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El agua tibia cae sobre nosotros y salpica al mismo tiempo sobre el suelo.

Hemos hecho el amor una vez más. En la ducha. En la cama y otra vez en la ducha... y en cada mirada... en cada aliento y en cada palabra.

Acaricio el tatuaje que trae en la muñeca suavemente con los dedos. Minah está pegada a mi cuerpo y ha escondido su rostro en todo mi cuello. De vez en cuando me susurra un par de cosas que no puedo escuchar, pero que hacen cosquillas en toda mi piel.

Son las siete de la mañana y estamos desnudos, pegados el uno con el otro en un mismo lugar. Lo único que puede llevarnos al mundo real, es el sonido del grifo totalmente abierto y empapándonos.
Acaricio su cabello y mis manos bajan por toda su espalda. Repito el proceso una y otra vez, cuando de pronto siento los labios de Minah brindarme un beso en el cuello que me deja sin aliento y muy...muy excitado.

Se despega de mi cuello y por fin sube la mirada. Hemos estados callados, sin hablarnos o si quiera mirarnos por durante un buen tiempo. Y por fin... puedo entender por qué.

Está llorando. Su rostro está empapado en lágrimas y no he sentido ninguna por la parecida sensación que tienen sus lágrimas con el agua que cae de la ducha.

Me mira y mi estómago se contrae. Detesto tanto verla llorar. Aun así si llora junto a mí.

- ¿Por qué lloras? – le pregunto realmente preocupado y desesperado por saber si soy yo el que ha hecho algo mal y ha hecho que llore.

Minah se muerde un labio e intenta aguantar sus lágrimas. Mira a otro ángulo y se tranquiliza después de unos segundos.

- ¿He estado tan mal? – enarco una ceja. Es el primer pensamiento que se me viene a la cabeza y Minah se ríe de mi comentario, haciéndome sentir mucho... muchísimos mejor.

- No... claro que no. – me dice y se inclina para besarme los labios. Siento sus senos rozarme el pecho y me erección crece. Crece espectacularmente, despertándose después de una siesta.

- ¿Entonces?

- Es que te he extrañado tanto.

Mierda, no sabes cuánto te he extrañado yo. Pero me quedo sin palabras y la observo atónito. Sus ojos brillan y resaltan mejor el color de sus ojos. Me quedo sin aliento. Su mirada es preciosa.

- Pensé que nunca volvería a verte después de lo que hice. – baja la mirada y vuelvo a reaccionar.

- ¿Por qué no?

- Cometí demasiados errores. La gente como yo no merece segundas oportunidades.

- Todos mereces segundas oportunidades. – cojo su mentón con ambas manos y la hago levantar la mirada. Está llorando de nuevo. Mi corazón se estruja y hace que todo mi cuerpo se ponga tenso. – no llores... - le susurro en un intento fallido por calmarla. – ya pasó... ha pasado tanto tiempo... no te odio, no podría odiarte nunca Minah.

- Jamás te fallé. – me dice y me mira de nuevo a los ojos. – jamás tuve nada con I.M o con algún otro hombre.

Abro más los ojos y mi mente se nubla de recuerdos.
Maldición... este tema tenía que llegar en algún momento...

Mis manos bajan y las aprieto en un puño perfecto y duro. Necesito controlarme. Algo dentro de mí me proporciona la fuerza necesaria para hacerlo y de pronto estoy calmado y puedo escuchar atentamente sus palabras.

- I.M llegó esa noche para convencerme de estar en Tentation. Se quedó conmigo porque me aseguraba que le estaban persiguiendo y no tenía donde ir. No tuve opción... me dijo tantas veces que le ayudara y no sabía... yo no sabía qué hacer... - se detiene y me mira. Está arrepentida. – le dejé pasar la noche en el departamento y durmió en el mueble todo el tiempo. Me encerré en nuestra habitación y esperé a que tú llegaras para poder decirte que me iba...

TENTATION I | II | III | IV [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora