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Minah abrió los ojos, mirando a Daniel totalmente aturdida. Este no parecía tener conciencia de la gravedad de lo que acababa de revelarle. Estaba muy apaciguado, con los hombros relajados y el semblante a gusto. Ninguno de los dos había dicho ninguna palabra desde hace ya varios minutos.

Ella trató de concentrarse, de buscar alguna manera de entender el hecho de que... Wonho y Daniel fueran hermanos. Wonho nunca le había comentado nada respecto a un hermano suyo, y si lo había hecho, por supuesto que lo habría recordado. La situación era diferente. Habían demasiadas cosas que no encajaban y otras que probablemente tenían sentido si es que Daniel decía la verdad.

Mirándolo sin decir una palabra, pudo observar como Daniel abría desesperadamente el frasco de píldoras y tragaba un par de ellas sin necesidad de algún líquido. Sus manos temblaban. Su aspecto era el de un enfermo sin ningún tipo de ayuda. Desesperado, estúpido y maniaco.

- ¿No te ha gustado escuchar la verdad, Lee? – le cuestionó él después de tragarse las píldoras.

Minah lo vio reírse. Sus carcajadas llenaron toda la habitación, produciendo un gran eco. Verlo de esa manera, también le hizo pensar muchas cosas. Su enfermedad era totalmente notoria y tal vez... tal vez eso le estaba haciendo pensar que...

- Wonho no es tu hermano. – dijo ella en voz alta. Sus pensamientos habían hecho una conexión grande entre lo que debía y no debía decir. De inmediato lo vio caminar hacia ella con una ferocidad impresionante, con los ojos a punto de salírseles de órbita.

- ¿Crees que él iba a decirte alguna vez que tenía un hermano esquizofrénico? – Daniel cogió una vez más un mechón de cabello de Minah, arrastrándola para que pudiera mirarle. Ella trató de resistirse en soltar un gemido de dolor. – Somos casi familia, muñeca. – una media sonrisa se abrió paso en la boca de Daniel. Miraba los labios de Minah sin ninguna restricción, demasiado concentrado como para que Minah no se sintiera totalmente asqueada. - ¿Te imaginas lo tierno que hubiera sido una reunión familiar? Criminales, una zorra y un esquizofrénico.

- Tú no tienes la culpa de esto. – logró susurrar Minah, con los ojos cerrados debido a la proximidad de Daniel.

- Nací con una enfermedad, Minah. Siempre he vivido bajo la misma mierda todos los días. – sus manos apretaron fuerte el mechón de cabello de ella, y Minah no se resistió en soltar un grito de dolor. - Me regalaron a una estúpida familia de ancianos alcohólicos que lo único que hicieron fue arruinarme la vida en un centro de rehabilitación. – tragó saliva, cerrando los ojos y viviendo esa escena de su vida con un ardor inmenso en su garganta. - ¿Sabes que es lo peor? Tenía cuatro años.

- Fue lo mejor para ti... - la mandíbula de Minah temblaba. Quiso dejar sus palabras ahí, pero necesitaba decirle más. – Necesitabas ayuda Daniel... él... Wonho... ha tenido que lidiar con su propio padre por muchos años...

- Oh. – Daniel ladeó la cabeza, sonriendo con sarcasmo. – Eso suena tan difícil.

- Tú más que nadie sabes el tipo de monstruo que era.

- No trates de defender a un bastardo que mató a su propio padre.

- Mira todo lo que te hizo. - Minah alzó la voz. Y aunque sabía que él podía hacer lo que quisiera con ella, teniéndola en su posesión, no tuvo miedo de subir la mirada y enfrentarle. – Te abandonó con una familia a la que jamás le importaste. Él no era un padre, Daniel, él solo era un maldito psicópata.

- Tenía planes. – él tragó saliva. Soltó a Minah y se colocó de espaldas. Sus ojos ardían en un rencor interminable. – Eso fue lo que me dijo cuándo me dejó en una estación de tren en medio de la madrugada. – se abrió un silencio entre los dos. Minah quiso intervenir, mientras miraba a Daniel de espaldas. Pensó tal vez que este estaba llorando, pero de un momento a otro, Daniel se reía a carcajadas en frente de ella. - ¡Estaba borracho! – gritó mientras reía. – Y fumaba... - volvió a reírse, esta vez sin emitir ningún sonido. – Nos llevó a mí y a un Wonho de tres años, a una estación de trenes. – Daniel colocó ambas manos sobre su cabeza, enredándosela mientras reía sin control. Minah pudo notar que también lloraba, por el sonido determinante de su voz mientras soltaba las carcajadas. – El único problema, es que yo no volví casa.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2021 ⏰

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