11.- Juego sucio.

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Handong sentía como su ropa se pegaba en totalidad a su piel y el como la temperatura bajaba considerablemente. Su cuerpo dolía, en especial su rostro, mismo que palpitaba dolorosamente siendo acompañado del pequeño río de sangre que salía de su nariz mezclándose con la lluvia que caía constantemente y hacía caer aquel líquido rojo por su mentón. Uno de sus ojos se encontraba entrecerrado y los quejidos salían de sus resecos labios.

Nunca había sido una persona violenta. Nunca había instigado una pelea así que le parecía irónico encontrarse en esa situación. Tirada en un callejón, su espalda contra la pared, a duras penas logrando mantenerse sentada. Los pequeños cortes en su cara causados por los fuertes golpes que arden al contacto con el agua helada de lluvia al igual a sus nudillos rotos por intentar defenderse mismos que provocaban su mueca de dolor.

Vamos no te duermas Dong...

La joven de teatro solamente había salido aquella nublada tarde para conseguir algunos materiales que necesitaría para sus clases, vaya que le había ido mal. Un grupo de chicos de su edad la empujaron hasta el callejón, le robaron y la golpearon hasta que perdió el conocimiento, aunque la china se cuestionaba porque, ya que ella dio todo voluntariamente.

La visión de aquellos orbes grises se volvía borrosa, cualquier movimiento era realmente doloroso en esos momentos. La joven sabía que necesitaba levantarse, pero en cada intento su cuerpo colapsaba cayendo contra la pared causando más daño. Sus extremidades comenzaban a adormecerse y el cansancio poco a poco comenzaba a apoderarse de ella, aunque Handong sabía que no debía dormir. Primero necesitaba ir con algún médico.

Solo dormiré un segundo, solo un momento hasta que pase la lluvia.

—¡Por Dios! —el gritó de una mujer resonó por aquel callejón— ¿Puedes oírme?

Handong asintió débilmente, su fuerza estaba tan mal, que no podía hablar.

—Mierda Handong no cierres los ojos. —pidió aquella fémina confundiendo a la china— Estás helada, necesito llevarte a los dormitorios.

La joven únicamente suspiro en respuesta intentando reconocer la silueta de aquella fémina. ¿Por qué le conocía? Si, Handong sabía que tenía fama en la Universidad, sin embargo, nadie la llamaba por su nombre. Sus ojos grises se dilataron al momento de conectar con unos cafeces.

Tzuyu...

—Tranquila, estarás bien. —comentó la taiwanesa nerviosa— Lo estarás, no te preocupes. Solo no te duermas mierda.

T...z...u...y...u...

—¡Handong!

[...]

—Me siento tan inútil en estos momentos. —confesó Lisa dejando caer su cuerpo a la cama de Jisoo quien gruñó al ver la acción— Nada de lo que intento funciona.

—Todo es válido. —Rosé comentó, observando como Solar colocaba en la pequeña mesa de centro del dormitorio el juego de ajedrez— No tengo otro consejo que no sea seguir intentando.

La lluvia golpeaba agresivamente la ventana de aquella habitación, Lisa se sintió fascinada de por fin conocer el lugar donde Kim Jisoo dormía, pues a pesar de conocerse de ya tres años nunca había tenido el honor de ir a su habitación. Las paredes eran de tonalidades rosas con decoraciones negras dándole un aspecto adorable y a la vez rudo y fuerte.

—¡Acabe! —gritó Solar con una sonrisa— Ahora sí, puedo explicarte lo demás.

Park suspiro acomodándose en su cama observando con pereza a la joven peli rosada, ella sabía que debía explicarle a Lisa todo sobre las conexiones, pero aún no podía acostumbrarse a tener que usar el juego para hacerlo. Jisoo desvió su mirada a la ventana notando como los rayos empeoraban paulatinamente, y un sentimiento de preocupación se instaló en su pecho.

Forelsket || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora