Depresión oculta

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Se veía una cortina blanca siendo movida suavemente por él viento adentro de la habitación estaba un joven de cabellos azules viendo en dirección a la ventana con una profunda tristeza sus ojos lo reflejaban. Pero ¿Que más podía hacer? No quería volverse una molestia, así que decidió guardarse ese dolor sobre una máscara.

¿Porque estaba así?

Sus abuelos, esas fantásticas personas habían muerto en un trágico accidente ellos era las únicas personas que lo aceptaban tal y cómo era, siempre había tenido problemas en casa, sus padres lo trataban mal, sus hermanos igual, tenía amigos y una pareja pero no les había dicho nada no quería ser una carga, empezó a recordar su última conversación con su abuelo, solto una lágrima por fin tuvo ánimos de levantarse se puso de pie y se dirigió a la ventana.

Siempre había ignorado su dolor por él conocimiento de saber que a nadie le importaba. Se paró en la ventana mientras un viento suave acaricio su rostro y una voz le decía.

"Si saltas todo estará bien. Ya no sufrirás además nadie te va a extrañar, ¿Quién te quiere? No eres nadie.

Otra vez escuchaba esa voz en su cabeza, desde hace mucho tiempo la había escuchado pero no había tenido la valentía para tratar de quitárse la vida, pero ahora lo haría.

Milo: hoy volare... - Susurró mientras él viento golpeaba suavemente su rostro, a lo lejos escuchó que tocaron la puerta.

Camus: Milo por favor sal, necesitamos hablar no puedes seguir así amor, déjame ayudarte... - le dijo desde afuera más él no respondió.

"Que más da, estás sólo, házlo nadie va a extrañarte"

Le seguía diciendo esa voz en su cabeza, Camus presintiendo él peligro empezó a tratar de abrir la puerta más no pudo.

– afuera –

Camus: Milo por él amor de Zeus sea lo que sea que pienses hacer no lo hagas - decía angustiado, tratando de abrir aquella puerta, fue a la cocina corriendo para tomar algo y romper la maldita perilla - sabía que no debía dejarlo sólo. Algo me decía que le estaba pasando algo... - se reprochaba mientras intentaba abrir.

Dando un golpe muy fuerte a la perilla con la hacha que tenían para incendios ingreso a la habitación corriendo, sólo para darse cuenta que estaba apunto de tirarse por la ventana a causa de la depresión sonriente que él padecía, ¿Cómo sabía que tenía este mal? Bueno había investigado y había descubierto la existencia de este extraño mal y sabía que Milo tenía todos esos síntomas.

Uno de sus primeros síntomas era que él individuo quien traía este mal era que parecían no estar deprimidos ellos sonreían y eran llenos de vida.

Pero al estar solos esa máscara caía eh lloraban con amargura. Camus recordó despertarse todas las noches sólo para ver a su compañero llorando en una esquina, creyendo que nadie lo veía.

Otra era que ahora explotaba muy rápidamente, no se le podía decir nada porque ya gritaba y se alteraba por cualquier cosa, lo veía distraído, en su trabajo tenía que ayudarle porque se le dificultaba mucho y la cerecita del pastel era que estaba olvidando todo prácticamente, ya que hace poco había sido su aniversario de bodas pero él, siendo alguien que siempre le tenían preparada una sorpresa ese año, lo sorprendió por saber que lo había olvidado.

Se había vuelto muy negativo, una persona muy hipócrita cuando él jamás había Sido así y Camus notó que había empezado a tomar cuando él jamás lo había hecho.

Corrió en su dirección justo cuando iba a tirarse y logró detenerlo y meterlo de un sólo jalón de nuevo a la habitación caendo en él suelo bruscamente, lo abrazo con toda la fuerza que tenía mientras que él mismo comenzaba a llorar debía ayudarlo, no podía perderlo, no lo soportaría, jamás se lo perdonaría, Milo por su parte correspondió dicho abrazo mientras se ponía a llorar amargamente mientras se aferraba a su compañero negándose a soltarlo, Camus se levantó despacio y lo cargo en brazos con dirección a la cama donde se acostó con él.

Camus: Milo por favor no vuelvas a intentar hacer esto de nuevo, no quiero perderte no lo soportaría - le dijo llorando.

Milo: mis papás me odian por lo que soy, por haberme enamorado de ti, mí único apoyó ya no está Camus, no tengo motivo para seguir viviendo.

Camus: ¿yo no cuento oh qué chingados? - preguntó molesto.

Milo: perdóname, ya no puedo con ésto, siento que me estoy muriendo - le dijo llorando.

Camus: mañana iremos a terapia ¿Si? Vamos a estar bien, saldrás de está, yo estoy aquí para apoyarte, jamás voy a dejarte sólo mí vida, pero no me dejes ya no hagas estás cosas. Deja de cargar con esto tú sólo, entiende te estás dañando.

Los dos se quedaron ahí acostados en la cama y abrazaditos, Camus en ninguno momento lo soltó, a la mañana siguiente fueron al psicólogo sólo para darse cuenta de que efectivamente, Milo padecía la muy extraña depresión sonriente, siguieron él tratamiento al pie de la letra Camus se encargó de éso.

Mientras lo cuido y le dió él amor que necesitaba después de cierto tiempo Milo se vió recuperado y pudo seguir con su vida, pero Camus seguía al pendiente de él.

Sé que la vida es fatal en muchas ocasiones nos volvemos de metal aparentando que no pasa nada hay
tantas cosas que envenenan nuestra salud mental

La creencia social de que nada está mal es lo qué muchos de nosotros decidimos aparentar.

Entiende que Sufrir es parte de la vida
no debes esconder tras una sonrisa
falsa toda tu aflicción se que hay veces que es muy difícil pero.

Deja de cargar todo el peso en tus hombros te estás dañando y van a quedar en escombros tus sueños. Aprende a vivir, ama, sueña, creé.

Y ten por seguro que esas personas que en tú vida ya no están, te observan desde algún lugar esperando verte triunfar, tus verdaderos amigos te aman y recuerda que siempre habrá alguien que esté al pendiente de tí aunque sea en secreto.

By: Shun de Andrómeda 123.

Dolor Y Amor OneShots {Camus X Milo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora