Que Baile El Tiempo Junto A Ti

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< Amelia >
< Amelia >
< Amelia >
< Te quiero Amelia >
< Confía en mí, Amelia >
< Confía >
< Confía >

Me despierto sentándome en mi cama, de nuevo esas pesadillas.
Han incrementado desde el día del desmayo de mamá.
Y el mío.

Cada vez son peores, cada vez se sienten más... reales.

Desecho esos pensamientos y me levanto dispuesta a hacer mi rutina de la mañana.
Ha pasado ya dos semanas desde ese suceso, y desde entonces he tratado de no pensar en eso pero es imposible.
Es más fácil ignorarlo, sé que no debería huir y afrontarlo pero Jordan se ha encargado de mantenerme distraída.
 
Se supone que hoy vamos a ir al cine por una nueva película que salió y quedó de pasar por mi en una hora  así que  debo apresurarme.

Bajo ya lista y arreglada dispuesta a esperar a Jordan, mamá está en la cocina tarareando una canción.

No he hablado mucho con ella desde lo sucedido, la verdad intento entenderla. Intento convencerme de que solo es una oportunidad para ella como las demas.
Pero me enoja que después de todo lo que pasó siga creyendo que estoy bien.

Que todo está bien

Me saca de mis pensamientos el llamado a la puerta, y voy corriendo hacia ella, me despido de mamá y de la abuela con la mano.

Jordan está ahí de pie con una gran sonrisa en su rostro.

—Hola guapa—me saluda Jordan dándome un beso en la mejilla.

—Hola—.

— ¿lista para hoy? — me dice mirandome de una manera extraña.

—si supongo — me encojo de hombros, sin entender.

Nos subimos a su auto y durante el camino hablamos sobre cosas  triviales, su infancia, la mía muy superficial, y  lo que quiere estudiar  cuando salga del instituto.

Avanzamos una par de calles y me doy cuenta que este no es el camino para el cine.
Me muevo mirando a mi alrededor inquieta.

—Jordan este no es el camino—le digo confundida.

—lo sé — me responde despreocupado.

—por eso, ¿a donde vamos?— le pregunto aun más extrañada.

—ya verás —me guiña un ojo.

Me recuesto de nuevo en mi asiento a esperar el lugar de destino.

Y me confundo aun más cuando se estaciona en un lugar que parece una casa abandonada, no en tan mal estado, pero abandonada después de todo.

Se baja y me hace una seña para que lo haga tambien.
Ingresa en la casa y lo sigo dandome prisa.

— Jordan —le llamo pero no responde.

Sigue caminando hasta llegar a una habitación, se introduce en ella y espera hasta que yo haga lo mismo.
Se voltea hacia la puerta y pone seguro.
La habitación es pequeña, sus paredes son blancas y tiene una cama en el centro junto con una mesita a su lado.

Trago saliva.

—sabes me gustas mucho Amelia— me dice con sus ojos fijos en mi.

— lo sé — le digo algo incómoda.

Se acerca y me besa bruscamente. No se lo devuelvo.
Se separa un poco para bajar por mi cuello dejando besos humedos en todas partes.

El entidimiento cae en mi como un balde de agua fria.