Voy en el capítulo tres de Diablo Guardián. No voy a mirar los mensajes de nadie por el día de hoy. Amo a Nick, pero en este momento no quiero leer más. Escucho que la puerta del departamento es golpeada suavemente, debe ser Sarah, olvido sus llaves en él cuenco cerca de la puerta esta mañana. Espero a que Raúl le abra la puerta a su madre, pero el golpe insistente me obliga a pensar que él ya se ha ido.
Voy a su habitación antes de abrir. La cama desatendida y la ropa sucia por todos lados hacen comprobar mis sospechas. Cuando abro la puerta del departamento, me encuentro con esos ojos grises que jure odiar hasta el último de mis días.
Está perfecto –con ojeras– pero sigue siendo mío y yo sigo siendo suya al momento que pasamos a establecer contacto visual; quiero abrazarlo, quiero besarlo, quiero decirle que no me importa lo que haya hecho, pero eso no es lo correcto. Lo que hizo no estuvo bien.
No sé qué cara ponerle o cómo saludarlo, pero creo que debo empezar con un: <<Hola>> dado que no sé qué más hacer.
– Hola.
– Hola.
No puedo seguir manteniendo el contacto visual. Estoy en un silencio incómodo, nunca antes había deseado tanto romper el hielo con algo, lo que sea.
– ¿Qué haces...?
– Escucha –dice con una voz cargada de esperanza–. La primera vez que te vi..., pensé que serías una de esas chicas chillonas simples, por tu coleta de caballo y la manera en cómo me veías. Pero, cuando te miré a los ojos –se interrumpe, y de inmediato recuerdo la primera vez que nos vimos–, supe que había algo más que sólo puro capricho o una historia con la que cualquiera diría fácilmente: te conozco. Me hizo gracia el verte sonrojarte con verme a los ojos. Tú, mi chica hermosa y tímida que me recordó que en la vida se tienen segundas oportunidades, mucho a un personaje de ficción –ambos sabemos cual–. Me encantó que te encabronaras conmigo cuando te insinué que podrías estar loca. Me encantó que leyeras y observaras lo que nadie más podía en mí, inclusive me encantó que vieras la portada gastada y que sonrieras como si de la lotería se tratara. Cuando te veo a los ojos, cuando en verdad te veo, sé que expresas algo más que sólo las historias de amor que has leído. Expresas fuerza, dignidad, honestidad, amor, algo más que un simple apego hacia a mí. Me has atraído y me has seducido a una gran escala que jamás creí posible. Me has hecho tuyo con tu carácter fuerte, con tu sonrisa, con tu aroma, con tus ojos, con tus labios, con todo y ni siquiera tuviste que esforzarte –hace una pequeña pausa–. Te amo. Perdóname por no decirte nada referente a Valeria, referente a Raúl, me entró pánico, no quería perderte y no quería que me odiaras. No puedo estar sin ti y desde el primer día no pude sacarte de mi mente. Eres la mejor persona que he conocido y eres la única en mi vida que realmente me entiende y me quiere aun con todo y defectos. Amo todo eso, en serio que sí. Te amo. Te deseo con una fuerza que en mi vida pude haber imaginado. Quería hacerte mi amiga, porque no quería obsesionarme contigo, pero desde que dijiste: <<Es Oscar Wilde>>, no pude dejar de pensar en ti. Los retos y todo y las miradas y las sonrisas fueron cuanto más necesitaba de ti. El día que te vi con el pelo suelto, y el día que te vi con el pelo recogido... –recuerdo ese día–. Verte así, con esa cara angelical, no pude soportar más el echo de que Raúl viviera contigo y te viera día con día. Me enfadaba sin razón, porque me repetía a mí mismo que no quería nada contigo. <<No debes estar cerca de ella>>, me repetía constantemente; pero me encantaba, ¿sí? Porque me haces sentir especial, me haces sentir digno de amor y sereno en cualquier cosa.
No puedo creer que esté escuchando todo esto. La última vez que confesó algo así fue el día en que me vió con Juan Carlos. Me sorprende y me extraña no tener las lagrimas que me pensaba que tendría, pero también me sorprende mucho que ahora mismo le esté sonriendo a corazón abierto por las bonitas palabras que entran en mi sistema. Dios, lo amo tanto.
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Así Son Las Cosas [Así somos #1] ✔️
TeenfikceCuando Miel recibe la golpiza de su vida, decide irse a vivir lo más lejos posible de su padre. Encontrará consuelo en su tía Andrea, quien le ayudará a escapar a la Ciudad de México en donde reside la disfuncional familia de Raúl, los que le darán...