Me reclino sobre mi asiento, esperando a que alguna especie de milagro me salve, o me dé alguna especie de señal que me indique lo que tengo que hacer, lo que debo hacer.
Hago lo que se hace mejor, pongo mi música y me coloco los audífonos de diadema y cierro los ojos con fuerza escuchando a The Scientist de Coldplay, Shattered de Trading Yesterday, In My Veins de Andrew Belle, In this Shirt The Irrepressibles. Canción y voy llorando en silencio. No puedo dejar de llorar, no importa lo que haga o lo que piense, porque todo me recuerda a él, todo lo que hago, todo lo que tengo, todo lo que llegue a pensar, fue porque él me lo dio.
Le entregue mi alma, le confíe mi cuerpo y al final él me mostró su verdadera naturaleza. Me mostró a un Nick que no conocía salvo por boca de otros y por la boca de mis compañeros; todos tenían razón, todos tenían razón sobre él.
Me arrastro a mi cama como puedo y me duermo con el uniforme puesto y la música a un alto volumen. Sueño, y sueño con un futuro mejor, con la vida que pude haber tenido sí mi padre nunca hubiera estropeado todo.
Cuando era niña, mi padre solía llevarnos a la playa, y pasábamos el rato contándonos cientos de historias y cientos de cuentos que me motivaban a escribir unos cuantos en mi tiempo libre. Mi madre decía que esos eran los mejores años de su vida, que era lo mejor que mi padre hacia por nosotros y de que lo único que lo salvaba del odio eterno eran sus recuerdos al caminar por esa arena y mojarse los pies con el agua salada.
Necesito ir a mi lugar feliz, necesito ir a un lugar en donde el sonido me ahogue y en donde mis recuerdos me ayuden a pensar. Necesito a mi papá, no al padre que me golpeaba, o el que encontraba placer en humillarme, sino a mi padre bueno que contaba historias y que me hacia volar en sus enormes brazos para hacerme sentir mejor.
Espero poder encontrar una solución para aliviar mis penas.
...
7 días después...
Los días han sido una locura, una pena enorme, pero al final... todo fue una locura. Nick en verdad desapareció de mi vida, no lo he visto y no he sabido nada de él en todos estos días. Agradezco el espacio y en verdad aprecio que no me moleste; necesito más días para decidirme. Sé que lo termine, y que prácticamente le dije que saliera de mi vida, pero me duele que todo terminara tan mal.
He hablado con mi madre en todo este tiempo, y me ha dicho mil veces que mi padre ya cambió y que ahora quiere una relación conmigo. Paso de él. No quiero nada con nadie nunca en la vida. No quiero volver a mi hogar, y lo peor es que no puedo escapar de éste.
Carolina no se ha portado mal en todo este tiempo, cosa que agradezco. Raúl tiene una sonrisa curiosa desde hace días; me imagino disfruta del dolor que tengo. Sé que su novia falleció de una manera horrible, y que quizás merezca su odio, pero yo sólo fui una tonta que creyó ciegamente en el que creía que era el amor de su vida. Yo antes no era así, yo antes no necesitaba a nadie y nadie necesitaba de mí. Me había acostumbrado tanto a ser sólo yo en mi pequeña burbuja. Me había acostumbrado a ser la chica que lee, que estudia, qué come sola, qué va a cualquier parte sola. No la chica que sale con alguien, que le toma la mano a alguien, que besa a su novio en la calle, no la chica que disfruta de cada fibra de su ser y de cada pensamiento que se le atraviesa por la cabeza.
Me arranco un padrastro con los dientes. Me duele. Antes no lo hacia, pero ahora mismo no se me ocurre otra cosa para pasar el rato. Mis libros eran lo único que tenía, pero los he destruido todos –excepto uno– pero a ese no quiero volver a tocarlo. Es como si mi alma me hubiera abandonado. Mis pasiones. Mis mayores aspiraciones. Mis temores. Todo en mi se ha ido. Me siento como un cascaron vacío al cual le han exprimido su jugo, su fuente de poder, o su motor de vida.
Veo la sangre seca en mi dedo anular, la lamo, sabe a cobre. Me embarro un poco de mi propia sangre por mis labios y veo como mi dedo palpita. Lo exprimo y ahogo mi dolor en mis quejidos y en cómo puede algo tan sencillo ser tan doloroso. Mi mamá me regañaba por arrancarme los padrastros de mis dedos, incluso cuando me comía las uñas era insoportable.
Me levanto de mi estado enfermizo. Voy por el alcohol y las curitas de la cocina, ya me está doliendo el dedo. Lo presiono y noto un liquido transparente que me obligan remojar mi dedo. Me quejo como cuando tenía diez y le pongo la curita, como cuando hacia mi padre, porque mi madre se desmayaba con la sangre.
Pienso en la mujer que me dio la vida, y al hombre que aporto gran parte de mi nacimiento. ¿Es raro que uno tenga un padre, con el que no tiene nada en común? Yo sí lo considero raro, y no sólo eso, si no que es extraño, inclusive super natural, hasta podría tratarse de una extraña paranoia en la que yo soy el protagonista y en donde mi padre es el ogro que trata de matarme todo el tiempo. A veces pienso que mi padre se sentiría mejor si yo muriera.
¿Cómo pudiste darme un padre así? ¿Por qué me diste a sus brazos? ¿Por qué? ¿Por qué fui un accidente? ¿Por qué llegue sin avisar? ¿Por qué te hice algo malo...? ¿Te hice algo malo? ¿Me estás castigando por algo que hice? ¿Por qué tuviste que darme de padre a esta bestia parlante que nunca ha hecho nada de su vida? Porque siento que formo parte de un juego perverso del cual la única opción para salir es Game Over. No entiendo. Siempre pongo a todos en mi ruleta rusa: mi padre, mi madre, mis hermanos, Carolina, Raúl, Nick... Pero, ¿qué pasa si tú también tienes tu propia ruleta rusa? ¿Estaré yo en ella?
– ¿Por qué nunca me respondes cuando necesito que me hables? –pregunto en voz alta, mirando el blanco techo del departamento.
Esperaba que fuera Estela la que me respondiera. Espera escuchar la voz de mi madre. Esperaba escuchar a Nick. Inclusive hubiera preferido a Carolina; en su lugar tengo la voz de un hombre al que no necesito ver ni en pintura. Mi padre está sentado en el sofá marrón, con ambas manos entrelazadas, y con las rodillas separadas.
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Así Son Las Cosas [Así somos #1] ✔️
Dla nastolatkówCuando Miel recibe la golpiza de su vida, decide irse a vivir lo más lejos posible de su padre. Encontrará consuelo en su tía Andrea, quien le ayudará a escapar a la Ciudad de México en donde reside la disfuncional familia de Raúl, los que le darán...