Capítulo XXXI: Herederos del Cielo

41 3 5
                                    

Diez minutos después de haber comenzado la competencia, Brigit cambió de lugar con Morrigan, y mientras ésta última cabalgaba sobre la pelvis del arcángel, Wadjet y Brigit compartían un triple beso con él. Durante el acto la reina fantasma fue la primera de las tres, en lo que respecta a la competencia, en lograr hacer que el cuerpo físico de San Gabriel llegará al clímax. Luego ella cambió de lugar con la doncella egipcia, y junto a la druida pelirroja se encargó de besar cada centímetro del rostro del arcángel.

Y así pasaron las siguientes dos horas, que para ellos fue muy poco tiempo; cada diez minutos una se ocupaba de cabalgar sobre la masculinidad del cuerpo físico del arcángel, mientras las otras dos se ocupaban del resto de distintas formas, y cada una lo disfruto tanto como al hacerlo en solitario con el arcángel. Cuando volvió a ser el turno de Morrigan, Brigit se sentó en el rostro de San Gabriel para que éste le hiciera casi lo mismo que le hizo a la reina fantasma antes, mientras Wadjet se ocupó de ayudar a Morrigan a cabalgar sobre la pelvis del arcángel.

Después en el turno de Wadjet, San Gabriel se sentó en la cama, cara a cara con la diosa egipcia, mientras ésta cabalgaba sobre su virilidad, al mismo tiempo que Morrigan abrazaba desde atrás al arcángel para besarle la espalda y acariciarle el pecho, mientras Brigit se ocupaba de besarle los labios desde su lado derecho; también de vez en cuando las tres diosas aumentaban el éxtasis del momento besándose entre ellas y luego con el arcángel, al mismo tiempo que éste dejaba que su cuerpo físico se moviera siguiendo su instinto reproductor, de modo que se sincronizaba con los movimientos y cambios de ritmo de las tres.

Continuaron en esa posición en el resto del apareamiento, pero cambiando de lado entre las tres diosas cada cierto tiempo o cada vez que el cuerpo físico de San Gabriel llegaba al clímax, hasta que los cuatro cayeron en la cama agotados por completo. Mientras San Gabriel quedó acostado mirando el techo, Brigit yacía acostada en su hombro derecho, Morrigan en su hombro izquierdo y Wadjet encima de su pecho; las tres aferradas a él, igual de agotadas y bañadas en sudor.

Por el lado del arcángel, éste sentía todo el cansancio de su cuerpo físico, como si se hubiera apareado con más de cien criaturas femeninas en casi seis horas; aunque en realidad sentía lo mismo que siente un atleta tras correr casi cinco kilómetros. En el caso de las tres diosas, la excitación y el placer liberado en semejante acto, las dejo agotadas y satisfechas por completo; hasta en sus mentes pasó la idea de volver a repetirlo, pero durante la hora del baño con el arcángel mensajero.

Y en cuanto al desafío; al final la misma Wadjet resultó vencedora, y es que a diferencia de Brigit y Morrigan, a ella le gustaba bastante experimentar, así que cada vez que se apareaba con San Gabriel probaba distintas posiciones y ritmos, para descubrir cual disfrutaba más el cuerpo físico del arcángel.

Entonces descubrió que, como cualquier hombre-bestia, el cuerpo físico del arcángel reaccionaba mejor cuando ambos estaban cara a cara. De modo que la doncella egipcia tenía excelentes conocimientos de cómo estimular sexualmente el cuerpo físico de San Gabriel, hasta hacerlo soltar la "semilla celestial". Por ello durante la pequeña competencia puso esto a prueba, y consiguió hacer que el arcángel alcanzara el clímax con ella más veces que con Brigit y Morrigan.

—No puedo creer... que fui vencida por una mocosa... con menos experiencia que yo —dijo Morrigan con molestia y celos, a la vez que daba profundas respiraciones por el agotamiento.

—La próxima vez... voy a ganar... lo juro... —decía Brigit con molestia e igual celos, además de estar igual de cansada que la diosa cuervo.

Immortalem: Inicio del Nuevo MitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora