Capitulo 15

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La cabeza de Ophelia daba vueltas y no por el hecho de que Draco y ella habían "terminado" o por la cantidad de alcohol que estuvo consumiendo, era porque algo en ella dolía al sentirse ignorada por Neville Longbottom. En su cabeza había pequeños recuerdos de los que semanas anteriores había pasado, sus mejillas ardieron al recordar los labios del chico contra los de ella ya que por primera vez sintió algo diferente.

Neville la hacía sentir diferente, de forma especial y ahora pasaba de largo cada vez que la veía por los pasillos, odiaba con todo su ser verlo pasar tanto tiempo con, Hannah Abbott ¿Que tenía ella que le hacia a Neville seguirla de un lado al otro? Celos, celos era lo que ella sentía pero no quería admitir.

Mientras tanto Neville quien ahora pasaba junto a Abbott en el Hibernadero, además de Seamus quien al parecer estaba recibiendo la ayuda de su amigo para aprobar herbologia.

—Ouh, creo que es momento de irme.—Hannah sonrió  luego de unos minutos.

—De acuerdo.—Neville asintió.

—¡Nos vemos, rubia!—Molestó Seamus viéndola irse.—Es muy linda, ¿Están saliendo?

—Claro que no.—Frunció el ceño.—Es linda, inteligente y graciosa pero... No me llama la atención de esa manera.

—¿Y quien te llama la atención de esa manera?—Seamus mordió su labio divertido.

Pero las manos de su contrario se la jugaron mal cuando un macetero cayó de estas poniéndolo nervioso.

—Hey, ¿Qué pasa?—Se asustó su amigo.

—N-No es nada.—Aclaró su garganta mientras recogía todo lo que había dañado.

—¿Pensaste en ella?

—No se a que te refieres.

—En la chica que "Te llama la atención de esa manera"—Volvió a molestar.—Ya dime, quien es.

Neville suspiró tratando de calmarse.—Ophelia.—Dijo simplemente.

—¿Qué hay con ella? Las malas lenguas dicen que es muy fácil de conquistar.—Rió.

—Cierra tu sucia boca, la única mala lengua es la tuya.—Renegó.

Seamus no evitó explotar en risas logrando que este frunciera más su ceño y alzara una ceja. —Merlin...

—No entiendo qué es tan divertido —dijo, con irritación en su voz.

— ¿Cómo puedes pensar eso? No lo decía en serio, jamás hablaría así de alguien. Además muchos han dicho que ella ahora es un poco más reservada, desde que un tonto la acompaña a todos lados.

—¿Qué es lo que quieres decir?

—Que tú eres ese tonto.

—¡No soy tonto!

—Y que a Ophelia, a Ophelia le gustas mucho.

Neville rodó los ojos, y largó un suspiró de exasperación.—No empieces, ella me ve como un amigo nada más.

— ¡Merlin! ¡Es tan obvio! No sabes lo tierno que era verla venir contigo de un lado al otro, en el Gran comedor, leyendo en la sala común o la vez que entro a nuestro cuarto a dormir.

Neville parpadeó varias veces seguidas, el recuerdo de cuando ella lo besó... Podía sentir su corazón latiendo desaforado, las mejillas de ella teñidas de rojo en su piel pálida, la consolación, los abrazos y los secretos.

—Yo puedo ayudarte si quieres.—Seamus propuso mientras dentro de su mente se prendió, el plan estaba en marcha.

—Te lo agradezco pero no.—Negó.

—Como tú digas...

La noche había llegado rápidamente y solo faltaban unos minutos para que los estudiantes pasaran a las salas comunes. Como lo esperaba, Ophelia estaba solitaria tomando un respiro de todo lo que había hecho hoy hasta que Seamus se acercó tapándose la boca para evitar que las falsas carcajadas salieran.

— ¿Qué es tan divertido?

—Es que... Yo no sabía que Neville y Hannah estaban juntos.

—¿Qué?—En su voz se escuchó la molestia y tristeza.

—¿Por que no me contaste? Se supone que ustedes son "Mejores amigos"

—No he hablado con Neville desde hace unas semanas, es imposible que ellos estén juntos.

—Los fui a visitar y los encontré besándose.

Al tirar la bomba, Seamus miró de arriba abajo a Ophelia y ésta parecía tener una lucha interna consigo misma porque luego de la cara de sorpresa y confusión, su ceño se frunció, parecía que quería decir algo pero se quedó callada y cruzada de brazos, miró al suelo. Seamus siguió balbuceando y tirando datos hasta que decidió buscar a la rubia con la mirada.

—¿Tú qué piensas, Ophelia? ¿Ophelia?

Ya no estaba allí.

Little slut |Neville Longbottom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora