Padres adoptivos

Capítulo 8

El pequeño niño Uchiha.

[Pasado...]

No había día en el cuál su mente no reviviera la muerte y terrible masacre que había sufrido todo su clan; lo normal para el pequeño Uchiha era despertar entre jadeos temerosos y lágrimas salada que recorrían sus mejillas sin permiso... Cada día, cada día era lo mismo... Un sin fin de esos recuerdos sin importar lo que el pequeño hiciera.

La tarde llegó como cada día en su rutina diaria, en ese momento el pequeño se encontraba en el interior del bosque practicando sus tiros con armas ninjas; gracias al dinero que se le daba por parte del tercero Sasuke había logrado comprar la ayuda de un ninja que le consiguiera algunas armas de la profesión.

— ¡Oí! —susurra en un grito.

Al escuchar tal llamado hecho susurro Sasuke detenía su práctica para sutilmente dirigir su mirada sobre el bosque que lo rodeaba, pero... No le fue nada difícil escontrar a quién llamaba su nombre.

—Naru... —musitaba frunciendo el entrecejo con duda —to...

— ¡Oí, ven rápido!

Al escuchar aquello el pequeño Uchiha analizó el lugar en el cual se encontraba completamente solo, y luego de tragar grueso decidió meter las manos en sus bolsillos para seguir entre sus dudas la dirección de aquel chico. Naruto sonrió ampliamente apenas lo observó llegar cerca del arbusto en el cuál se estaba escondiendo, y al segundo se levantó para tomarlo de los hombros y hacerlo esconderse a su lado.

—A ti también te cuidan en secreto los Anbu. —apunta la copa de un árbol entre su sonrisa.

Ante las palabras del chico a su lado Sasuke entrecerraba los ojos e inclinando el cuerpo un poco hacia delante siendo capaz de divisar como a la distancia un Anbu acomodaba su cuerpo contra el tronco de un árbol, el enfado lo invadió al segundo.

—No te preocupes, a mí también me vigilan. —ríe levemente —A veces me escabulló de ellos como si fuera un juego, así que ellos se la pasan toda la tarde buscándome.

—Tú siempre estás haciendo líos. —observa de reojo al chico a su lado —Es difícil que puedan perderte de vista.

—Siempre hago líos. —ríe mostrando los dientes en fila —Pero si soy lo suficientemente rápido puedo huir de ellos sin dejar pista. —expresa con orgullo.

Elevando la ceja vuelve la mirada sobre el chico a su lado —En si... Siempre dejas una pista marcada en cualquier parte de la villa.

— ¡Bueno, como sea! —susurra precavido —El tipo se acaba de dar cuenta que no estás... —sonríe — ¿Quieres huir?

— ¿Huir a dónde?

—A donde sea mientras no nos encuentren.

La duda de Sasuke viaja desde aquellos ojos azules hacia aquel hombre que descendía del árbol para comenzar a buscarlo en las cercanías, pero al sentir la mano de aquel chico sobre la suya solo pudo sonreír cómplice de la travesura. Ambos ríen levemente y al segundo inician su carrera lejos del Anbu.

Los desastres invadían a la ciudad en cada esquina, huevos, agua y montones de productos de locales que ahora estaban regados por todo el suelo. Iruka detenía su andar para mirar con pánico todo el desatre que habían sembrado en la ciudad, y la sorpresa lo invade aún más cuando Kakashi llega con un creciente temor en la mirada para tomarlo por los hombros entre su desesperación.