Psicópata🔪

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—Buenos días —Saluda Hades ingresando en la cocina donde se encuentra Dea junto a su nana.

—Buenos días —Responde la morena sin prestarle mucha atención. La noche anterior tuvo un estupendo orgasmo por los sabios y experimentados labios de aquella chica y con ello, sintió como todo el estrés y la tensión que había acumulado, abandonaban su cuerpo.

—Dea, si te molesta que Jazmine y...

—Hades, no me interesa si tú o tu esposa están aquí, si quieren pueden mudarse permanentemente, no me interesa en lo más mínimo lo que pase contigo —Se levanta e intenta salir de la cocina, pero el fuerte agarre de aquel hombre en su brazo se lo impide. —¿Qué haces? —Pregunta sin mirarlo a los ojos, no es capaz de hacerlo.

—¿Por qué tienes está actitud indiferente? —Cuestiona cerca, muy cerca de ella. El aroma personal de aquella chica inunda sus fosas nasales y... <<¡Oh, por Dios! Cuánto extrañaba este aroma. Cuánto extrañaba su cercanía y su calor corporal, sin duda la extrañaba como no tenía idea>>. Piensa, levanta la mano un poco y toma un mechón de cabello.

—Está es la manera de protegerme de ti —Se mueve rápidamente soltándose de su agarre. —Hace nueve años, bajé mis barreras ante ti, te permití acercarte a mí y te di todo el poder que poseía, te di todo de mí y me destruiste. Me rompiste el corazón, me dañaste, me arruinaste y no te importó —Lo mira con desprecio y rabia. —Te acostaste con otra chica mientras yo anhelaba que pasaran los días para estar en tus brazos. Los brazos que extrañaba y necesitaba, pero que eran ocupados por otra mujer. Yo te di todo de mí y lo arruinaste. No me pidas que actúe como si no me hiciste daño —Sale de la cocina encontrándose a Jazmine. De solo ver su rostro furioso siente algo de culpa porque seguramente escuchó las palabras que le dijo a su marido. —Yo...

—¿Te vas a disculpar? —Su mirada revela rabia y furia. —¿Eres tan descarada que serías capaz de disculparte por todas las palabras que le dijiste a MI marido? —Recalca. —¿Sabes qué? Lo único que provocas en mí es vergüenza. Delante de todo el mundo te presentas como una mujer poderosa e indestructible, pero eres una simple estúpida que se humilla ante un hombre felizmente casado —La mira con hipocresía fingiendo empatía.

—¿Felizmente casado? —Cuestiona fingiendo el mismo sentimiento.  —Sí estuviese felizmente casado no me mirará como si deseara llevarme a la cama y hacerme lo que a ti no desea. Sí estuviese felizmente casado, no te tratara como la incubadora de su hija. No te equivoques, querida, puede que a todo el mundo te le vendas como una blanca paloma, pero yo sé que es solo un disfraz y que en realidad eres un cuervo oscuro. No me importa que seas la esposa de Hades, si te metes en mi camino, no me detendré hasta destruirte —Cruza por su lado y sube las escaleras sin sentir remordimiento. <<¿Cómo pude ser capaz de decir esas palabras? ¿Cómo pude decirle a Hades esas palabras que vivían en mi mente? ¿Cómo pude ser capaz de amenazar a Jazmine? Me dejé llevar por mis sentimientos y nadie sabe que pasará después. Debo mantener la cordura y no permitir que mis sentimientos por Hades se interpongan>>. Se acuesta en su cama con intención de dormir, pero unos leves toques en la puerta se lo impiden.

—¡Pase! —Grita y ve como una de las empleadas asoma la cabeza. —¿Qué pasa?

—Señorita, alguien la busca en el recibidor.

—¿Quién?

—No lo conozco aunque dice ser amigo de usted, fue revisado y está limpio.

—Ok, bajo en seguida —Se levanta, acomoda su cabello tratando de calmar sus pensamientos y baja al recibir donde encuentra al último hombre que esperaba ver. —Doruk —Dice su nombre sin siquiera poder creer que se trata de él quién conversa con sus padres.

Hijos del Engaño.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora