Little slut |Neville Longbottom.

Capitulo 9

La misma tarde antes de que Ophelia llorara al recordar los malos momentos que había pasado con Draco, Neville leía en uno de los tantos pasillos del castillo, con cuidado de no ensuciar las páginas, comía regaliz.

Pronto un par de voces se hicieron presentes a su espalda, al principio no le importó hasta que escuchó el nombre de la chica que pasaba a su lado la mayor parte del tiempo.

—¿Granger? ¿Hermione u Ophelia?

—Ophelia, a la otra no la conocen ni en su casa.—Gruñó uno de los chicos.—El día del baile, ella y yo en uno de los carruajes.—Rio.

A Neville le molesto tanto ese comentario que se sorprendió de si mismo.

—¿Cuando crees que se aburra de ese tonto?

—¿De quien hablas?

—Longbottom, anda con el de un lado al otro.

—Pronto se aburrirá, para ese bonito trasero no debe ser fácil la abstinencia.—A Neville le hirvió la sangre. Quería darle un puñetazo en ese instante.

—Tiene que aburrirse en algún momento de no tener sexo y claro, de Longbottom.

—¡No bromees!

—Oye, Neville no es tan malo.

—Quizás no, pero nadie va a querer al niño sin padres que vive con su abuela, especialmente alguien como ella.

Aquello hizo eco en su mente. Él lo sabía, en lo profundo de su ser, la manera que le observaban los demás. Pena, mucha pena en los ojos de todos los estudiantes. Después todos se habían acostumbrado a verlo ser golpeado por Malfoy, era como un niño inocente.

Pero aquello, aquello recordándole que eso sería siempre. Y por primera vez, ser el chico que vivía con su abuela porque sus padres estaban locos en San Mungo, le había afligido de sobremanera una vez más.

"Nadie va a querer al niño sin padres que vive con su abuela, especialmente alguien como ella."

—Ella es mucho mejor que cualquiera de ustedes dos, nunca se fijaría en ustedes.—Habló intentando parecer rudo.—¡T-Tontos!

—Mira como tiemblo del miedo.—Uno de ellos se burló.—Vete antes de que te deje el ojo morado maldito ñoño.

—No me iré hasta que... Dejen de hablar así de ella.

—Si así lo quieres.

Durante la noche, Neville lavó su cara con cuidado mientras iba al cuarto que compartía con los demás chicos.

—Ten.—Ron le dio algo frio para ponérselo en el ojo.

—Deberías ir a enfermería, siento que tu labio explotará en cualquier momento.—Dean habló notando que este también había sido golpeado hasta sangrar.

—N-No... Solo necesito un poco de reposo y ya, mañana faltaré las primeras horas.—Llegó a su cama sentándose en esta.

—De acuerdo...—Ronald, con un movimiento de varita le cerró las cortinas dándole su privacidad.

—Gracias.—Susurró sin muchas ganas de hablar.

Sentía como su corazón dolía de forma extraña, no le gustaba que hablaran así de Ophelia o de las cosas que hacía, quería ayudarla y hacerle entender que no necesitaba usar su cuerpo para llamar la atención de un chico.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un suave golpeteo en la puerta *Tock tock* no se levantaría de su cómoda cama, no en su momento de reflexión. Nuevamente el golpe se hizo presente, esta vez escuchó la voz de Seamus de forma muy baja y luego el único sonido fue la puerta cerrarse junto a un par de pasos.

—Neville...—Ahi estaba la rubia, sus ojos se veían melancólicos pero rápidamente expresaron preocupación.—¿Qué te sucedió?

—Choqué y me golpeé muy fuerte, no es importante... No quiero sonar grosero, pero ¿Qué haces aquí?

Ophelia movió su varita haciendo un hechizo para que el resto no pudiera escuchar su conversación.

—¿Puedo quedarme a dormir contigo?—Habló con pena.

—S-Si así lo quieres.—Le hizo un pequeño espacio en la cama donde ella se acostó.

Ophelia recostó su cabeza en el pecho de Neville rodeándole el abdomen con su brazo, ya estando cómodos los dos se dispusieron a dormir. Pero para Neville era difícil, no podía simplemente dormir sabiendo que Ophelia estaba ahi respirando con tanta tranquilidad seguramente descansando de un mal día que tuvo.

—Neville...

—¿Sí?

—No dejes de apreciarme en la manera que lo haces... Eres la persona más especial que tengo, no soportaría verte mal o enojado conmigo.

—No te preocupes por eso, Ophie.—Con toda su valentía reunida besó su frente ahora si dispuesto a dormir con ella en brazos.