Capítulo XXVI: Diosas vs Valquirias (III)

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El cielo una vez tranquilo ahora resonaba y la tierra temblaba con los feroces choques entre las tres diosas contra las Valquirias. Desde las aldeas humanas se podía ver todo un caos en las alturas; Valquirias peleando contra oleadas de fantasmas de guerreros celtas, explosiones, ondas de choque y destellos cegadores. 

Sin duda ya empezaban a creer con firmeza de que se había adelantado el Ragnarok.

Y para empeorar la situación, la batalla estaba llegando hasta sus aldeas; en una aldea lejana cayeron Wadjet y Prour, derribando una casa en el proceso, y luego ambas chocaron sus respectivas armas creando una onda expansiva que hizo volar todo alrededor a medio kilómetro de distancia. La diosa egipcia empezó a retroceder, al mismo en que bloqueaba cada tajo proveniente del hacha de la cruel Valquiria del poder, haciendo temblar la tierra con cada choque, al punto de destrozar todo el suelo por el que recorrían (o volaban) ambas.

Aunque estaban concentradas en intentar matarse una a la otra, Wadet hacía su mayor esfuerzo por esquivar las estructuras de las casas, al contrario que Prour quien movía su hacha sin cuidado alguno, llegando a incluso partir a la mitad una casa junto con la tierra. La brutalidad de la lucha se estaba saliendo de control en la aldea, de modo que la diosa egipcia tuvo que intentar elevarse de nuevo al cielo. 

Pero la valquiria implacable no se lo permitiría.

—¡No te atrevas a huir pequeña perra! —exclamó Prour con funesta ira, intentando detenerle el vuelo a la diosa egipcia por medio de un tajo descendente en diagonal, el cual Wadjet evadió con facilidad y comenzó a elevarse. 

Sin embargo fue sujetada de una pierna por Prour, para luego ser azotada contra el suelo; la brutal acción tuvo efecto casi nulo en la pequeña doncella egipcia, de modo que ésta, al instante en que fue estrellada contra el suelo, contraatacó pateándole el rostro a la Valquiria con tanta fuerza, que le quitó el casco e hizo sangrar por la boca y nariz. 

¡Control Ka: Mano Solar! 

Conjuro Wadjet mientras se elevaba en el aire. El ojo de su bastón desprendió flamas azules, las cuales adoptaron la apariencia de una enorme mano en forma de palma, con la cual la diosa egipcia golpeó a la Valquiria del Poder, la hizo atravesar tres casas germánicas y chocar contra un montículo de tierra cubierta de nieve. 

—Nada como una pared fría después de una ardiente cachetada ¡Ja, ja, ja! —dicho esta pequeña burla, Wadjet extendió las alas de oro y se elevo por fin en el aire, con el propósito de alejarse lo más lejos posible de las aldeas humanas.

Mientras Prour, aun estampada en el montículo de tierra, se tocaba los labios para ver si de verdad aquel golpe la lastimo tanto que la hizo sangrar; al ver que sí, gruñó con furia intensa.

Al mismo tiempo en las montañas se libraba una feroz contienda entre las dos hermanas, Morrigan y Brynhildr. Ambas chocaban sus respectivas lanzas con tanta fuerza, que el aire creado por el filo de sus tajos destrozaba la tierra junto con los árboles, y originaban largos cortes en las montañas cercanas. 

—¡Ja, ja, ja! ¡Es increíble lo fuerte que te has vuelto hermanita! —decía Brynhildr igual que una completa desquiciada, mientras movía su lanza en tajos veloces y salvajes, los cuales la reina fantasma evadía y bloqueaba sin dificultad alguna—. Pero hay algo que me molesta; ¡¿Por qué me estás llevando lejos de las patéticas aldeas humanas?! ¡¿Acaso es para proteger sus corruptas y patéticas vidas?!

Dicho eso, la Valquiria sanguinaria atacó con un corte horizontal tan poderoso, que hizo retroceder a la reina fantasma, aun cuando ésta última lo había bloqueado a la perfección. Además el golpe fue capaz de partir en dos la punta de una montaña ubicada en frente de ambas.

Immortalem: Inicio del Nuevo MitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora