56. 5 semanas juntos hasta ahora

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En verdad que el tiempo es mágico, no me da tiempo de nada ahora, cosa que en realidad no me desagrada. Antes me leía y releía mis libros favoritos, y ahora ya no me da tiempo de acostarme más que para estar con él. Nick me ha sacado de mi estado usual en la vida, él me ayuda indirectamente con sus salidas y preguntas que me sirven para revivir viejas heridas que necesitaban ser curadas.

Ya no he vuelto a ver a Estela y eso me hace tan feliz; inclusive cuando me siento mal y sola, ya no se me aparece. Recuerdo que un día mi tía me dijo que disfrutara de mi soledad, porque iba a llegar un tiempo en el que alguien me iba a sacar de ella.

Raúl no se ha parado a platicar conmigo en todos estos días; nos ignoramos y pasó por alto sus patéticos intentos de hacerme sentir mal. No me interesa, él no es importante.

Los días se pasan volando cuando estoy a su lado. Todavía no he sabido cómo decirle a Carolina de nuestra relación. Me da algo de miedo que en un arranque de ira, Carol me envíe de vuelta a Salina Cruz. Me da miedo que cuando Raúl se entere, quiera ir directo por Nick.

Él me ha dicho que cuando yo lo crea conveniente le diremos. Sí, también decidimos darle la noticia juntos. En la universidad nos vemos en un nuestro pequeño escondite que sirve de cuarto de limpieza. En su casa estamos cuando sus hermanos y padres no están. De vez en cuando vamos al departamento. Nuestro lugar preferido es el parque, porque hay es en donde podemos pasarla más rato echados sin hacer nada más que leer y escribir; últimamente estoy muy inspirada y escribo a todas horas.

En las clases, tengo que salirme para que el maestro no descubra de mis verdaderos apuntes en el salón. Hay veces en las que pienso dejarla y probar suerte enviando mis historias a una editorial; Nick me dice que haga lo que quiera con mi vida, que es mía y que no deba permitir que nadie me diga qué hacer con ella.

Me he reído más en estás dos semanas con él, que en diecinueve años de mi vida. Nick se ha vuelto más confiable con respecto a su cuerpo cuando está conmigo. Creo que lo quiero... No, no lo creo, lo siento en mi pecho cada vez que lo veo. Lo quiero en serio.

A veces aprovechamos el silencio de la biblioteca para vernos. Cuando su hermana da fiestas en la casa, nos saludamos y vamos directo a su cuarto; pasamos la mayor parte besándonos y charlando sobre lo que haremos el día de mañana.

También nos pasamos el rato en la cocina, mientras yo hago lo que puedo desde la harina y él me observa con una cara de gozo que mi corazón me suplica besarlo. Una vez que pusimos la salsa, para hacer espagueti rojo, en la licuadora, y yo estaba demasiado distraída por la caricias de mi novio que olvidé por completo la tapa. Toda la pared e incluso nosotros nos llenamos de tomate y cebolla molida.

Lo que hicimos después, me dejó sin palabras..., porque por primera vez, en toda mi vida, me duché con alguien. Verlo bajo la regadera, con el agua cayendo sobre su cuerpo, me dejó con los colores más rojos que cuando la salsa nos roció.

Nuestros ojos se encontraban a cada minuto. Nick me llenaba de besos por todas partes: en la cara, en mis brazos, en mi pecho..., en todas partes de mi cuerpo de hecho. No hubo nada que él no tocara ese día.

Me volví valiente al tomar su virilidad en mis manos y empezar a masturbarlo; Nick me dejó que le hiciera lo que yo quisiera ese día. Me sentí empoderada y viva, él me hizo sentir mejor que bien cuando hizo lo mismo con mi sexo. Le costó trabajo dado el historial que teníamos en contra, pero lo hemos superado.

Me presto su ropa y un bóxer; todavía conservo sus prendas, están ocultas, por supuesto.

Cuando vamos al departamento, es después de salir de la universidad, Sarah es nuestra fuente confiable que nos avisa a qué hora sale con Carol y Raúl y a qué hora llegan. Mi subconsciente me recuerda que tengo que darle las gracias a esa mujer por ser tan buena y comprensiva con nosotros.

A Nick se le da por tomarme de las piernas y alzarme hasta el grado en el que mi cabeza lo sobrepasa. También se ha quedado a dormir cuando Carol y Sarah tienen mucho trabajo, o cuando Raúl sale con amigos y regresa hasta las tres de la madrugada; pero ese tiempo es suficiente para que Nick y yo la pasemos charlando y besándonos un buen rato. Cuando Nick se queda, le pongo el seguro a la puerta y cuando él tiene que irse, espero a que todo esté despejado.

Nos hemos bañado juntos en mi cuarto un par de veces, o a veces lo hago por mi cuenta. Claro que Nick siempre está para acompañarme, me hace plática en lo que me enjabono, y me habla mientras me depilo las piernas y las axilas.

Siempre me ha soltado halagos mientras me cambio. Ya sabe cómo luzco cuando estoy desnuda, así que no me molesta que me mire. Dice que le gusta más mi cabello cuando esta mojado; me distrae constantemente mientras le hago mi tratamiento a mi pelo y otras veces cuando me pongo la ropa interior.

Una vez me puso él mismo la crema humectante, mis piernas temblaban y mis brazos suplicaban por su tacto. No sé cómo, pero acabamos tumbados en nuestra cama sin nada más que su bóxer puesto.

En las mañanas, siempre me dice que le gusto más con mis greñas a medio despertar. Ya no me da pena que me vea con mi coleta de caballo despeinada, ni con mi pijama rota, ni mis calcetines de Elmo.

Llevamos cinco semanas juntos hasta el día de hoy.

Así Son Las Cosas [Así somos #1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora