Amor en Té - Scarletwidow / Wandanat

Casa Romanoff

POV Wanda

Natasha me había convencido de salir de mi lugar para despejarme un poco, y solo si quería, poder conversar. Le sugerí simplemente ir a su casa y ella pareció conforme con aquella posibilidad. No me sentía de ánimos para ir a algún restaurante por más íntimo que fuese el lugar.

El camino había sido silencioso pese a tener música de fondo; Ella no era la responsable de ello, lo era yo, ya que iba perdida en mis pensamientos y analizando todo lo sucedido con Visión. No obstante, agradecía ella no pretendiera simulara estar bien por no molestarla, incluso, aún en medio del silencio que nos había envuelto percibía respetaba que tenía sentimientos encontrados y necesitaba espacio para procesarlos.

Lamentablemente había llegado a la conclusión de que Visión solo había venido a por mí porque se desvivía por la aprobación de sus padres, no porque tuviese alguna intención sincera en solucionar algo. Además, si era completamente sincera conmigo misma, debía admitir que lo que más estaba haciendo me coma la cabeza era su comentario respecto a mi indiferencia.

En el fondo, sabía que era verdad, que había mucho que no había querido enfrentar en su momento, pero llegar a aquel punto no había sido intencional, él de alguna forma me había llevado a esa posición a fin de hacerlo funcionar. Además, me recordé que las personas como él solían responsabilizar a alguien más para no asumir obraron mal. No lo culpaba, sabía que era más fácil y cómodo vivir así, pero lamentablemente no era lo correcto.

Cuando llegamos a la casa de Natasha ella bajó de inmediato a abrirme la puerta para ayudarme a bajar y sonreí. - Gracias. - Dije y ella besó rápidamente mi mejilla. Aquel gesto me sacó de mi agujero negro al fin. Ella y su forma de tratar tenían ese poder sobre mí.

- Estuve pensando en qué podíamos pedir y llegué a la conclusión de que mejor voy a cocinar. - Me dijo para generar un nuevo tema de conversación entre las dos y la miré con diversión. Realmente tenía demasiada facilidad para hacerme sentir calmada y relajada a su alrededor.

- ¿Me vas a envenenar? - Le pregunté mientras caminábamos y ella sonrió. - Envenenar, enamorar, ambos son verbos al menos. - Bromeó y la besé en cuanto pusimos un pie dentro de su hogar. - Aunque enamorarte no suena nada mal. - Admitió.

- ¿Eso quieres? - Pregunté suavemente y ella dudó un par de segundos pero igual asintió. - Vale la pena enamorarse y enamorar a alguien como tú Wanda. - Acarició suavemente mi rostro. - No intervine hace un rato porque sé que tú podías con la situación y con él, pero créeme, habrá quién te quiera más y mejor de lo que te quiso él y definitivamente habrá quién te ofrezca más de lo que te ofrezco yo también. - La miré completamente embelesada.

- Eres una mujer fuerte, hermosa, amable, pero por sobre todo exitosa, Wanda. Así que no hagas el más mínimo caso de lo que dijo ese soquete ¿bien? - Dijo crudamente sincera así que en señal de agradecimiento, la abracé. - Y si algún día quieres le patee el culo, solo debes decírmelo y lo haré. - Sonreí por un instante y luego la besé.

- Me gustas. - Reconocí en cuanto nos separamos en busca de aire y a ella se le iluminó el rostro. - Creo que debemos seguir conociéndonos y ya sabes, disfrutar de esto que tenemos también, pero necesitaba hacerte saber que me gustas y que lo que quieres, lo quiero yo también. - Ella besó una de las palmas de mis manos a modo de respuesta.

- ¿Que él haya aparecido tiene algo que ver? - Me preguntó con cierto atisbo de duda y asentí. - Sí, definitivamente ayudó porque mientras lo tenía a él frente a mí, sólo podía pensar en lo mucho que quería que se fuera porque sabía tú estabas esperando por mí. - Reconocí y ver el brillo en sus ojos me hizo saber que de alguna forma mi confesión la hacía feliz.