Final

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1 mes después.

San mungo estaba tan lleno como de costumbre puesto que era momento de visitar a sus familias luego de la batalla, Neville había llorado cada día y noche luego de aquello sin poder creer que la persona que tanto había amado ya no estaba con el.

—Anda... Tus padres te esperan.—Augusta murmuro para su nieto quien entró al área psiquiátrica donde ellos se mantenían.

Ahí estaba su madre observando todo, y cuando lo vio le mostró una ligera sonrisa a su lado estaba su padre el cual solo ladeó un poco la cabeza, ese día Neville les relató todo lo ocurrido, entre lágrimas también les habló de Ophelia y cómo había muerte en la batalla.

—Orgullosos.—Ella alzó la mano, acarició su mejilla para así limpiar su llanto.

Alice al instante comenzó a caminar dejándolo solo, al parecer ya era momento de irse para que su abuela también tuviera una pequeña charla con ambos sentía que durante los años anteriores los había ignorado y era hora de aceptar que ninguno recuperaría la cordura.

Neville paseó por los pasillos del lugar recordando aquella visita que alguna vez hizo con Ophelia, por un momento se sobresaltó al ver a una pareja que se le había hecho conocida. Pero decidió dejarlo pasar, sentía que había enloquecido.

—¿Aún me amarías si me internan aquí por no olvidarte, amor?—Murmuró mirando sus zapatos.

—Por aquí señor y señora Granger.

—¿Como?—Volteo de nuevo a ver a la pareja pero ya no estaban, en ese momento supo que no había sido su imaginación.

—Vámonos Neville.—Augusta avisó.

—V-Ve tu abuela, yo aún quiero ver algo aquí...—Corrió hasta aquella sanadora que los había solicitado.—¿Dijo Granger? ¿Hay alguna paciente con ese apellido aquí?

—Lo siento, los datos de cada paciente son clasificados.—Le dio la espalda dejándolo nuevamente solo.

Decidido se sentó en la sala de espera redundantemente a esperar a que la pareja saliera del cuarto donde no sabía que esperar, tal vez era Hermione quien seguía lastimada luego de la batalla, no tuvo noticias de nadie ya que luego de aquello se recluyó en su cuarto ni siquiera había ido al entierro de su novia, aunque tampoco estuvo enterado de cuando fue.

Levantó la mirada cuando los padres de las Granger salieron dejando el lugar solo, y claro que Neville había aprovechado para escabullirse dejando ver por fin una áspera cama donde los ojos del Longbottom se quedaron posados, su novia estaba ahí acostada con sus ojos cerrados. Él quería hablarle y decirle que lo perdonara por haberla dejado sola, que no había nada más que temer, pero al abrir la boca solo un suspiro ahogado fue lo que salió, no aguanto más las lagrimas y caminó en dirección a su preciada Ophelia quien no movía un solo músculo.

—Ophie...—Intentó sonreír pero a penas consiguió formar una mueca.—Lo siento, jure que te cuidaría y ahora estás aquí yo... ¿Estoy soñando? ¿Como es posible que sigas viva?

Sentía una impotencia que lo obligó a llorar como un niño perdido, y así se sentía, se sentía desorientado al no poder besarla ni pedirle perdón por haberle fallado, sollozando bajó la cabeza, dejando fluir su dolor.

—Neville.—La voz de su suegra resonó atrás de el.

—¿Por qué no me lo dijeron?—Volteo a verla.—La anunciaron como muerte.

La mujer se acercó al joven y posó su mano en el hombro del mismo, al instante comenzó a llorar desconsoladamente.

—En esa guerra no murió Ophelia, Hermione... Ella...

«—Tu... Maldita loca.—Sujetó su varita y soltó hechizos con la intención de matarla.—Juro que pagarás por todo el daño que alguna ves haz hecho.

Bellatrix notando lo débil que estaba la rubia soltó una carcajada apuntándola con la varita, Ophelia al instante se defendió hasta que finalmente aquella maldición fue pronunciada.

—¡Avada Kedavra!

—¡Protego!—Hermione había defendido a su hermana por primera vez en todos sus años en el castillo.

—Vaya... Disfrutaré asesinarlas, ambas.

—Hermione, vete.—Ordenó la rubia.

—No me iré.—Nuevamente evito una maldición.—Lamento todo lo que te dije en estos años, se que no fui la mejor hermana y aún así estuviste por perder la vida por mi culpa... Es el momento de compensarte todos esos años, hermanita.

La batalla no duró mucho, Bellatrix a pesar de la desventaja lograba darle Crucios a Ophelia quien cayó al suelo rendida, con sus heridas completamente abiertas perdiendo sangre.

—¡No!—Fue lo único que pudo gritar cuando vio a su hermana morir ante sus ojos, con ira y poca fuerza tomó su varita soltando una maldición que dejaría muerta aquella mujer que tanto daño había causado.»

—Aún no se puede perder la esperanza.—Sollozó.—Dijeron que le dieron una maldición, no se sanó por completo y aún así luchó.

—Es muy duro verla así de ese modo y no poder hacer nada. Ella luchó hasta el final ella quería hacerlo todo para poder estar en paz y vivir la vida que siempre soñó, quería ser feliz.

—La quieres, ¿Verdad?

—Yo a su hija la amo, señora.—Murmuró.

La mujer sorbió su nariz sonriendo mientras Neville se acercaba acariciar el rostro de su novia y la chica que más había amado.

—Juro que estaré aquí contigo, no importa cuánto tiempo deba esperar para que despiertes, te amo mi pequeña Ophelia.

Le dio un beso en la frente dejándola descansar y prometiéndole que todos los días la visitaría hasta que algún día despierte.

Little slut |Neville Longbottom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora