28.- Te Odio.

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No importa lo que me ocurra, estoy marcado en su corazón para toda la vida.

Exclamo Kim Jong-In con una sonrisa que Lisa no sabía como describir, por sus venas el sentimiento de enojo se hacía presente, sin embargo, no lo demostró. Dejo que el humo por el frío escapará de sus labios apoyando su espalda en la pared, sus ojos lobunos examinaron el rostro contrario y chasqueo su lengua.

—Es una lástima que alguien con tanto potencial termine en prisión. —opinó la tailandesa después de un momento de silencio— Pero me alegra saber que pagarás por lo que hiciste.

—¿Segura de eso Manoban?

—Segura de eso Kim.

La puerta se abrió de golpe revelando a dos policías, mismo que tenían en su mano una orden de aprensión contra el joven, quien frunció su entrecejo. Sus nudillos se tornaron blancos por el agarre que aplicaba y un gruñido escapo de sus labios tan pronto tomaban sus brazos sin nada de delicadeza.

—Joven Kim Jong-In usted queda arrestado por el asesinato de la joven Chong Ting-yan. —informó Jin mientras Namjoon se encargaba de esposar al joven— También por el abuso hacía la joven Kim Jennie, todo lo dicho por usted puede ser usado en su contra.

—¿Cómo...?

—Jaque Mate. —susurró Lisa con una sonrisa.

2:00 p.m

8 horas antes del arresto de Kim Jong-In.

[Seúl, Corea del Sur]

Jennie gruñó en el momento en el que las manos de la bailarina rozaron la piel desnuda de su abdomen. Los dedos de Lisa simplemente dejaban suaves caricias mientras la voz de Bruno Mars inundaba la habitación. La artista se encontraba con los ojos cerrados disfrutando de las caricias que su amada le brindaba, era un momento ideal, la melodía si bien era triste, el piano lograba calmarla. Escuchar los pequeños suspiros de la tailandesa le tenía mal.

La odiaba.

Odiaba la manera en la que los dedos de la menor acariciaban su abdomen, odiaba la forma en la que susurraba su nombre en su oído, odiaba el calor que su cuerpo emanaba, odiaba la seguridad que le proporcionaba, odiaba su sonrisa, odiaba como su corazón se alocaba ante su cercanía.

Para Jennie, decir que lo odiaba, era la manera más pura de decir que le encantaba.

—Creo que estoy amando y odiando esta canción. —susurró Lisa.

—Creo que estoy odiando la manera en la que acaricias mi piel.

Lisa soltó una risa ronca provocando que Jennie temblará, la mayor únicamente suspiro y abrió sus ojos para poder enfocar la ventana. Sus labios fueron relamidos dándoles un color vivo a estos. Sus ronroneos no tardaron en llegar como una melodía que alocaba a la bailarina quien deslizo uno de sus brazos por la cadera ajena para poder apegarla más a ella, su diestra se encargo en repartir caricias por su abdomen dejando que sus labios danzaran por el hombro de su amada.

—Este es mi momento favorito hasta ahora...

—¿Por qué gatito?

—Tenemos una melodía perfecta, y nuestros cuerpos están bailando en una armonía perfecta.

Jennie separo su cabeza del cuerpo de la bailarina para poder verla directamente, Lisa se encorvo por la acción y sonrió dulcemente achinando ligeramente sus ojos. La artista acorto la distancia entre ambas capturando los labios ajenos en un simple beso, sorprendida, la bailarina lo continúo asombrándose de la facilidad con la que sus labios se movían, como si supieran que movimientos realizar.

Forelsket || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora