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Amelia

No fue nada difícil cruzar las puertas, nos topamos algunos Negs pero no fueron un problema. Luego de escabullirnos por la oscuridad adentro de las puertas, los hermanos de Blake nos interceptaron.

Logré pasar solo yo. Lee y fiamma se encargarán de ellos. Camino un poco más en la oscuridad hasta que logro escuchar los gritos y lamentos de lo que sucede en la Ciudad. La estancia permanece en penumbras. Solo cuenta con una tenue luz que me permite ver medianamente.

No vengo a esconderme, vengo a enfrentar cara a cara a Oxe. Si él quiere que sea inteligente lo seré, lo manejaré de una forma que no esperará.

Me adentro en la ciudad aparentando que no quiero ser vista. Me cruzo varios Negs por el camino pero no me dan importancia. ¿Pero que...?

Confío en que sabrá que estoy aquí.
Y efectivamente la señal no tarda en llegar.

Alguien sopla mi oreja a mi espalda mientras doy un muy buen actuado respingo. Me giro para comprobar su presencia.

— Hola linda, por fin has venido a visitarme— muestra una muy satisfecha sonrisa que no combina nada con su apariencia.

Lleva una elegante camisa blanca desabotonada dejando a la vista su muy pálido torso y unos pantalones de cuero, sí, muy bonitos. Solo que su camisa blanca se ve opacada por las grandes manchas de sangre que la adornan.
Sus espesos ojos negros destilan curiosidad.

— Hola idiota con ínfulas de machista, ¿como estás?, ¿Cómo te trata la vida?, ¿Ya asesinaste a alguien hoy?, ¿Ya intentaste llenar tu complejo de inferioridad haciendo daño?— utilizo el tono más amable que encuentro.

Suelta una gran carcajada ante mis palabras.

— Estoy muy bien, ¿no lo ves?— alza sus manos señalandose— y no tengo ningún complejo de inferioridad te lo aseguro— niega genuinamente divertido.

— Vale, me da igual— peino un poco mi cabello con mis manos— le quitaste algo a mi novio y lo quiero de vuelta—.

— ¿hablas de su poder?— arruga un poco la nariz— espero no haberte causado tanto desgaste a la hora de manejarlo después de su pequeña transformación.

Reuno toda la paciencia que puedo.

— Necesito que me lo devuelvas, Oxe. A ti no te sirve para una mierda ¿Para que lo quieres?

— Las razones me las reservo por ahora ¿Me acompañas?— se ubica a mi lado tendiendome su mano.

Tras dudar un segundo, la tomo.
Se da la vuelta y empieza a salir de la ciudad, por el lado opuesto al que llegué. Nos metemos por un camino estrecho oculto, como una pequeña cueva.
Apoyo mi mano en la pared, buscando algún soporte en la superficie rocosa.

Trato de que la confusión no se me note al entrar por aquel sitio.

— Podríamos llegar en un segundo pero me gusta caminar— me cuenta como si me interesara— además, te perderías todo el espectáculo.

Estoy a punto de preguntar a qué se refiere pero la estancia se ilumina dejando a la vista varias habitaciones de cristal, a cada lado del sendero.
En cada habitación hay humanos.

Personas, con un estado gravísimo de desnutrición, sucios, desnudos, podría jurar que algunos están muertos.

Oxe me da una mirada de soslayo medio divertido.
Intento que la situación no me afecte. Realmente lo intento.

— Esto que ves aquí, es el área de alimentación— me explica.

— ¿Como que área de alimentación? Las personas...

Que Baile El Tiempo Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora