

Aome: ¿Estás bien? - preguntó mientras lo ayudaba a caminar -

Él solo la miro una última vez antes de caer en la inconsciencia.
Si había muerto estaba seguro que un ángel había ido por él.

Pasaron tres días, y cuando despertó volvió a ver a Aome frente a él, con la clara intención de limpiar su rostro, pues la vió con un pañuelo en sus manos.

Aome: ¿Cómo te sientes? - preguntó mientras lo ayudaba a ponerse de pie -  ¿Recuerdas tu nombre?
Hakurey: Me llamo Hakurey. - Respondió un poco aturdido - ¿Cómo llegué aquí?
Aome: Te encontramos peleando con una extensión de Naraku. - explicó mientras enjuagaba el pañuelo - Estabas muy herido, y no eran heridas obtenidas en ese momento.

Hakurey recordó que días antes de encontrarse con esa "cosa", había tenido una pelea con uno de los jueces, no había muerto, pero si había salido muy mal herido, algo que no le ayudo en su última pelea.

Entonces volvió a recordar, la flecha que dispararon, y "el ángel" que había visto antes de caer inconsciente.

Hakurey: Supongo que tú me salvaste. Gracias.
Aome: No tienes que agradecer nada. - sonrió dulcemente - No podíamos dejarte así.

Estuvo por dos semanas con ellos, sanando sus heridas, dos semanas en las que no pudo evitar caer a los pies de Aome, se había enamorado de ella, y gracias a la cercanía que tenían, ella comenzaba a sonrojarse con él.

Pero él sabía que la guerra santa estaba muy, muy cerca, y no quería ponerla en riesgo, por lo que decidió que era mejor despedirse de ella y volver al santuario.

Aome: Entonces... ¿Te vas?
Hakurey: El lugar de donde vengo está por entrar en guerra, y tengo que volver.
Aome: Cuídate mucho. - dijo mientras lo abrazaba - Debes sobrevivir.
Hakurey: Trataré de que así sea.

Aome vió partir, ella ya se había dado cuenta de lo que él sentía por ella, pero en ese momento no podía corresponderle.

Fin flashback

Aome: Probablemente yo también me habría enamorado de él. - logrando sorprender a Mu - Si no hubiera guardado tantas ilusiones con Inuyasha, podría haber llegado a corresponderle a Hakurey.
Mu: ¿Crees que pudo haber pasado algo así?
Aome: Tal vez, aunque sabía que no podía darme el lujo de enamorarme de alguien de esa época.
Mu: ¿Por qué no?
Aome: Cuando destruyera la perla, sabía que volvería a mi hogar, y el pozo se sellaría.
Mu: El destino actua de forma muy misteriosa, quizás quería que supiera de ti antes de conocerte. - acariciando su cabello -

.......

Mu la había llevado al santuario, está vez no le escondería nada, por ese motivo, le dijo que le mostraría el lugar en el que vivía.

En cuanto llegaron, Aome se sorprendio al ver el imponente lugar, y al entrar a Aries, se sorprendio al ver lo enormes que eran los templos por dentro.

Mu: Ven conmigo. - tomándola de la mano - Esto sólo es lo que ven los demás cuando entran.

La guío por un pequeño pasillo, que daba a la sala, le mostró el comedor y las habitaciones.
Después, la guío por el lado opuesto al que estaban, y le mostró el lugar dónde reparaba las armaduras.

Aome: Entonces... ¿El enorme salón que está al entrar sólo es lo que ustedes quieren que los demás vean?
Mu: Si, no nos gustaría enfrentar a alguien en la sala y después reponer todo otra vez.
Aome: ¿Quienes viven en los otros templos? - pregunto con curiosidad mientras se dirigía a la otra entrada -
Mu: Aldebarán vive en el segundo templo. - comenzó a explicar mientras la seguía -
El tercero y cuarto templo están solos, corresponden a géminis y cáncer.
Aome: ¿Y Aioria, Shaka y Milo?
Mu: Aioria está en Leo, Shaka en Virgo y Milo en Escorpio. - señalando los templos más arriba - Quinto, sexto y octavo templo.
Aome: ¿Qué pasó con los demás?
Mu: Murieron hace aproximadamente un año. - suspirando pesadamente - Y el maestro Dokho, el está en un lugar llamado los cinco picos.
Aome: A todo esto. ¿Dónde está Kiki?
Mu: Si no está con Shippo debe estar con Aldebarán o con Shaka.

En efecto, el pequeño Kiki llegó a Aries junto a Aledebaran, quienes claramente venían del pueblo, pues traían consigo algunas bolsas de compras.

Aldebarán se sorprendio al ver ahí a Aome, pero si estaba en la casa de Aries, eso quería decir que Mu ya había arreglado las cosas con ella.

Aldebarán: Aome. - saludo alegremente mientras se acercaba a ella - Que gusto verte por aquí. ¿Te gustaría venir a almorzar a mi casa? Tú también estás invitado Mu.
Aome: Gracias Aledebaran.

A esas alturas el pequeño Kiki ya había corrido a abrazar a Aome, y no se separaba de ella, y así estuvo incluso en la casa de Aldebarán.
Minutos después Shaka había llegado, también le sorprendio que Aome estuviera ahí, pero estaba feliz por su amigo Mu.

Shaka: Que sepas que todos le dijimos a Mu que te dijera la verdad. - le dijo a Aome mientras ponían la mesa -
Aome: Si, lo sé, ya me contó todo.
Shaka: Me alegra que las cosas entre ustedes estén bien.

Se suponía que ese día lo pasarían los tres juntos, no los tres y sus amigos, pues minutos después llegaron Milo y Aioria.

Aome lo miro, dándole a entender que todo estaba bien y que no había problema por convivir con los demás.

Sin duda, era algo que él quería desde un principio, poder llevarla al santuario y mostrarle como era el lugar donde vivía.

El verdadero amor no es el primeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora