Son las seis en punto cuando me despierta el tono de Lorde - Buzzcut Season. Es el tono que tienen clasificadas mis llamadas. Nick se revuelve al igual que yo, y tanteo con la mano hasta que tengo mi celular en mis manos.
Es mi tía Andrea.
Oh, no. ¿Para qué me llama? Amo a mi tía, de veras que sí la quiero bastante; es mi mejor amiga después de Estela; pero por qué me llama. Nick continua revolviéndose, me apresuro a ir al cuarto de baño para tener privacidad. Una vez adentro, él aroma a vainilla invade mis fosas nasales.
– Hola, taita –ya tenía tiempo que no le decía así.
– Hola, mi amor hermoso –la voz de mi madre me deja de piedra.
– ¿Mamá?
– Hija, no sabes que felicidad me da escuchar tu voz.
– ¿Qué haces? ¿En dónde está mi tía? –le pregunto en un tono molesto.
– Sé que estás enfadada, mi amor hermoso –ignora mi segunda pregunta–. Debí haberte avisado que tu padre iba a ir a festejar tu cumpleaños...
– No –la corto–, te equivocas ma, él no vino a festejar mi maldito cumpleaños. Papá vino para fastidiarme, pero no te preocupes, que el chiste no le salió.
– Me dijo que te fuiste a una semana obligatoria de cursos –dice ella, olvidando lo que acabo de decirle respecto a él. Mi madre siempre ignora mis sentimientos.
– Sí. De hecho, estoy aquí ahora, así que por favor no me marques otra vez. No permiten celulares en las aulas y no quiero que me den un reporte.
– Bueno, no olvides que te quiero.
Le cuelgo. Sé que soy una maldita por pensar así de la mujer que me dio la vida, sé que jamás voy a tener otra oportunidad con ella, sé que no es su culpa, sé que no es culpa de nadie; pero siempre he buscado con quien estar enfadada, cuando no existen razones para estarlo con ella.
Necesito un baño, inspecciono el lugar cuando reparo en lo que mis ojos ven: todo es rústico. La tina es de madera, al estilo rústico. El lugar también tiene un aire rústico, con piedras en los muros que me recuerda bastante a las de las playas, con un estilo más acertado a lo contemporáneo; su regadera es moderna, con alcachofa y todo, incluso tiene puertas de cristal y una banca dentro de la regadera. Su espejo es enorme, abarca todo el espectáculo. El inodoro es blanco y está alejado de todo. El lavabo es blanco, casi conectado con la regadera. Este es el mejor baño del mundo.
Entro en la regadera, me aplico el champú y él acondicionador. Me enjabono el cuerpo y la cabeza. Me depilo las piernas y las axilas. Tengo que comprar más rastrillos. Me visto sólo con una camiseta sin estampado que abarca la mitad de mis muslos y unos calzones color azul cielo. No me pongo el sostén porque no sé si saldremos y no quiero estar incómoda con la hebilla. Estoy semidesnuda, pero estoy con Nick, así que no importa. Cuando salgo, él aroma a chocolate caliente y a churros me invade las fosas nasales. Nick está de pie, terminando de hacer el desayuno perfecto, y de poner los churros en un plato enorme de cristal, que mas bien sirve para los postres.
– ¡Buenos días, princesa! –sólo trae puestos sus vaqueros. Nick tiene más confianza con su cuerpo y eso me provoca un estallido de felicidad.
– Buenos días –me sacudo la melena castaña y paso a tomar asiento.
– Qué preciosa se ve usted con esa espantosa camiseta puesta.
– Jaja. –Muy en el fondo, sé que le encanta.
No puedo evitar gemir de gusto cuando el chocolate y el churro se mezclan en mi boca. Yo remojo el churro, lo escurro y lo como. Nick come el churro por seco, bebiendo chocolate por aparte.
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Así Son Las Cosas [Así somos #1] ✔️
Ficção AdolescenteCuando Miel recibe la golpiza de su vida, decide irse a vivir lo más lejos posible de su padre. Encontrará consuelo en su tía Andrea, quien le ayudará a escapar a la Ciudad de México en donde reside la disfuncional familia de Raúl, los que le darán...