Little slut |Neville Longbottom.

Capitulo 26

La batalla cada vez era mas violenta, había gente muerte por todos lados hasta que finalmente todo se detuvo al escuchar la voz de Voldemort. Los que antes habían estado llorando por los muertos comenzaron a salir para ver que pasaba y en efecto se aproximaban al castillo a paso lento. A su lado venía Ginny junto a otros estudiantes que trataban de divisar a quien estaba anunciándose.

—¿Quién es? ¿A quien carga Hagrid?—Preguntó la pequeña Weasley.—Neville ¿Quién es?

Neville no respondió pero la voz de Voldemort resonó en el lugar;—Harry Potter... ¡Esta Muerto!

—¡No!—Grito Susan Bones quien en algún momento había entablado una relación con Potter dejándola de lado cuando este salió en busca de los Horrocruxes.

—¡Silencio!... niña tonta, Harry Potter murió.—Voldemort camino hacia el centro.—A partir de hoy tu fe estará mejor conmigo.

Ophelia soltó un par de lágrimas aún sin creer que Harry había muerto, se sostuvo del brazo de Neville quien incrédulo sostenía el sombrero seleccionador.

—Llegó el momento de su juramento, únanse a nosotros o morirán.—Voldemort miró a sus aliados entre ellos los padres de Draco.

Lucius Malfoy miró a su hijo quien miraba a los mortifagos con desprecio;—Draco... Draco.—Decía con un poco de desesperación al verlo firme en ese lugar.

La mirada de Ophelia y Draco chocaron, la Gryffindor negó levemente con la cabeza.

—Draco, ven.—Pidió apenada.

Draco ignorando a los que lo rodeaban agachó la cabeza dispuesta a irse con su madre.

—Ahora todos pondrán su fe en mi.

—¿Neville? ¿Que haces?—Ophelia se asustó al sentir como el se iba de su lado.—¡Neville!—Lo llamó a lo bajo.

—¿Cómo te llamas Jovencito?—Voldemort preguntó.

—Neville Longbottom.—Los aliados de Voldemort comenzaron a reír incluyendo a Bellatrix la cual había torturado a los padres de este.

—Bueno Neville te encontraremos un trabajo en nuestras filas.

—Quiero decir algo.—Interrumpió.

Voldemort parecía disgustado por las palabras de Neville;—A ver Neville creo que quedaremos fascinados con lo que quieres decirnos.

—No importa que Harry haya muerto...

—Cállate Neville.—Le dijo Seamus.

—Las personas mueren a diario amigos, familiares... Hoy perdimos a Harry, pero sigue aquí adentro.—Volteó a verlos.—Con Fred y Remus, Tonks todos... Su muerte no fue en vano, la tuya si por qué estás equivocado.—Voldemort reía de lo que Neville decía.—El corazón de Harry latía por todos, por todos nosotros.—Sacó la espada de Gryffindor del sombrero seleccionador.—¡Esto no ha acabado!

Harry se levantó de los brazos de Hagrid;—¡Confringo!—Gritó Harry apuntando a Nagini.

Algunos se dispersaron, Neville buscó con la mirada a su novia pero no la encontró, y ninguno de sus compañeros daba razón de verla. No sabia en que momento la habían arrastrado a pelear de nuevo a dentro del castillo, estaba completamente desorientada y agotada sintiendo sus heridas abrirse, una explosión la hizo caer perdiendo de vista su varita.

—Maldición...—Ophelia rebuscó en los escombros hasta que escuchó las pisadas de alguien.

—Pero miren que tenemos aquí.—Bellatrix se burló mirándola con asco.—¿Como va el pequeño regalo que te hice? ¿Hmm? Veo que lo escondiste.

—Tu... Maldita loca.—Sujetó su varita y soltó hechizos con la intención de matarla.—Juro que pagarás por todo el daño que alguna ves haz hecho.

Bellatrix notando lo débil que estaba la rubia soltó una carcajada apuntándola con la varita, Ophelia al instante se defendió hasta que finalmente aquella maldición fue pronunciada.

—¡Avada Kedavra!

Harry y Voldemort peleaban mientras Ron buscaba como matar a Nagini, la serpiente estaba a punto de atacar cuando Neville empuñando la espada cortó su cabeza destruyéndola. Esto provocó que Voldemort se debilitará y así Harry pudo quitarle su varita lanzándole un último hechizo haciendo que este se desintegrara. Dando fin a la guerra.

El gran comedor respiraba un aire alegre y victorioso. Todos estaban maltrechos, pero comían con gran ahínco lo que los elfos les daban para merendar mientras algunos médicos de San Mungo llegaban para ver a los heridos y anunciar a los fallecidos, Neville se alteraba cada vez más al no ver a su novia en ningún lado e ir a preguntarla entre los muertos no estaba en sus planes.

—Neville, anda...—Suplico la abuela quien había estado también en la guerra.

—No abuela, ella está bien. Solo... Aún no la han encontrado, ¿De acuerdo?

—Por favor.—Pidió, Neville sintió su corazón roto al notar a su abuela al borde de las lágrimas.

Con las manos temblorosas y el cuerpo frío se acercó a uno de los sanadores que enlistabas a los fallecidos para anunciarlos a sus familiares.

—Granger...—Fue lo único que pudo murmurar. 

El hombre de aspecto amable agachó la cabeza a revisarlo y al instante regresó su vista a él.

—Yo... Lo siento amigo.—Suspiró.

Neville trato de parecer fuerte dándole la espalda, pero al sentir los brazos de su abuela sobre el rompió en llanto, algunos apartaban la mirada llorando junto a él pues sabían lo duro que era perder a un ser amado.

—Ella no puede... Mi Ophelia... Ella no puede estar muerta.—Sollozó.