Capítulo XIX: Maestro vs Berserker

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Después de que Odín conjurara el mítico hechizo respetado y temido por los mortales e inmortales nórdicos, su cuerpo liberó una descomunal y caótica energía azulada, con tonalidades violetas; además su único ojo se había tornado azul por completo, y las venas en su rostro se tensaron. Su musculatura se amplifico a tal grado, que la armadura en su cuerpo daba la impresión que iba a romperse y salir volando por los aires. Y como detalle final, su respiración se tornó rápida y agitada, al mismo tiempo en que gruñía igual a un perro salvaje.

—Veo que sigues sin aprender —dijo San Gabriel bajando la mirada y cerrando los ojos, bastante decepcionado—. Eres como un niño malcriado creyéndose un adulto.

Con tan solo decir esas palabras, parecidas a las dichas por el propio Odín al arcángel con anterioridad, en un simple parpadeo el primero apareció frente a él, no con la intención de cortarlo con la lanza, sino de golpearlo con el puño izquierdo. No obstante la cercanía entre ambos fue suficiente para que San Gabriel saltara y conectara un potente rodillazo en el rostro de Odín. Sin embargo tuvo que alejarse flotando y aterrizar en el suelo, en posición de lucha, porque de no haberse movido, el Rey de Asgard podría haberlo atrapado por medio de un agarre rompe-espaldas.

Y eso no era todo; al instante Odín piso la tierra y cual rayo volvió a estar frente al arcángel. Luego atacó con una lluvia de estoques y cortés con su lanza, los cuales San Gabriel evadió a una velocidad solo un poco, para después bloquear con su codo un potente corte horizontal de la lanza, con el fin de acercarse y atacar con un codazo. 

Pero de inmediato Odín conectó un devastador puñetazo en el estómago de su enemigo angelical, obligándolo a retroceder diez pasos, y aun cuando éste último intento bloquearlo con su antebrazo izquierda, igual el impacto lo lastimo bastante, e incluso destrozó la armadura de su antebrazo; por primera vez en el combate recibió verdadero daño. Y fue entonces que Freyja se percató de algo.

"De repente tanto su poder mágico como su energía Chi, han disminuido al mismo tiempo en que recibió aquel ataque... ¿será que...?", pensaba Freyja bastante sorprendida de ese detalle.

Volviendo con el combate el arcángel, ahora serio, se preparó para otro ataque, el cual, para su sorpresa, vino desde atrás; a una velocidad por lejos mayor a antes, Odín se posiciono detrás de él para atacarlo. De inmediato San Gabriel se giró, y usando su codo izquierdo redirecciono a un lado un tajo en descenso de la lanza Gungnir. Pero no fue lo bastante rápido para bloquear un puñetazo, que fue directo a su rostro, seguido de una brutal patada en el estómago, que le hizo retroceder y, por primera vez, escupir un poco de sangre. 

No obstante él pisó la tierra con fuerza y se mantuvo firme. Y con la fortaleza de una montaña, tensó sus músculos y se cubrió, justo antes de recibir una lluvia ataques que consistían en tajos y estocadas, junto con puñetazos y patadas, cada una por parte de Odín; pesar de que el arcángel bloqueaba, redireccionaba y evadía varios de esos ataques, algunos lograban rozar su piel, e incluso la lanza llegaba a dar cortes profundos en sus brazos, piernas, estómago, y los puños y pies del propio Odín lograban dar con su objetivo, quien a pesar de lograr bloquear la mayoría, aun así el impacto de los golpes le causaba daño.

La fuerza del Rey de Asgard se había amplificado junto con su velocidad, la cual a su vez aumentaba la potencia de los golpes al impactar.

Ya estando harto de la situación, San Gabriel decidió intentar tomar distancia, conectando con éxito un brutal cabezazo en el rostro de Odín; aquel golpe si logro tener cierto efecto, puesto que lo desoriento el tiempo suficiente, como para que el arcángel extendiera las alas y comenzara a retroceder. Pero en cuanto lo hizo, recibió de lleno una lluvia de lanzas azules, disparadas por la lanza Gungnir de Odín, quien conjuró su hechizo rúnico en cuanto volvió a orientarse.

Immortalem: Inicio del Nuevo MitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora