TENTATION I | II | III | IV [+18]

ΦXVIIΦ

  - ¿Crees que me acepten? – le preguntó Minah.

- ¿Viste la cara que puso cuando vio tu curriculum? Ya estás dentro.

- Jo.der, no era la mejor que había ido.

- Ten fé.

Ambas entraron al departamento de Minah después de que esta haya abierto la puerta. La cerró y se quitó el abrigo que traía puesto.

- Ponte cómoda, iré a dejar esto. – señaló el abrigo y caminó hasta el pasillo de habitaciones. Hyeri se sentó sobre el diván.

Entró a la primera puerta del pasillo. Su habitación. Encendió las luces y tiró el abrigo sobre la cama.

- ¿Tienes visita? – le preguntó Wonho desde el balcón. Tiró el cigarrillo sobre el suelo y exhaló el humo hacia el exterior.

Minah dio un pequeño saltito y entreabrió los labios suavemente.

- ¿Qué haces aquí?

- Hola bonita. – le saludó él, con una sonrisa preciosa en los labios. Caminó desde el pequeño balcón hasta donde ella se encontraba. Colocó ambas manos sobre sus caderas y la besó en la boca suavemente. Las manos de Minah intentaron palpar la puerta de su habitación por detrás. Cuando lo hizo, la cerró rápidamente sin dejar de besarlo. - ¿me extrañaste?

- ¿Tienes que entrar siempre por mi ventana? – le preguntó en medio del beso.

- Se me da mejor por ahí.

- Estás loco.

- Loco por ti.

Ella se ruborizó completamente.

- Loco... muy...muy loco por ti... - introdujo su lengua suavemente a la boca de Minah, que no estaba preparada para recibirlo. Así que chocó con su sonrisa.

- Wonho...

- ¿Mnh? – apretó aún más sus caderas con las manos y continuó besándola más y más intensamente. Sin detenerse. Estaba desesperado. Hace dos días que no se veían, Minah había tenido que arreglar el tema de su trabajo y conseguir otro en ese lapso.

- Tengo visita...

- ¿Quién? – le preguntó. Y se detuvo, al menos por un segundo.

- Una amiga... - le susurró ella. Sus manos se entrelazaron atrás de la nuca de Wonho.

- ¿Y es importante?

- Bueno...

- Es que te he extrañado muchísimo.

Minah tragó saliva y mordió su labio inferior sin darse cuenta. No podía con un hombre así. Tan tierno. Tan estúpidamente pervertido. Tan él.

- Yo también, mi amor. – le rodeó las mejillas con las manos y se comió sus labios a besos pequeños. Cortitos. Suaves. Aquellos que hacían que a Wonho solo le aumentaran las ganas.

- Entonces... no hay mucho que pensar... - la cargó de las caderas e hizo que sus pies dejaran de tocar el piso. Los labios de Wonho besaron lo más cercano que tenía ahora, los senos de ella.

- ¡Bájame! – gritó ella, pero no le molestaba. Al contrario. Su cuerpo había entrado en calor. Wonho rio fuertemente. No la bajaría. Podría tenerla toda la vida ahí y no se cansaría. – Wonho por fa...

Hyeri abrió de pronto la puerta de la habitación de Minah. Cuando lo hizo, sus ojos se abrieron, enrojeció y desvío la mirada.

Wonho dejó caer a Minah sobre el suelo lentamente. Esta también enrojeció. El único que parecía pasarle de pu.ta madre ahí, era Wonho.