Capítulo 11

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Competencia

[Pasado...]

Al paso de los días Iruka tenía más que claro que dos niños estaban compitiendo por obtener su atención, a tal grado qué...

— ¡Basta chicos!

Al escuchar tal grito Kakashi abandona su formación Anbu para llegar al lado de aquel hombre y separar a aquellos niños que peleaban a puño cerrado, tanto Naruto como Sasuke tenían rasguños en el rostro además de algunas marcas de impacto sobre sus mejillas. Kakashi sostuvo a Sasuke mientras Iruka mantenía alejado a Naruto aún mostrándose algo sorprendido por la llegada inesperada del Anbu.

— ¿Qué ocurrió? —cuestiona hacia el mayor.

—Pues... —observa a ambos niños —la verdad es que no tengo idea, yo solo estaba... estaba pasando la tarde con ambos y cuando volví de comprar un helado ellos ya peleaban.

El Anbu los miraba a ambos y aunque la máscara cubriera su rostro no lograba atrapar la atención de ninguno de los dos, ambos chicos mantenían la mirada firme al contrario mientras se fulminaban intentando ir nuevamente contra el otro.

— ¡Sasuke! —Decia con firmeza — ¿Qué ha ocurrido?

El nombrado se encogió ante tal grito, pero solo de ese modo Kakashi obtuvo la atención de ambos niños, la sorpresa se expreso sobre el rostro de ambos al notar que un Anbu, un ninja de élite los reprendia, quizá la máscara distorsionaba la voz de su portador pero estaban seguros de reconocer aquella voz, Sasuke se volvió llevando su mano hasta el mentón de aquella máscara.

— ¿Ka... Kakashi San?

Debajo de aquella máscara el hombre sonrío con cierto orgullo mientras ajustaba el agarre sobre el niño para poder girarlo teniéndolo de frente a su rostro.

— ¿Qué pasó?

—Cosas de...

— ¡Cosas de niños! —corre a prisa tendiendo los brazos — ¡Ahora quiero que me cargue señor Anbu!

Ambos adultos se miran y ríen al instante, Iruka se acerca tomando al pequeño niño para entregarlo al mayor que lo toma sin mayor problema. Al verlos tan felices el moreno se inclina hacia el rostro del hombre que es admirado por ambos.

—Parece que me los has ganado.

Kakashi ríe bajo la máscara y poniendo presión en la pierna del pequeño Uchiha le hace comprender que puede quitarle la máscara, el niño no duda en seguir las instruccion y elevar la máscara por sobre los plateados cabellos del hombre; aunque sorprendido por tal movimiento repentino, Iruka se mantiene cerca de ellos.

—Puedes unirte... —añade en tono juguetón —Estoy seguro de que puedo cargarte también a ti.

Naruto ríe con entusiasmo y en una pequeña lucha logra escalar sobre el hombro del Anbu colocándose tras su nuca para así poder observar aquella máscara en todo su esplendor mientras sus pies caen a lo largo de los hombros de Kakashi quién lo observa de reojo y toma de oportunidad aquel momento desprevenido para pescar la cintura despejada del Umino y acercarlo contra su cuerpo, un sonrojo creciente rellena su rostro moreno embargado de sorpresa, sin saber que hacer y teniendo tal mirada juguetona sobre su rostro Iruka se esconde en el hombro del Anbu obteniendo un suspiro enternecido por parte del albino.

— ¡Oye, yo también quiero verlo Naruto!

En ese momento ambos chicos estaban trepando sobre los hombros de aquel hombre mientras él no podía detener su escepticismo aún viendo de cerca como aquel hombre de coleta se ocultaba acurrucado contra su uniforme mostrándose avergonzado a tal grado que sus orejas se teñían de un tono escarlata algo opaco, se encontraba tan embobado en esa escena que cientos de otras ideas sobre el mismo hombre invadían sus adentros, no podía ocultar las ganas que tenía de morder suavemente aquella oreja desprevenida así que sin dudarlo y con los labios entre abiertos se acercó un poco más al rostro ajeno obteniendo su avergonzada atención, sin previo aviso sus ojos se cerraron y la mano que sostenía al pequeño Uchiha se unió a la cadera del moreno dejando al niño por su cuenta en la lucha por escalar hacia sus hombros, la cercanía era tanta y tan precisa que por un segundo Iruka también cerró los ojos sintiendo la respiración ajena contra sus labios y la piel contraria contra la suya, por un segundo mínimo sus labios danzaron lentos y deseosos sobre los ajenos, pero Iruka fue el primero en apartarse completamente avergonzado.

Padres adoptivosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora