⚠️Este capítulo tiene escenas +18⚠️
Las clases cada vez estaban más cerca y con los últimos sucesos, Ophelia decidió aprovechar todo el tiempo que tenía con Neville antes de regresar al castillo. Esa noche a escondidas de la abuela durmieron nuevamente juntos.
—Extrañaba tenerte así de cerca.—La rubia susurro contra los labios del castaño mientras se acomodaba sobre sus piernas.
—Te amo, Ophie.
—Y yo te amo a ti, Nev.—Se unieron en un beso y él comenzó a sentir lo que siempre sentía cuando estaba con ella, pero estaba vez era diferente.
El ambiente estaba distinto, ella también, una sonrisa adornaba su cara, una sonrisa que Ophelia muy poco daba y él no tuvo más remedio que devolvérsela sin esfuerzo. Neville se inclinó hacia ella y la tomó de los muslos para pegarla todavía más a él. Volvió a besarla, esta vez con ferocidad, algo bastante ajeno a los besos inocentes que estaba acostumbrado a darle. Ophelia paseó sus manos por la nuca de él hacia abajo hasta llegar a su abdomen y segundos después, la remera de Neville estaba tirada en alguna parte de la habitación.
Él imitó su acción, sus dedos trazándose por su piel nívea hasta llegar al final de prenda para deshacerse de ella. Y él comenzó a sentir ese viejo sentimiento que lo quemaba por dentro una vez más, lo había sentido solo dos veces cuando estuvo con ella y Neville quería sacárselo de encima ella comenzó a besarle el cuello con vehemencia, la respiración de Neville comenzó a ser paulatina y profunda.
El familiar cosquilleo había atacado su estómago para luego concentrarse en su entrepierna.
—¿Sabes que no quiero que hagas algo que vas a arrepentirte después?—Ella le susurró contra sus labios, él abrió sus ojos cafés para encontrarse con los azules de ella. Su mirada se había suavizado.—Podemos parar si quieres, Neville.
—No quiero parar.—Le respondió, quizás muy rápido pero de algo que estaba seguro era que quería esto con ella.
Quería besarla, abrazarla, sentirla. Demostró que estaba indudablemente de acuerdo cuando deslizó sus manos masculinas por detrás de la espalda blanquecina y suave de ella, buscando el broche de su brasier desabrochando con algo de dificultad. Ophelia pudo sentir las manos temblorosas de Neville, un gesto bastante entendible considerando la situación. Pero lo observó a los ojos, y aquella mirada se mostraba tan decidida, tan seguro de su decisión sus ojos parecían brillar con más intensidad esa noche, haciendo que el calor subiera a sus mejillas.
Neville inclinó su semblante volviendo a unir sus labios y esta vez, no hubo ningún beso suave por parte de él, era apasionado y arrasador imitando los de ella. Sus lenguas estaban en una guerra que parecía no tener ganador. Ophelia volvió a empujarlo hacia atrás con delicadeza sin dejar de besarlo, sus manos dirigiéndose a su pantalón en busca de dejarlo completamente desnudo, el se deshizo de su pantalón casi de forma desesperada e impaciente, de forma enrevesada ya que estaba acostado.
Ella pareció leer su mente y se deshizo de su ropa interior, dirigió sus manos al elástico de sus boxers deshaciéndose completamente de su prenda también.
—Dime qué tengo que hacer.—Le murmuró inaudible.
Fue ahí cuando Neville sintió que sus nervios se incrementaban de manera abismal, pero comenzó a calmarse cuando ella volvió besarlo.
—Nada.—le dijo Ophelia, sonriéndole enternecida por su comportamiento—. Quiero hacerte sentir bien antes de que empecemos, solo relájate.
Luego de unos segundos, estaba completamente relajado, dejándose llevar por el tacto eléctrico. Sintió otra ola de placer cuando sus cinturas se encontraron, ahora una fricción sin ropa de por medio. Los labios de Ophelia comenzaron a recorrerle el cuello, bajando hacia el pecho marcando un sendero hacia su abdomen provocando que su cuerpo se estremezca. La lengua de ella se presionó contra su miembro y Neville no pudo evitar arquear el cuerpo tomando una bocanada de aire al sentir tanto placer por un solo un toque ajeno.
Ahora su mano bajaba y subía a lo largo de su miembro mientras que con su boca le daba placer a la punta. Ella podía sentir la dureza en su lengua, y amaba como el cuerpo de Neville reaccionaba con tanto entusiasmo ante el toque. Escucharlo gemir su nombre era la cosa más erótica que jamás había escuchado, una de las manos de Neville se presionó detrás de su cabeza tomando una cantidad de cabello incitándola a que siga con lo que estaba haciendo mientras que la otra estrujaba la sábana blanca con fuerza. Hasta que finalmente la rubia se detuvo para así volver a estar encima de él sin decir palabra alguna.
Ophelia apoyó las manos en el pecho de Neville para nivelarse y él llevó sus manos a las caderas de ella para sostenerla. Ophelia comenzó a hundirse hacia abajo, los labios de Neville se entreabrieron a la sensación de tener algo tan estrecho, húmedo y cálido rodeando su parte más íntima. Los ojos de Neville brillaban de una manera que jamás había visto antes, no sabía si ella se daba cuenta que la estaba observando con completa adoración, no sabía si ella se daba cuenta que él estaba haciendo el amor por primera vez con la chica que amaba.
Ophelia comenzó a mover sus caderas, en un ritmo tranquilo y apacible. La velocidad estaba impresa en un desplazamiento coordinado, comenzando a gemir, y se inclinó para besarlo cosa que Neville no rechazó en ningún momento, sus dedos afirmaron su agarre en las caderas de ella.
El placer los consumía, sus cuerpos temblaban y sudaban, Ophelia inconscientemente clavó sus uñas en los hombros de Neville al sentir la fuerza que este ponía en su cadera provocando que se moviera con más rapidez.
Ella comenzó a murmurarle cosas, cosas que sabía que iba a llevarlo al límite y tuvo su resultado, podía sentir su virilidad poniéndose más rígida dentro de ella incrementando indirectamente el placer.
—Ophelia...—Gimió.
Neville sintió como tocaba el cielo con las manos al mismo tiempo que las paredes de ella se contraían alrededor de su miembro, sofocándolo. Habían llegado juntos al orgasmo, luego de varios segundos tratando de recuperar la respiración Ophelia rodó hacia un lado, con su espalda impactando por fin en el colchón.
Neville la abrazó mientras ella se acurrucó en su pecho, haciendo que su corazón se fundiera cada vez más. Ophelia trato de ocultar su sonrisa en el pecho desnudó de su contrario se había sentido bien, por primera vez tuvo relaciones con un chico que la amaba tanto como ella, por primera vez experimentó el amor y excitación al mismo tiempo además de la delicada atención que ahora el le brindaba al darle mimos en su espalda descubierta.
—Deberías volver para que tú abuela no sospeche.—Murmuro Ophelia luego de varios minutos.
—Pero no quiero, quiero quedarme aquí contigo.
—Entonces, quédate.
Y lo hizo.
—Me quedaré contigo para siempre.
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Little slut |Neville Longbottom.
Fanfiction-¿Por qué lo haces? -¿Hacer qué? - Dejas que hablen a tus espaldas... -Solo me aman cuando pueden tenerme en sus camas.