Isabella Rosier siempre ha soñado con salir de Hogwarts y dedicarse a lo que más le gusta. Sin embargo, sus padres tienen otros tipos de planes para ella; unir su vida a la de Draco Malfoy.
𝐃𝐨𝐬 𝐚𝐥𝐦𝐚𝐬 𝐜𝐞𝐠𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐚 𝐚𝐫𝐫𝐨𝐠𝐚𝐧...
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Never be me — Miley Cyrus.
— ¿Cómo lo supiste? — Bella le preguntó prestándole toda su atención a la luna.
— ¿El qué? — la miro de reojo.
— Que era virgen.
Draco tragó saliva y se concentró en la luna. La luna brillosa, iluminando toda la ciudad.— Usé Legeremancia...— confesó.
Ella se volteó a verlo, tenía el ceño fruncido y se veía molesta.— ¿Hiciste qué?
— Usé Leger...
Ella lo corto.— Sí, ya sé. ¿Cómo pudiste?
— Tenía curiosidad, lo siento.
— ¿Curiosidad? — repitió con rabia —. ¡Por Merlin!
— Solo fueron dos veces, Bella.
— ¿Cuándo?
— La vez que hiciste todo un show junto a Blaise, Pansy y Theo, y la segunda fue en otra fiesta.
— ¡La primera vez ni siquiera sabíamos de nuestro compromiso!
— Lo sé — aceptó—, pero tenía curiosidad. Astoria hablaba mucho de ti, era la primera vez que te tenia tan cerca y tus paredes de Oclumancia estaban bajas... así que lo aproveché.
— ¿Y exactamente para qué?
Draco no se sentía culpable pero aun así no la quería ver. No quería mirar a Isabella a la cara y verle el ceño fruncido al igual que sus labios, sus ojos llenos de rabia.— No sé... curiosidad. Quería conocerte y no podía por Astoria. Me metí en tus pensamientos, aunque no encontré nada interesante.— se encogió de brazos.
— ¿Y la segunda?
— Bueno, la segunda ya sabíamos sobre nuestro compromiso. Tus paredes de Oclumancia nuevamente estaban bajas y decidí penetrar tu mente. Entonces me di cuenta que eras virgen — suspiró—. Tú te veías tan segura de ti misma, yendo y viniendo, las personas te miraban babeando y los tenías a todos alrededor de tu dedo... Pero luego, entré en tu mente y vi tus pensamientos; todos eran tipo '¿cuál es la necesidad de tener sexo en lugares públicos? ¡Qué asco, yo jamás dejaría que alguién me hiciera eso! ¡Oh, por Dios. El sexo está tan sobrevalorado!', y todo eso pensabas mientras observabas a las personas a tu alrededor.
Bella resopló, pasandose una mano por su cabello desordenándolo.— Eres una mierda.
— Y lo sé, Isabella... No trató de ocultarlo, soy así ¿qué se le puede hacer?
— Cambiar.— escupió.
— Me gusta mi forma de ser.
Ambos estaban en lo alto de algún lugar de Paris, viendo la noche y pasando el rato. Habían paseado todo el día y decidieron quedarse un rato más fuera.