Hijos del Engaño.

Hasta el infinito🔪

Ocho meses después...

—Así que, aquí estás —Habla el señor Ian viendo a su esposa ver el gran paisaje frente a ellos a través de uno de los grandes ventanales de la casa de su hija mayor. —¿Qué haces aquí? Asli está corriendo de un lado a otro volviendo loca a Josefina —Cuenta recordando a la niñera de sus nietos correr detrás de su hija menor.

—Hace treinta años me trajiste aquí pocos días después de casarnos y hoy nuestra hija mayor vive aquí, admirando la misma vista que yo una vez admiré —Sus ojos se cristalizan sin poder evitarlo. —Hemos hecho un buen trabajo —Asegura girándose hacia su esposo.

—Hicimos un buen trabajo —Asegura antes de besarla.

—Morena —Hades llama la atención de su esposa mientras entra en la habitación de sus hijos viendo cómo está intenta calmar a su hijo.

—¿Sí, amor?

—¿Qué haces aquí? La fiesta es abajo y Thais está muy inquieta ya que desea apagar las velas —Se acerca a ella y toma al pequeño quien en seguida comienza a jugar con el colgante de su cadena.

—Nuestros hijos ya han crecido —Murmura viendo como su pequeño de ocho meses presta completa atención a su padre. —¿Dónde está Irem?

—Mamá la tiene —Atrae a su esposa a sus brazos sosteniendo al pequeño a su costado.

—Gracias por traerme aquí hace diez años —Murmura contra su pecho. —Y gracias por besarme en mi cumpleaños número 17.

—Gracias por no abofetearme o bueno, pedirle a tu hermano que me dispare —Bromea. —Vamos al patio, nuestra familia nos espera —Besa su cien antes de comenzar a bajar las escaleras. —Josefina —El castaño llama la atención de la niñera quien conversa animadamente con Jonás. —¿Puedes sostener a Ilker un momento mientras le cantamos cumpleaños feliz a Thais? —Pregunta viendo amenazante a uno de sus mejores amigos pues no está de acuerdo en que este le eche los ojos a la niñera de sus hijos.

—Claro, señor Hades —Responde está alejándose del chico con el rostro rojizo debido a los comentarios de doble sentido. —Ven aquí, pequeño —Toma al bebé en brazos y sale al jardín tras sus jefes.

—Thais, pequeña, ven con mami —Pide está viendo a su hija correr de un lado a otro tras su tía Asli. —Es momento de cantarte cumpleaños feliz —La toma en sus brazos caminando hacia la mesa donde se encuentra el hermoso pastel de Masha y el Oso.

—¡Mami! —Chilla Irem atrayendo la atención de su familia tras haber cantado feliz cumpleaños. La pequeña hace menos de un mes a descubierto las palabras mami y papi y no ha parado de repetirlas.

—¿Qué pasa, pequeña? —Pregunta acercándose a su suegra batallando con Thais quien pide ser puesta en el piso para ir tras Asli. —Ve, pero nada de ensuciarse —Advierte antes de verla irse corriendo. —¿Qué quieres, mi amor? —Le pregunta a su hija menor quien hace puchero para ser tomada en brazos. —Ven aquí —La toma y camina hacia su cuñada Viviana quien sostiene a su sobrino de dos meses. Junto a esta se encuentra Penelope, la señora Kaleli quien se encuentra en la dulce espera. —¿Qué tal todo ahí adentro?

—Bien, ya sólo faltan cuatro meses para conocer a mi pequeña.

—Esperemos que no sea tan revoltosa que mis pequeñas —Bromea viendo como su hija mayor obliga a su padre a jugar con el gran pony que este le regaló. —Hacen con su padre lo que quieren —Ríe con el vivo recuerdo de aquella noche en la que festejó su cumpleaños número 17.

—Tú haces lo que quieras con tu marido —Bromea su cuñada. Deja salir una carcajada antes de fijar su gris mirada en la pequeña morena que duerme tranquilamente en sus brazos.