24.- Jennie Kim enamorada.

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Había ciertas reglas que Kim Jennie utilizaba para sobrevivir. Mismas que habían sido desarrolladas a lujo de detalle para no tener equivocación alguna, sin embargo, las circunstancias podrían ser el mayor enemigo de sus reglas.

Uno: Nunca llores delante de los demás, eso podría ser signo de debilidad.

Dos: Pinta en tu memoria cada movimiento, frase, actitud y momento, no sabes cuando podrán ser los últimos.

Tres: Nunca le pidas a nada a nadie, lo pueden usar en tu contra cuando menos lo esperes.

Cuatro: Cuando obtengas algo haz que perdure, nunca sabes cuando volverás a obtener algo.

Cinco: No te enamores, puede ser contra producente.

Eran reglas simples para vivir, pero el destino parecía poner a prueba la voluntad de la joven artista de cumplir sus propios mandamientos. Cosa que frustraba de manera impresionante a la pequeña Kim.

—Jennie. —la voz suave de Lisa resonó en los oídos de la mayor— ¿Te encuentras bien?

¨Quiero que descubras que es el amor ¿Lisa no era la clave de ello?¨

Las palabras de Minatozaki ocupaban sus pensamientos, un gruñido suave escapo de la garganta de Kim quien únicamente escondió su rostro en el cuello de la menor. Ambas se encontraban en el campus principal tomando su merecido descanso, sin embargo, Lisa pensaba que algo estaba mal, en la mañana del domingo Jennie se había comportado extraño, evitaba el contacto, y en general, parecía evitar al mundo.

—Lo estoy... —mintió en un susurro la artista.

—No lo estás. —contesto suavemente Lisa— ¿Hmm? Estas temblando.

Jennie cerró sus ojos, efectivamente, su cuerpo se encontraba temblando. Sus labios se vieron presionados por unos ajenos y eso le hizo sonreír. Lisa con cuidado se despojo de su chaqueta para colocarla sobre el cuerpo de la joven pensando que tenía frío.

—Estoy muy triste...

—Esta bien, puedes estar triste.

La artista parpadeo confundida ante aquella contestación, sus manos temblaron nuevamente y de manera inconsciente busco la mano de la menor la cuál rápidamente tomo entrelazando sus dedos. Lisa tenía un cigarro en su boca observando el escenario que se estaba formando, pequeños copos de nieve caían pintando el paisaje de un blanco puro. Un poco de humo escapo de sus labios y con su pulgar acaricio la palma de Jennie quien suspiro en respuesta.

—¿Por qué eres así? —pregunto de repente Jennie frunciendo su entrecejo— ¿Por qué...?

—No se de que hablas. —fue honesta la bailarina— Siempre he sido así.

—No me has preguntado porque estoy triste. —murmuró.

—¿Debo preguntarte porque lo estás? —contraataco la chica recibiendo una negación inmediata— Ahí está tu respuesta.

—¿Por qué...? —insistió.

—No puedo obligarte a contarme lo que te tiene de esa manera, pero lo que puedo hacer es estar a tu lado, brindándote mi hombro por si quieres llorar. —Lisa expulso al de humo curvando sus labios en una sonrisa— Si quieres decirme el porque de ese sentimiento, adelante, y si no, adelante, solo te dejo en claro que no estás sola.

Kim no pudo evitar sentir una calidez en su pecho, un pequeño cosquilleo apareció en su estomago y sus mejillas se tiñeron de un color rojizo. Lisa por su parte dejo que su cabeza se recostara en el árbol que les brindaba algo de abrigo, sus músculos se tensaron brevemente al ver como Kai caminaba hacía ellas con firmeza.

Forelsket || JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora