ΦVΦ

99 8 0
                                    

- Tú nunca fuiste mi hijo.

- Basta, por favor. – rogó Dasom, colocándose de pie de la misma manera.

- ¿Quieres saber por qué estoy aquí? – Wonho caminó a pasos seguros. Los centímetros entre su padre y él desaparecían cada vez más. Y las cosas iban poniéndose más tensas. - ¿De verdad crees que quiero unirme de nuevo a tu mafia de mierda?

- No me sorprendería pensarlo.

- Ya no te tengo miedo, Lee SiDae. Y estando aquí, solo, y sin ninguno de esos cabrones que disparan por ti, te vez como un completo idiota.

Un silencio se hizo en la habitación cuando una bofetada volteó el rostro de Wonho hacia la izquierda. Un golpe fuerte. Que lo hizo reaccionar después de varios segundos.

- Luzco como un completo idiota, sí, está bien. Pero he jodido tu vida lo suficiente, como para tenerte aquí a punto de ponerte de rodillas para que deje a tu chica y a tu hija en paz ¿no es así?

Wonho endureció los pómulos. Sus manos se convirtieron en puños y sus impulsos volvieron a gobernar en él como hace tiempo no pasaba. Y de pronto se sintió de nuevo el viejo Wonho. Y no se arrepentía de haber aprendido a golpear y a disparar en tiempos pasados. Pero a la vez, tratando de ser tan duro y fuerte, quiso llorar. Quiso llorar por el monstruo que tenía al frente. Por la forma en la que por fin admitía que tenía a Eunbi secuestrada y que había estado persiguiendo a Minah todo este tiempo, solo para joderlo a él y lastimarlo a él. Y lo había logrado. Pero juraba, que esta sería la última vez que ese hombre le hacía daño.

- ¿Piensas que voy a rogarte?

- Quiero que te arrodilles. Hazlo, si quieres ver a tu hija.

- ¿Cómo la has encontrado? – preguntó un Wonho que de pronto estaba desesperado por ver a Eunbi.

- Contactar a tu ex fue la cosa más sencilla. Una mujer despechada es un peligro. – SiDae sonrió mostrando los dientes. – la morena nos dijo dónde podíamos encontrar a tu hija, y trabajó bien por un tiempo, pero luego se me hizo aburrido tenerla jodiendo todos los malditos días para que la sacáramos de aquí.

Wonho abrió los ojos... Mierda... no podía ser cierto. HyoSung...¿HyoSung estaba aquí?

- ¿Dónde está ella?

- Pudriéndose en algún cementerio de Paris. – ladeó la cabeza y se volteó, caminando en dirección contraria a Wonho. – no me servía en lo absoluto. – SiDae encendió un cigarrillo y se lo puso en la boca.
Y Wonho se quedó perplejo. El aliento empezó a faltarle. Empezaba a darse cuenta de que ese hombre de verdad estaba dispuesto a todo. Pero solo le quedaba una pregunta, antes de empezar con todo el operativo y verlo rendirse ante sus pies.

- ¿Por qué me odias tanto? – susurró, bajando la mirada hasta el suelo. Dasom se cubrió la cara y Jackson parecía incomodo en aquel lugar. El único que parecía pensar bien la respuesta era Lee SiDae, que votaba el humo hacia arriba. Aquella pregunta era la esencial para definir el rencor que le tenía. Y aunque él todavía no sabía con exactitud lo que sentía por Wonho, sabía que lo odiaría hasta el último día de su vida.

- Porque eres tan parecido a mí. Me recuerdas de todas las maneras. Y lo único que quiero hacer contigo es matarte. Porque uno más como yo, no es bueno para este mundo. Porque nunca debiste nacer. Porque jamás te quise. Y porque ahora, piensas que con solo irte y desaparecer con una familia nueva vas a olvidarte de mí. Pero no es así. Siempre voy a estar presente en tus malditos recuerdos.

Se quedó callado. Y sin querer, sus ojos se habían humedecido al decir esas palabras. Y los ojos de Wonho habían reaccionado de la misma manera al escucharlas. No había nada más que decir. Nada más que hacer. Todo estaba dicho, y ahora solo quedaba actuar.

TENTATION I | II | III | IV [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora