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-¿Mouse estas en posición?-hable por el woki-toki que tenía en mi mano derecha. Espere unos segundos en mi posición y la voz de mi compañero se escuchó.

-Adelante aquí Mickous, ¿Pinera está en el castillo?-pregunto mouse.

Me levante con cuidado en la rama del árbol en el cual estaba escondida, y observar el castillo desde lejos. Agarre los binoculares y apunte a ciento diez grados hacia el noroeste con la finalidad de buscar una manera de penetrar al castillo.

-Repito, ¿Pinera está en el castillo?-pregunto Mickous de nuevo por el woki-toki.

-Denegado, imposible la entrada-dije observando todo el perímetro.

-¿Cuál es el ojo?-pregunto Mickous.

-Siete ogros posicionados en cada entrada del castillo, dos halcones en el tercer piso rango derecha y dos demonios colocados en las columnas de visión-dije claro observando como mis enemigos se movían de un lado a otro en busca de algo o mejor dicho en busca de alguien.

-¿Cuál será el siguiente movimiento?-pregunto.

Agarre el woki-toki y hable.

-Realicemos el plan abeja reina-dije empezando a bajar por árbol el cual me mantenía escondida.

-¿Plan abeja reina?, ¡Acaso estás loca mujer!-hablo Ronco un poco alto, haciendo que dejara de caminar para asegurarme si no había sido descubierta.

-Creo que eso ya te lo he confirmado, ¿no crees?-pregunte. Empecé a caminar sigilosamente y cuidadosa por entre las ramas más gruesas y entre los troncos de los árboles, mientras escuchaba la risa de mi compañero.

-¿Posición Pinera?-pregunto Mickous.

-A diez metros de distancia, ¿listos?-pregunte acomodándome en mi lugar.

-Listos, a tu señal iniciamos-dijo Ronco.

Espere unos cuantos minutos y empecé hacer sonidos con mi boca formando un único sonido de ave. Me quede quita los siguientes minutos hasta que mi manada llego al ataque, dejándome a mi sola con solo dos halcones y los dos demonios.

Me coloque en cuclillas, apoyando así mi pierna izquierda en el suelo doblada y la derecha extendida para estar cubriéndome entres dos troncos de aboles sicomoros. Apunte con mi C3A1 P-H hacia los halcones haciendo que cayeran, dejándome libre el techo.

-¡Que empiece la diversión!-dije a la nada, mientras corría por mi vida.

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Casi cinco horas de entrenamiento fueron lo que necesitamos mis hermanos y yo para regresar a casa a las seis y media de la tarde.

Cuando llegamos a la casa y estacionamos los dos escarabajos en la cochera, salimos de ellos con una sonrisa en nuestras caras. Todos veníamos muertos de cansancios pero sin duda había valido la pena.

-¡Hogar dulce hogar!-dijo Nick al entrar al recibidor de la casa, pase a su lado y camine hacia la cocina por un poco de agua.

Camine hacia el refrigerador para tomar una botella, después de darle un gran sorbo camine directo hacia la estantería y agarre un paquete de galletas y después salí de ahí.

Todos al parecer habían subidos a sus cuartos dejando sola la sala, subí por las escaleras comiendo una galleta. Pase por todos los cuartos y llegando al mío. Entre dejando la puerta abierta y camine hacia mi escritorio dejando ahí mi merienda.

Camine a mi closet y saque un poco de ropa de mi closet y camine hacia la ducha. Abrí las llaves y espere a que el agua este tibia y me metí. Me quede diez minutos de bajo del agua.

Ella la... ¿chica mala?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora