Amor en Té - Scarletwidow / Wandanat

Reconocer

POV Wanda

Un par de meses más habían pasado y era oficial, mi postulación a Londres había sido enviada y mi familia ya no desconocía mi plan. Mi hermano en especial, no se había mostrado extasiado o sumamente feliz, pero sabía, a su forma, estaba emocionado por mí.

Aún cuando la respuesta no había llegado aún a mis manos, sabía el puesto tenía ya un nombre y apellido, era mío y la realidad nos había alcanzado. Y sí, lo decía por Natasha y por mí, que era a estas alturas lo único que realmente me inquietaba de tener que marchar, más por todo lo que habíamos logrado progresar.

Ella constantemente me recordaba que debíamos vivir el ahora, pero sabía era una estrategia para no ejercer presión sobre mí, no obstante, no vivía en un mundo aparte, a medida que habían pasado los días y nosotras nos habíamos logrado afianzar, la idea de dejarnos ir se había hecho cada vez más inquietante y dolorosa.

Podía presentar mi vida antes de ella y mi vida con ella, y si bien amaba mi trabajo, ahora todo tenía más sentido para mí. Mis días no eran quedarme en el colegio hasta altas horas para trabajar o pasar las noches en casa intentando idear técnicas de aprendizaje para los niños y adolescentes con los que solía trabajar, ahora había más y ella era mi más. Natasha Romanoff me había sacado de mi zona de confort y no me quejaba, apreciaba el interés y adoraba su atención, porque así como yo era una mujer ocupada, ella también lo era y cualquier oportunidad que tenía para verme, siempre la aprovechaba. Era mutuo y eso es lo que más me gustaba.

Nuestros encuentros a veces eran en mi casa, otras tal vez en la suya, algunas veces con amigos o simplemente con Clint y mi familia. Sí, pese a aún no haberlo hecho oficial, mis padres ya la conocían y en el fondo sabíamos no necesitábamos un título para sentirnos seguras respecto a la otra.

Este fin de semana había sido distinto, no lo habíamos dicho, pero ambas estábamos más temerosas, más afectadas y no necesitábamos de otros, sólo de estar una junto a la otra, así que en nuestro encuentro no agregamos a nadie más, solo nosotras y nuestros planes para jugar, beber, bromear, tener sexo y conversar. El fin de semana ideal.

***

Llevaba minutos observando a Natasha dormir, me resultaba particularmente adorable la forma en que sonreía entre ratos cuando se abrazaba un poco más a mí. Además, había descubierto que ella no hablaba en sueños pero si identificaba tu voz estando dormida, podía darte una extraña y breve, pero a la vez interesante conversación.

- Natasha... - Comencé a susurrar y pese a que se removió sonrió aún más. - Natasha... - Intenté otra vez y suspiró. - Me encantas Wanda. - Susurró y me reí bajito porque era evidente estaba soñando conmigo. - Natasha... - Volví a decir y ella reaccionó un poco diferente esta ocasión. - ¿Mmm? - Preguntó con voz cortada y me dije que debía aprovechar la ocasión. - ¿Quién es Wanda? - Le pregunté y ella sonrió.

- Mi novia. - Dijo con voz más clara y por un momento dudé si se había despertado o no. - Pero ella no sabe. - Añadió y me comencé a reír. - No le digas porque se va a enojar. - Añadió como si realmente le preocupara. Diablos, esta mujer me iba a matar, pero de ternura. - ¿Por qué se va a enojar? - Le pregunté siguiendo la línea de sus pensamientos y la vi contraer el rostro. - Porque no te conozco y eres mujer. - Susurró y me indigné.

- ¿Es celosa? - Continué, este era un momento revelador. - Ella dice que no. - Respondió. - Pero no le creo. - Añadió y sonreí, si bueno, sí me conocía. - La quiero ver, la extraño. - Dijo después de callarse algunos segundos y aquello me alertó. - ¿A quién extrañas? - Pregunté temiendo su respuesta pero ella sonrió. - ¿De quién estamos hablando? - Preguntó y se comenzó a reír. - Wanda, extraño a Wanda. - Continuó y suspiré dejando ir la repentina tensión que me hizo sentir.