El elefante en la habitación está creciendo. (Marcela POV)

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Que buena fiesta te agarraste anoche, Marcelita...

Desperté con la ropa puesta, en la cama que seguramente deshice punto briaga la noche anterior, Beatriz no estaba, o al menos eso parecía después de haber recorrido la habitación con mi vista borrosa. Me levanté, me quité la ropa apestosa a alcohol y dispuse a bañarme.

"¿Qué mierdas pasó ayer?" No podía dejar de repetirme esa frase, solo recuerdo que me quedé dormida en el uber cuando subimos Beatriz y yo, estoy volviendo a las andadas y no me gusta a donde me lleva ese camino, NO MAS ALCOHOL POR UN BUEN RATO.

Salí, me envolví en la bata, me sequé el cabello y busqué ropa para la cita con bienes raíces, ¿Donde se habrá metido Beatriz?... ¿Donde mierdas habré dejado mi teléfono?... ¿DONDE MIERDAS HABRÉ DEJADO MI DIGNIDAD AYER?...

Me puse un vestido floreado, unas zapatillas blancas y me alisé el cabello, cuando terminé mi maquillaje entró ella con el desayuno.

-Buenos días.
Forcé una sonrisa porque dentro de mi ser, Marcela seguía inconsciente.
-¿Dormiste bien? Te traje esto, un jugo rico en frutas, un suero y unos chilaquiles, tienes que reponerte porque en una hora tenemos que vernos con los Bastarrachea.
-Beatriz, ¿Qué pasó ayer?
Se quedó en silencio un rato y me dio la espalda para cerrar la puerta.
-Pues, fuimos a un Bar y terminaste inconsciente de regreso al hotel, la verdad no sé de donde saqué fuerzas para cargarte hasta la habitación
-Pero, ¿solo eso?
-Eh... Si, ¿Por qué?
-¡Qué alivio! Gracias por cuidarme, te prometo que voy a calmarme con la bebida un rato.
-Sabes que no iba a pasar nada malo si estaba ahí contigo. Voy a cargar mi celular y a hablar con mis papás, ten el tuyo, me lo llevé para que no te molestara si llegaba a sonar.
-¿Ya desayunaste tu?
-Si, desayuné abajo en el buffet, digo, fue gratis, los Rincón no desperdiciamos.

Se fue al otro lado del lugar para conectar su celular, mientras me atragantaba con el desayuno por alguna razón no podía dejar de pensar que algo estaba ocultándome.

Terminé y me lavé los dientes, me retoqué el labial. Estábamos listas para irnos pero no le dije nada de mis sospechas. Estaba sentada en el sofá viendo hacia afuera, y conforme me acercaba identifiqué que no estaba sola, estaba hablando por teléfono.

"¡Marcelita! ¿Como estás?" Distinguí esa voz rasposa desde el móvil.

-¡Don Deme! ¡Hola! Beatriz no me dijo que era videollamada.
Me acomodé detrás de ella para seguir la llamada, extrañamente mi corazón se aceleró.
-¿Ya mero se regresan m'ija?
-Aún no, pá, faltan unos días.
-Marcelita, cuídame mucho a mi Betty.

Volteé a verla y ella a mi, estábamos muy muy cerca, nos sonreímos y seguimos platicando con sus papás un rato hasta darnos cuenta que ya casi era hora de irnos.

-Voy a pedirnos uber, Marcela.
-Va, gracias, voy por mi bolsa y te alcanzo.

Nos subimos al auto y nos dirigimos a las oficinas donde nos habían citado. Ella seguía muy rara, casi no hacía contacto visual conmigo, aunque, viéndolo bien, ella se la vive apreciando todo el paisaje en el trayecto, han de ser alucines míos.

"Llegamos, Beatriz".

Dijo el conductor, me iba a molestar porque la llamó por su nombre, después me acordé que la aplicación se lo dice, MIERDA, MARCELA, ¿QUE TE PASA?... Ella pagó y bajamos, abriéndonos paso en una oficina bastante... NICE, la vibra se sentía como si fuera un lugar imponente, poderoso, cosa curiosa.

Beatriz se adelantó un poco para llegar a recepción y que nos pasaran a la oficina. Me hizo señas para acercarme y una secretaria nos acompañó a una puerta de vidrio, la abrió y nos indicó que los Bastarrachea llegarían en cualquier momento, que tomáramos asiento.

Solo negocios: B.E.N.Y. [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora