Capitulo 11

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Ophelia Granger

Un par de meses recuperándome de una fractura en el brazo no era nada doloroso cuando Neville Longbottom se hacía cargo de ti.

—Ophelia, tu amigo llegó.—Anuncio mi madre.

—Pobre Nev, mira que tener que soportarte...—Hermione pasó por mi cuarto.

—¿Por qué mejor no te largas donde tus zanahorias? ¿Quieres que le mande una carta a Ronnie?—Arrugé la nariz provocando disgusto en ella seguramente recordando lo que pasó en el tren meses atrás.

—Gracias por recibirme.—Neville le sonrió a mi madre pasando por el marco de la puerta.

Había cambiado, no de forma exagerada pero a comparación de cuando lo había conocido... Neville podría atraer a la chica que quisiera pero he ahí el problema, no quiere.

—Nev, ya te dije que no es necesario que vengas a diario.—Me acerqué abrazarlo.

El acarició levemente mi espalda en forma de saludo pero su tacto me había hecho estremecer, seguramente mis mejillas estaban rosadas.

—¿Estas lista para el regreso al colegio?

No, definitivamente no lo estaba pero no podía decirlo, ¿Como explicarle que Draco Malfoy me gritaría por ponerme del lado de Harry Potter y dejar que golpeen a su padre?

—¡Claro que si! Como no tienes idea...

Sin darme cuenta del cómo las horas habían pasado ya estaba en El Callejón Diagon el cual había cambiado. Las brillantes estanterías, los raros ingredientes de pociones, y calderos, no se podían ver ya que estaban ocultos detrás de grandes carteles que el Ministerio de Magia había pegado sobre ellos. La mayor parte de estos carteles de púrpura oscuro llevaban las versiones del Consejo de Seguridad de los folletos que el Ministerio había enviado a lo largo del verano, pero otros tenían las fotografías en blanco y negro de los mortífagos conocidos que estaban en libertad. Bellatrix Lestrange estaba en algunos de ellos, iba sujetando la mano de Neville para calmar sus nervios al verla gruñirle a la cámara.

Por un momento he visto a Draco darse de empujes con quienes se les cruzaban en el camino, sentí un ligero tirón en mi mano no intencional por parte de Neville al quedarme parada en un mismo sitio.

—¿Sucede algo? Ophie.

—Y-Yo olvide algo...

—Oh, entonces te acompaño.

—¡No!—Aclaré mi garganta.—No hace falta... No me tardo.

Corrí como pude evitando que me siguiera el paso, finalmente lo encontré en una de las tantas tiendas del callejón parecía tener una conversación un poco amenazante.

—No le digas a nadie.—Murmuró Draco.—¿Conoces a Fenrir Greyback? Es un amigo de la familia. Pasará a visitarte pronto para asegurarse de que le estás dedicando toda la atención a este problema.

—No habrá necesidad.

—Ya está decidido. Bien, será mejor que me vaya, y no olvides mantenerlo a salvo lo necesitaré.

—¿Quizás quieras llevarlo ahora.

—No, por supuesto que no estúpido, ¿Cómo llevaría eso por la calle? Solo abstente de venderlo.

—Por supuesto que no... señor.

Al notar su intención de salir me escondí o eso creía.

—No se si me molesta mas que me sigas, que estes de cotilla o que me creas tan estupido como para no verte.

—Dra...—Antes de poder seguir hablando un quejido emanó de mis labios cuando el chico que creí amar me sujeto con fuerza del brazo arrastrándome a solo unos metros.—¡Suéltame, me lastimas!

—Cierra la boca. ¿Qué haces aquí? ¿Me estabas siguiendo?—El tono de su voz era de enojo.

—Yo te vi cuando venías hacia acá y pensé que sería lindo darte una pequeña sorpresa apareciéndome...

—Ya te he dicho que no me gustan tus cursilerías espontáneas, se linda cuando yo te lo pida. ¿Qué viste y qué escuchaste?

—No vi nada.—Mentí.

—No me hagas repetirlo.—Unas pequeñas lagrimas se escaparon de mis ojos al sentir una bofetada.—¿Que viste y que escuchaste?

—S-Solo te vi salir de ese lugar y luego... Esto.—Sollocé sosteniendo mi rostro con las manos temblorosas.

—¿Seguirás mintiéndome? ¿Que quieres conseguir?—Jadeé cuando con fuerza tomó mis muñecas zarandeándome.

—Discúlpame... Por favor, no estes enojado conmigo. Fue mi error.

—...

—Por favor, suéltame.—Murmuré con la voz rota.

—...

—Te ha dicho que la sueltes.

Esa voz se me hizo extremadamente conocida, apreté los ojos sin querer ver lo que podría suceder.

—Longbottom, no te metas a donde no te llaman. Ten un poco más de educación y respeto.

—Yo no respetó a idiotas abusadores como tú.—Gruñó apretando los puños, parecía un chico rudo pero sabía que en el fondo mi pequeño Neville estaba temblando del miedo.

Draco simplemente lo ignoro pasándolo de largo, ni siquiera una mirada de reojo me otorgó solo un corazón cada vez más lastimado al igual que mi piel marcada.

—Por favor, no me vuelvas a mentir.—Neville tembló al estar entre sus brazos.—No me importa recibir una golpiza por ti, pero no soportaría ver como un tonto te lastima. Vales mucho más que esto, Ophie.

Me limité a llorar en su pecho mientras el calmaba su respiración y sus latidos disminuían hasta estar en lo común.

Little slut |Neville Longbottom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora