52. ¿Qué pasó hace dos años?

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Nick me aparta el sudor de la frente y me abrocha el sostén. No lo hace mal, pero sí le cuesta trabajo encontrarle el chiste a la prenda. Obligo a mis piernas a soltarlo tras una eternidad, pasa abotonar mi camisa y yo lo sigo con la suya. Me mira y me sonríe, yo lo miro y me sonrojo. Se me hace gracia sonrojarme tras la posición en la que estamos, porque parecemos un par de casados mientras nos vestimos el uno al otro.

      No traía puesto su suéter cuando empezamos, así que no puedo hacer nada más. Cuando termina, decido no ponerme el mío. Hace calor.

–      Qué preciosa estás –dice.

      Le sonrío por él cumplido, lo beso lentamente en los labios y después abre la boca lo justo para que me sienta cómoda; atisbo que me duelen los pezones, pero eso debe ser normal... ¿No? Me abraza y sus dedos se aventuran a tomar el elástico de mis calzones, pero lo detengo.

–      Después.

      Me regala una sonrisa juguetona mientras me ayuda a poner los pies en el suelo; tengo una humedad en mis calzones al ponerme de pie, pero decido ignorarla. Nick abre la puerta para que podamos salir del diminuto cobertizo. La cierra con una llave que saca del pantalón.

–      ¿Tenías llave? –se me hace raro.

–      Sí. ¿Por?

–      ¿De dónde la sacaste?

–      De la oficina del director.

–      ¿Te robaste la llave? –alucino.

–      No es para tanto –me dice sin más.

–      Nick, no digas que no es para tanto. No puedes complicar más las cosas.

–      Creía que ya habíamos hablado de esto. No fue mi culpa Miel, y tú lo sabes mejor que nadie.

     No sé qué decir. No pensaba que Nick fuera capaz de robar y tampoco de decirlo con toda la tranquilidad del mundo. Decir que ayer fue uno de los días más estresantes tampoco ayuda mucho a mi enojo.

–      ¿Estás molesta?

–      No, sólo me preocupa que se den cuenta.

–      No eres buena para mentir... Supongo que antes te salía mejor, ¿no?

–      Pues si me hubieras conocido antes te sorprenderías –contraataco.

–      Qué bueno que no fue así.

–      ¿Por qué lo dices?

–      Por nada.

–      ¿Por qué no me lo dices? Es obvio que quieres decir algo –con mis manos lo incito a que me responda.

–      No quería decir nada –dice frustrado–. ¿Podemos cambiar de tema?

–      ¿Sobre qué?

–      Sobre... ¿Por qué estás molesta conmigo? –vuelve a preguntar.

–      No lo estoy.

–      Si lo estás –replica.

–      ¿Qué pasó hace dos años?

     Nick suspira exagerado al bajar la vista.

–      Ya te lo dije.

–      Sí –lo recuerdo, así como también recuerdo que Sarah estaba nerviosa y distraída, así como recuerdo que Carolina y Raúl no estaban muy contentos por mi elección, así como recuerdo lo que el director trato de darme a entender cuando pase ayer a su oficina. Me atrevo a preguntar–: ¿Qué hiciste? ¿Por qué no me dices nada?

Así Son Las Cosas [Así somos #1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora