Capítulo 29

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Jubilación

El nuevo Hokage se la vivía encerrado en su trabajo mucho más que el antíguo Hokage, pero era feliz.

— ¡Y entonces llega este nuevo Anbu y creo que en su emoción y nerviosismo se termina tropezando y hace caer a sus compañeros! ¡Y yo...! —contiene su risa tras una sonrisa dentada.

—Claro que no pudo resistirse a reír como un desquiciado. —comenta sonriente recargando su cuerpo del respaldo del sofá —El pobre chico se levantó a toda prisa disculpándose mientras ayudaba a sus compañeros a ponerse en pie, es joven... —eleva su copa hacia el peliplata —prodigio a mi parecer.

Kakashi sonríe al sentir las manos de su pareja sobre sus hombros, Iruka había regresado de la cocina y ahora podía estar a su lado nuevamente mientras Hinata acomodaba una charola con postres en la mesa de centro y se dirigía hasta su pareja sentado en el otro sofá individual para tomar asiento sobre su regazo, Sasuke le miraba con ternura y se inclinaba descansando su frente contra el brazo de ella.

—Naruto es un idiota.

Ella lo reprendió con la mirada causando la leve risa del Uchiha que la abrazaba por la cintura hundiéndose contra su cuerpo.

—Y, ese fue el espectáculo de la semana —declara radiante —el resto solo fue firma y sello, y mucha lectura.

—Sigue siendo pésimo para leer cantidades grandes —informa su pareja acariciando algunos de sus rubios cabellos —pero su ritmo ha mejorado.

—Me has ayudado para que me sea más sencillo, no te quites el mérito.

—Tus padres saben que tengo ese mérito sin que se los tengas que recordar.

—Y de verdad que te lo agradezco mucho. —comenta el castaño —Ahora prueben los postres que hice por favor.

—Si son hechos por usted claro que deben ser exquisitos —declara el Nara.

Iruka ríe levemente permitiendo que su pareja le tome la mano y lo obligué a sentarse sobre su regazo; las visitas de los chicos eran bastante frecuentes, al inicio habían sido un tanto irregulares teniendo que llegar en solitario sin sus parejas o una pareja y la otra no, pero desde que Naruto se había asentado como el nuevo Hokage la situación se había movilizado con mayor fluidez.

—Um... —expresa Hinata de pronto, observando a su pareja —Queriamos decirles algo.

Iruka sonrió enseguida tomando la mano de su marido con la fuerza suficiente para hacer fruncir un poco su ceño.

—Lo que sea mi niña, venga.

—Sí Hinata, ya te has llevado a nuestro hijo ¿Qué otra cosa podría sorprendernos?

—Bueno... —comenta el rubio —Gaara logró llevarse a Lee de la aldea así que no deberían de mostrarse tan confiados.

— ¡Oye! —suelta un golpe en el costado del rubio —No los asustes.

Iruka resopla ante el comentario de su hijo menor, pero enseguida vuelve la mirada hacia el par de enamorados que se miraban con sonrisitas cómplices, Hinata toma la palabra.

—Um... Hemos estado pensando en... Tener un hijo, es solo... —expone con cierta vergüenza —una idea, pero queríamos que ustedes lo supieran antes que cualquier otra persona incluyendo a mi padre porque... —señala sus ojos.

—Creemos que podría poseer una poder ocular del interés de muchos, ya saben, tengo el Sharingan y ella el Byakugan. Podría ser que solo heredé uno de nuestros poderes oculares...

Padres adoptivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora