Rosa sabía que Gabriela llegaba ese mismo día a la ciudad. Estaba como loca por verla. Llevaban dos años sin verse, ya que Gabriela no quería volver a la ciudad por si se encontraba con Adriana. De momento no estaba preparada para verla.
Rosa y Gabriela habían quedado esa misma noche para verse, cenar en el Corazón Verde y ponerse al día. Gabriela le pidió que no dijera nada a nadie de su regreso. Por lo menos por ahora.
Regresaba ella sola a la ciudad. Nada más llegase, se pasaría a ver a su padre. Le iba a impactar ver los efectos de la enfermedad en el cuerpo de su padre. Pero era psicóloga y tenía las herramientas necesarias para llevar la enfermedad de su padre de la mejor manera posible. Aunque una cosa era ayudar a los demás, y otra muy distinta vivir ella el problema en sus carnes.
A Daniela aún le tenían que conceder el traslado y podían tardar mucho o poco en dárselo. Habían quedado que un fin de semana que Daniela no trabajara al mes, iría a ver a Gabriela. Se le iba a hacer duro estar sin ella, pero entendía perfectamente que estuviera al lado de su padre. Él la necesitaba.
Llegó la noche y el reencuentro entre Gabriela y Rosa. A la joven no le dio tiempo de cambiarse de ropa, pero aún así iba muy guapa con sus jeans ajustados y un suéter azul claro que le dejaba ver todo su abdomen.
Se dieron un fuerte abrazo cuando se vieron. Rosa seguía como siempre, pero Gabriela estaba guapísima con su nuevo corte de pelo. Se lo había cortado un poco más largo de la media melena. Su melena larga era preciosa pero había que reconocer que así también estaba guapísima, como siempre. Gabriela estaba cambiada, con algún kilo de más y se le notaba que había madurado en estos dos años. Así pues se le veía más mujer y más madura. Estaba impresionante.
Entraron al local y se sentaron en la mesa que habían reservado. Se pusieron al día al momento. Gabriela quedó con ella en que al día siguiente se lo diría a Laura y a Alba. Pero con Adriana de momento quería esperar. Aunque tarde o temprano se verían en la clínica.
Al día siguiente Gabriela llamó a Alba y a Laura para comunicarles que se encontraba en la ciudad y el mismo lunes empezaría a trabajar en la clínica. Les dijo el motivo por el cual había decidido regresar. Y también les dijo que no le dijeran nada a Adriana. Ellas respetaron la decisión de Gabriela. Además, no hablaron nada más sobre la cirujana. Quedaron en verse en el corazón verde una tarde de la semana siguiente. Tenían muchas ganas de ver a Gabriela.
Llegó el lunes y casi la hora de marcharse a trabajar. Gabriela estaba muy nerviosa. Tenía miedo de ver a Adriana. ¿Qué le diría si la viese?¿Qué le supondría verla?¿Le daría un vuelco al corazón?¿O por el contrario se daría cuenta que ya la habría superado?. Se dispuso a desayunar algo rápido porque aún tenía que elegir qué ropa se iba a poner, y no tenía mucho tiempo sino quería llegar tarde a su primer día de trabajo.
Decidió ponerse unos jeans muy ajustados. Le quedaban perfectos. Cómo había cogido algún kilo tenía unas piernas y un trasero que quitaban el sentido, porque ella seguía haciendo el mismo deporte que antes. Y para arriba se decidió por una blusa blanca entallada que le resaltaba el busto. Se puso un poco de maquillaje, perfume mandarina, se calzó unos botines con mucho tacón, y se fue para el trabajo.
Adriana también estaba en el turno de mañana. Esa mañana le costó mucho levantarse. Otra noche en la que había soñado con Gabriela y se había desvelado durante la noche. Después de dos años, aún seguía soñando con ella. Desde luego Adriana se dedicaba a trabajar, y poco más. Si podía, hacía guardias extra. No quería tener tiempo libre porque no sabía que hacer con él. Echaba tanto de menos a Gabriela que no sabía ni qué hacer cuando no trabajaba.
Esa mañana Adriana tenía que ir a hablar con la psicóloga de la clínica porque ésta tenía que ayudar a un paciente al que acababa de operar Adriana, para solicitar un tipo de ayuda relacionada con la operación que acababa de realizarle al paciente. Menos mal que no era Gabriela la psicóloga. Por eso mismo se relajó. Aprovechó a que tenía un rato libre para pasarse por el despacho de la psicóloga.

ESTÁS LEYENDO
Descargas eléctricas. (1°Historia)
Romance¿Puede una bella,madura y heterosexual cirujana enamorarse de una preciosa auxiliar de enfermería-psicóloga, mucho más joven que ella, nada más verla? ¿Puede surgir algo entre ellas siendo de diferentes clases sociales? Puede, pero tendrán que derri...