Emma

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POV Natasha

- Te di una sola misión Nathan, una sola y mira a la hora que llegan y lo más importante la forma. - Le dije a mi hijo que se veía realmente apenado. - Mamá, te juro que Emma no tomó más de un par de tragos. - Me intentó explicar y asentí, incluso le di de comer porque se sentía bien. - Dijo y suspiré.

- Mamá... - Susurró Emma y dejé un momento a Nathan para acercarme a ella. - No fue su culpa... - Susurró y acaricié suavemente su cabeza. - Todo me da vueltas. - Me dijo y fruncí el ceño. - A ver amor, qué tomaste, ¿lo recuerdas? - Pregunté y ella asintió de forma suave.

- Yo me serví un tequila y luego tomé un vaso de ron. - Recordó. - Nathan y yo no pensábamos tomar más. - Me dijo y asentí. - ¿Ustedes también sirvieron el ron? - Le pregunté a mi hijo y este negó. - No, pero a mí no me hizo daño. - Me dijo y suspiré. - Tal vez fue licor adulterado, parece más que todo una reacción alérgica Nathan. - Le dije y este suspiró aliviado.

- Tuve miedo mamá, no sabia si traerla o llevarla a un hospital. - Me dijo y me acerqué a darle un ligero abrazo. - Lamento haberte reñido. - Le dije y él asintió. - Pero la próxima patearé el culo de ambos si no tienen cuidado. - Finalicé.

- Ve a cambiarte, yo la voy a subir. - Le dije y él negó. - Te ayudo a subirla y tú la ayudas a cambiarse. - Me dijo y asentí.

Estuve cuidando a Emma cerca de dos horas más, solo una de estas acompañada por Nathan porque entendía él se sentía mal pero también necesitaba descansar. - Ma... - Susurró mi niña y sonreí. - Dime. - Acaricié suavemente su cabello. - ¿Me van a castigar verdad? - Preguntó reaccionando y sonreí. - No tengo por qué cariño, yo confío en ustedes, así que ayudaré a que mamá Wanda no los envíe a algún país extraño. - Le dije y la vi sonreír. - Mamá va a matarme. - Negué.

- No lo creo, a lo mucho no te dejará ir a fiestas a no ser que alguna te lleve, te rocoja o te acompañe, pero no más, este desperfecto técnico con el alcohol te lo ha heredado ella. - Le comenté y se giró suavemente para que le cuente al respecto. - Alguna vez me pasó esto en un bar con tu madre, demandamos al bar y le ganamos por cierto. - Resumí todo y ella sonrió.

- ¿Vas a demandar esta vez? - Bromeó y negué. - Son niños, claro que no. Entiendo la falta de presupuesto para comprar buen licor, solo espero que nadie más se haya visto afectado por la misma razón. - Le dije y ella asintió. - De verdad Nathan sí me cuidó. - Habló de repente y asentí.

- Lo sé, solo lo reñí por la impresión y la preocupación, pero sé que tienes un buen hermano mayor. - Le dije y ella sonrió. - Es un imbécil, pero sí, lo es. - Dijo y me reí. - Lo que me agrada es que aquí hay respeto. - Bromeé y ella sonrió. - Se parece mucho a ti. - Dijo suave nuevamente y sonreí. - ¿Me has dicho imbécil? - Jugué y ella se comenzó a reír. La adoraba, era como ver a una muy joven Wanda.

- Creo que ya estás mejor así que por fin puedo ir a la cama y dormir. - Le dije y ella asintió. - Igual cualquier cosa me escribes, dejaré el móvil con sonido. - Le dije y ella asintió. - Gracias. - Me dijo y me acerqué a darle un beso en la frente antes de salir de su habitación.

- ¿Ya está bien? - Preguntó Nathan saliendo de su habitación a penas oyó la puerta y asentí. - Sí amigo, tú deberías dormir. - Dije y lo vi asentir. Lo conocía demasiado bien, sabía que no me podía ir simplemente a dormir sin hablar con él así que caminé en su dirección.

- ¿Qué es lo que sucede? - Le pregunté y él suspiró. - Me siento culpable. - Me dijo una vez me senté en la silla de su escritorio y dejé él se sentara sobe su cama. - No ha sido tu culpa. - Le dije y él asintió. - Puede que no, pero sí me distraje por un momento mamá. - Admitió y esperé a que me explicara. - Estuve cuidándola toda la noche pero cuando vi estaba únicamente con su grupo de amigas aproveché para buscar a Ellis. - Me dijo y sonreí. - No es gracioso, dejé a mi hermana desprotegida por eso. - Dijo y volví a sonreír.

- Nathan, hijo, qué edad tienes. - Le pregunté y él me miró sin entender. - A penas has cumplido los veinte, a tu edad eres un millón de veces más responsable de lo que yo nunca seré, no está mal hayas ido con la chica que te gusta cuando antes te aseguraste de que tu hermana estaba bien. - Le dije y él asintió. - Además, como le expliqué a Emma, es un desperfecto de fábrica con el que nació. Lo cual me tranquiliza, no podrá tomar al menos lo que resta del año. - Dije y él sonrió. - Al menos no un trago que no lleve en su mano. - Suspiré.

- ¿Qué hiciste con Ellis por cierto? - Pregunté y él se tumbó en su cama. - Cuando notamos Emma se puso mal ella me acompañó, la dejé de camino hacia aquí. Es una chica increíble y yo de verdad siento que me he enamorado. - Sonreí porque me gustaba escucharlo hablar así, además eso hablaba bien de nuestra relación. Él se volvió a sentar. - ¿Qué tanto han avanzado juntos? - Pregunté y él sonrió. - Bien, creo que esa cara lo dice todo. - Le dije y por fin se relajó.

Nathan era un chico reservado, hasta cierto punto cerrado, pero con los demás, no con nosotros y eso era genial. Wanda y Emma tenían razón, se parecía demasiado a mí. - Le voy a pedir sea mi novia. - Admitió y extendí mi puño hacia él. - En mis tiempos eso se hacía antes de hacer juegos de roles eh. - Bromeé y él se comenzó a reír. - Hey... - Apareció Wanda por la puerta y ambos la saludamos. - ¿Qué hacen despiertos? ¿Tú por qué estás aquí? - Dijo preguntándome y me paré para caminar hasta ella. - Tu hijo le pedirá a Ellis por fin salga con él. - Le dije y él sonrió apenado. - Ya era hora. - Respondió ella y sonreí. - Cómprale algo lindo, no seas tacaño. - Jugó y le hice un gesto para que la escuchara.

- No seas como tu madre. - Jugó y me reí. Aún recordaba cómo me había hecho novia de Wanda. - Descansa Nate. - Le dije y él sonrió. - Andando, amor. - Le dije y ella se acercó a darle un beso en la frente a nuestro hijo y luego salió. - ¿Emma? - Me preguntó y sonreí. - Dormida pero Nate y yo hemos descubierto que se parece más de lo que debería a ti. - Dije arrugando la nariz.

- ¿Qué pasó? - La vi asustarse y la llevé hasta nuestra habitación. - Le hizo mal el licor. - Le dije y vi cómo el rostro se le retorció. - Joder Natasha, ¿por qué no me pasaste la voz? - Renegó metiéndose en la cama y suspiré. Una que quería hacer algo bien y ahí estaba mi mujer para decirme que había metido no las cuatro, sino las cinco.

- Porque solo necesitaba acostarse amor y porque Nathan me llamó; Estaba asustado y pensaba estaba sucediendo algo peor. Tú estabas dormida y por la experiencia a fuerza que tengo con la situación, preferí manejarlo únicamente yo. - Le dije y ella asintió pero aun no se veía muy feliz.

- Además tú estuviste cuidando ayer en la madrugada a los gemelos, necesitabas dormir. - Le dije y ella asintió. - Justo por eso me desperté, no te sentí y creí que tal vez algo había sucedido con ellos. - Me dijo y negué. - Fui a buscarte primero en su habitación. - Me explicó y asentí. - Antes de acostarme fui a verlos también y estaban durmiendo bastante bien, aunque Nico estaba un poco más congestionado que Lara. - Ella asintió. - Siguen igual pero es normal, es parte de sus alergias. - Me dijo y sonreí.

- Ven aquí... - Palmeó a su lado y me acosté con ella. - ¿Ya no me odias? - Jugué y ella asintió. - Lo hago pero me desespera no dormir contigo, es mi adicción. - Admitió y sonreí porque lo sabía y una que otra vez me aprovechaba de esa situación.

***

Los niños ya crecieron, aunque debo decir que tienen 7, Nathan, Emma, Alek, Yelena, Alaia, Nicolás y Lara.

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Amor en Té - Scarletwidow / WandanatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora