Capitulo 12

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Ophelia se levantó de su cama ya estando en Hogwarts, luego de 1 hora se dirigió a la clase de pociones, la cual la impartiría el nuevo profesor Slughorn. Al ingresar al aula de pociones Draco le mostró una sonrisa a la rubia invitándola a sentarse junto a él cosa que ella no dudo en hacer olvidando por completo lo que había sucedido noches anteriores.

—Muy bien, muy bien —Dijo Slughorn.—He preparado algunas pociones para que les echen un vistazo. Es de esas cosas que deberían poder hacer cuando hayan terminado el ÉXTASIS. Seguro que habrán oído hablar de ellas, aunque nunca las hayan preparado. ¿Alguien puede decirme cuál es esta?

El profesor Slughorn señaló el caldero que estaba más cercano a ellos, el cual hervía un líquido que parecía agua normal y corriente.

—Es Veritaserum, una poción que obliga a quien la bebe a decir la verdad.—Contestó Hermione segura.

—¡Estupendo, estupendo!—La felicitó el profesor, muy complacido.

Antes de poder continuar la clase, Harry y Ron entraron mientras el profesor no tardó en pedirles que tomaran algún libro. Mientras tanto a escondidas de las miradas de todos Draco acariciaba la mano de la rubia haciéndola olvidar cualquier daño.

—Te quiero, Oph.—Dijo de forma inaudible.

—También te quiero.—le mostró una sonrisa, al instante levantó un poco la mirada notando a Neville quien reflejaba tristeza sus miradas se cruzaron un segundo antes de ser interrumpidos.

—Y ahora, esta de aquí... ¿Sí, querida? —dijo Slughorn mirando con cierto desconcierto a Hermione, la cual tenía la mano levantada.

—¡Es Amortentia!

—En efecto. Bien, parece innecesario preguntarlo.—Dijo impresionado.—Pero supongo que sabes que efecto produce, ¿verdad?

—Es el filtro de amor más potente que existe.—Respondió Hermione—.Se supone que para cada uno tiene un olor diferente, según lo que nos atraiga. Por ejemplo, yo huelo a césped recién cortado, pergaminos y a...

—¿Le gustaría decirnos a que huele para usted la Amortentia, señorita...—El profesor miró a Ophelia esperando a que le respondiera con su apellido.

—Granger.—Respondió y se acercó al caldero sintiendo una explosión de aromas recorriendo sus fosas nasales.—Huelo a...

Frunció el ceño dando un paso atrás "Tierra mojada, fertilizante y lirios" era todo lo que su olfato podía percibir.

—Menta fresca, manzanas y a libros antiguos...—Mintió para salir rápidamente de aquella situación.

—¡Fascinante!—Exclamó el maestro con una gran sonrisa.

Ophelia no tardó en acercarse a Draco quien la miraba con una gran sonrisa;—¿Huelo a menta fresca?—Bromeó.

—Es evidente.

La clase continuó aunque para Ophelia había algo extraño, Draco y sus sentimientos por el algo estaba sucediendo.

Al día siguiente hubo una salida a Hogsmeade aunque Ophelia quería ir con Neville al parecer el no sentía muchas ganas de ir al pueblo y tampoco quería verse con nadie, incluyéndola.

Antes de que Ophelia pudiera moverse mucho por el lugar un par de hermanas se acercaron ellas con dudosas intenciones.

—Daphne, Astoria.—Saludó a las hermanas.

—No es un placer hablar contigo, Ophelia. Iremos al grano.—La mayor, Daphne habló.

—¿Que crees que te da el derecho de hablarme así?—Gruñó.

—Sangre sucia...—Daphne fue interrumpida por su hermana.—¿Que sucede Astoria?

—Daphne... no.—Negó Astoria dándole a entender que no tenía gracia.—Creo que esto debo hablar con con ella, a solas.

—Así me gusta.—Sonrió con falsedad.

—Mira, todos los chicos de Slytherin sabemos que entre Draco y tu pasa algo.

—Eso no es...

—Ten el valor de no mentirme.—Se cruzó de brazos.

—Bueno y si lo tuviera, ¿Qué?

—Solo te voy a pedir esto una vez en paz, sea lo que sea que tengan déjalo ahí, aléjate de Draco y no te delataré con los Malfoy.

—¿Eh? ¿Con que derecho lo dices? ¿Acaso eres su niñera o algo así?—Ophelia se burló en la cara de la menor.

—¿Tengo derecho? Si, ¿Soy su niñera? No.—Con capricho levantó su mano enseñando un bello anillo con una piedra más cara que toda la ropa que estaba en el armario de la Granger.—Soy su prometida.

Un balde de agua fría fue lo que Ophelia sintió en ese momento, sus piernas comenzaron actuar por ellas solas, alejándose del lugar lo antes posible. Su corazón latía rápido mientras sentía que en cualquier momento lo escucharía romperse, pero ahí estaba el, siempre estaba con ella en sus peores momentos.

—Lo siento, Ophie... Yo- ¿Hmm?—Se extrañó al recibir el impacto de los brazos de la chica rodearlo una vez más mientras lloraba sin parar, sin importar quien la viera.

Little slut |Neville Longbottom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora