Hijos del Engaño.

Conociendo la verdad🔪

—¿Crees que le guste a tu hermano? —Le pregunta la novia a su cuñada.

—Le has gustado desde hace casi diez años, no veo motivo para que no le gustes ahora —Bromea. —Te ves como una princesa.

—Justo ahora me siento como una —Se mira al espejo y esconde un mechón detrás de su oreja. —Tú también te ves hermosa, ese vestido se te ve maravilloso.

—Tú lo escogiste para mí, supongo que debo agradecerte —Bromea.

—Disculpe, señorita Dea —Interrumpe una empleada en la habitación de la novia. —Un oficial de policía la busca en el primer piso.

—¿Es urgente? Faltan menos de tres horas para la boda de mi hermano, no creo que sea el momento adecuado.

—Dice que es una emergencia —Interrumpe.

—Ok ­—Asiente. —Cuñada, iré a ver qué pasa y regreso.

—Ok —Baja al primer piso con mucho cuidado debido a los tacones y lo ajustado de su vestido. Camina hacia la puerta de entrada donde la espera un oficial de policía.

—Buenos días, señor. ¿Qué desea?

—Señorita Harrison, lamento haber venido de esta manera, sé que es un día importante para vuestra familia, pero esto no puede esperar.

—¿De qué se trata?

—No sé cómo decirlo... —Mira al suelo nervioso. —La niña Esma falleció.

—¿Qué? ¿Cómo que Esma falleció? Cuando fue ingresada al departamento de niños y familia, ellas estaban bien. ¿Qué pasó? Necesito respuestas —Se altera llamando la atención del Hades quien viene bajando las escaleras.

—¿Dea, qué pasa? —Se acerca a ella.

—Lamentablemente, el hermano mayor de las chicas ingresó al país y fue al Departamento de niños y familia con la excusa de visitar a sus hermanas. Las chicas estaban muy felices y emocionadas al ver a su hermano, pero este esperó hasta estar solo para sacar un arma con silenciador y dispararles. A Esma le disparó directo en el corazón y a Nefes a la cabeza provocando que está caiga en coma, y los doctores no pueden determinar si despertará o no aunque no hay daño cerebral.

—¡No! —Solloza. Hades se acerca a ella y la abraza tratando de darle consuelo.

—Shh, tranquila. —Acaricia su largo y abundante cabello. —Tranquila, tranquila —Sus caricias continúan hasta pasar unos minutos cuando la morena se calma.

—¿Qué pasará con Nefes?

—Sus abuelos maternos vienen desde Turquía. Al parecer no sabían que su hija y esposo habían vendido a sus hijas, ni que su hijo mayor había volado hasta aquí.

—¿Qué edad tiene el chico?

—18, es un crío.

—¿Y cómo consiguió dinero para volar hasta aquí? Las niñas me dijeron que sus familias eran de escasos recursos.

—Aún no tenemos respuestas para esas preguntas. Un oficial está interrogando al chico en estos momentos.

—Ok. ¿Oficial, no le importa informarme cuando los abuelos de Nefes ingresen al país?

—No, claro que no.

—Ok, muchas gracias.

—A usted y mi más sentido pésame —Se despide y se marcha dejando a la morena con un hueco en su corazón.

—Eran tan solo unas niñas —Susurra. —Esma apenas estaba comenzando a vivir libremente y su hermano quién debía ser su protector la asesinó —Llora sin cuidado. Las lágrimas descienden por sus mejillas sin cuidado, la desesperación y la culpa la invaden. —Yo debí hacerme cargo, yo debí cuidarlas... —Llora.