Capítulo 30. Separadas de nuevo

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Llegó el lunes y justo cuando estaba pensando en ir al despacho de Gabriela, la vio aparecer por el pasillo. Estaba preciosa, como siempre. Con unos vaqueros ajustados que le quedaban de maravilla, sus tacones y su bata de psicóloga sobre una blusa blanca muy bonita de seda que le marcaba bastante el busto. Iba con una toalla enrollada a su mano y parecía que la toalla llevaba sangre. De repente apareció un doctor que se ofreció a curar a Gabriela y ella iba a acceder si no fuera porque apareció en escena Adriana.

-Hola doctor Cifuentes, no se preocupe, yo la curaré.

-No te preocupes doctora Díez, yo lo haré con gusto - le recriminó el doctor. Por lo que parecía, se había quedado prendado de Gabriela y quería curarla él pero tenía otras intenciones con la auxiliar. 

-Si, doctora Díez, el doctor me puede curar, no se preocupe- le contestó Gabriela algo nerviosa. No quería que Adriana pusiera sus manos sobre ella. Si eso pasaba podía perder el control y eso no podía acabar bien si la doctora no quería saber nada de ella. Gabriela no era de piedra y tener tan cerca a la cirujana podía ser contraproducente para su entrepierna y para ella. 

-Yo te curaré, Gabriela. Por favor.

-¡Ah, que os conocéis! Entonces cúrela usted. Te llamas Gabriela,¿verdad? Encantado de conocerte. 

-Lo mismo digo, doctor- le contestó Gabriela educadamente- Y ahora sí me permite, me iré con la doctora. 

Adriana estaba enfadada con el doctor Cifuentes y podía intentar ser no tan evidente, pero joder, los hombres eran así, cuando una mujer les gustaba, perdían el norte. 

Gabriela siguió por los pasillos a la cirujana. Ésta encontró una consulta vacía así que aprovechó y se metieron las dos en dicha consulta. Gabriela cerró la puerta. Estaba atacada de los nervios. Ella iba a intentar mantener la compostura y mantenerse distante. Sobre todo si Adriana sólo la quería curar. El que la doctora Rodríguez cogiera esa maldita llamada, le había dejado el corazón hecho trizas. 

-Gabi, por favor, siéntate en la camilla.- Cuéntame, ¿Qué te ha pasado?- Adriana casi no podía ni hablar por tener tan cerca a la auxiliar. Llevaba dos semanas sin verla y ahora tenerla en la misma habitación que ella, la tenía totalmente descontrolada. Estaba más bonita que nunca.¡Carajos! ¡Cuánto la había echado de menos!!. Se dirigió a la puerta para echar el cerrojo. No quería que nadie las molestara. 

-Se me cayó un vaso de cristal al suelo. Se hizo añicos. Intenté coger los trozos más grandes y sin darme cuenta me corté. 

-Déjame ver la mano- se acercó todo lo que pudo a Gabriela. Sus alientos volvían a mezclarse, junto con las respiraciones de ambas. Adriana se fijó en cómo se movía el pecho de Gabriela cuando respiraba...se le notaba nerviosa. 

Cogió la mano de Gabriela y como siempre, una descarga se apoderó de ambos cuerpos. Era magia lo que provocaba el contacto de una con la otra. Y ambas lo sabían. Adriana le cogió la mano muy suavemente. No quería soltarla. Y no lo haría. La curó tranquilamente, mientras Gabriela no se atrevía a posar sus ojos sobre los ojos de la cirujana. Intentaba mirar todo el rato como le curaba la mano. Estaba embobada, con los ágiles y perfectos dedos tocando su mano y curándola. Esa mujer tenía un poder sobre ella que la dejaba descolocada. Y tenerla así solo para ella, en la misma habitación, le provocaba unas ganas de llorar que no podía controlar. Así que intentó retirar la mirada de las manos de la cirujana. Y cuando ésta acabó de curarla, se iba a levantar de la camilla pero Adriana se lo impidió. Por lo que casi se chocó una con la otra porque Gabriela pensaba que la cirujana se apartaría cuando la viera incorporarse de la camilla. Pero hizo todo lo contrario. Le cerró el paso. A Gabriela no le quedó otra que mirarla a los ojos. De nuevo azul- verde, verde-azul. Sus labios estaban muy cerca. Ambos bien hinchados y húmedos por la excitación de tenerse tan cerca. Adriana posó sus manos sobre los muslos de Gabriela. Ahora sí que ésta ya no tenía escapatoria. 

Descargas eléctricas. (1°Historia) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora