No todo son cuentos de hadas. (Marcela POV)

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Armando dice que me alzó en brazos cuando llegó la ambulancia. Pasé la tarde sedada. Según lo que él me comentó, me doparon porque mis signos vitales estaban muy alterados.

-¿Armando?
-¡Marce! ¡Al fin! ¡DOCTOR! ¡ENFERMERA! ¡YA DESPERTÓ!

Llegaron a monitorearme y revisarme, ya estaba mejor.

-Gracias por estar aquí.
-¡Tremendo susto me metiste! ¿Qué te pasó? ¿Qué viste? Los doctores me hicieron muchas preguntas pero no pude explicarles bien qué pasó, porque ni yo mismo comprendía.
-Tenemos que hablar... Bueno, me tienes que escuchar.

Ahí va una Marcela jodida mentalmente a revivir el trauma, una vez más. Veinte minutos después y el llanto no nos dejaba decir palabra.

-Marcela, perdón, desde el fondo de mi corazón, lamento haberte abandonado en ese estado tan inconveniente, tan vulnerable, no debí dejarte sola, soy una basura.
Puso su cara contra la cama hospitalaria donde yo yacía. Solo sollozaba.
-Ya pasó, Armando, nadie tiene la culpa mas que ese infeliz.
-¿Y? ¿Lo denunciaste?
-Hace meses pero todo quedó inconcluso.
-Pues no se si te sirva de consuelo, pero es probable que vaya preso por el desfalco de V&M, la investigación se va a dirigir a él, gracias a las declaraciones que hicimos, sé que no es tu batalla ganada, pero...
-Con que esté tras las rejas yo estaré satisfecha. Pinche basura que eres, Calderón, TE ODIO.

En el transcurso de los próximos días me dejaron ir a casa, me comentaron que por ver a Calderón tuve un Surmenage, eso junto la presión del trabajo. Armando me llevó a descansar.

-Gracias por traerme.
-No hay de qué. Te debo mucho.
-Necesito que avises en la empresa que me voy a ausentar unos días.
-¿No prefieres hablarlo tu personalmente con la presidenta?
-No, no quiero molestarla así. Por favor, hazme esa diligencia.
-Cuenta con ello, y desbloquéame de tus contactos, voy a estar llamándote para ver como sigues, salgo a V&M a cumplir con lo que me pides y a ver a mi papá.

Salió y yo me quedé tirada en el sillón a sopesar todo de nuevo, retomé mi tratamiento y al parecer a terapia también debo volver.

De Patricia ya no supe nada desde aquel mágico y cómico evento musical DONDE NOS ROBÓ. Daniel pasó a verme, estuvo un rato haciéndome compañía y Malú va a volver dentro de unos días... Espero.

Estaba navegando entre mi consciencia cuando tocaron el timbre.

-¿Beatriz?
-Disculpa, tal vez no debí venir.
-No, no, nada de eso, digo, por algo estás aquí. Adelante.

Qué vergüenza que vea la casa así, toda desmadrada.

Hablamos un rato y terminé contándole la desgracia de Calderón, me refugié en sus brazos y permanecimos juntas un largo momento. Se sentía como antes, la sentía como antes.

-Discúlpame todo, Beatriz, no dudo en decirte que la vida se ha encargado de recordarme lo imbécil que fui al dejar que ese malentendido inmenso cambiara todo para mal entre tu y yo.
-No hablemos de eso, no quiero hablar de nada, no es el momento.
-¿Y cuando será el momento?
Me separé de ella y la vi de frente.
-No lo sé, quizás no llegue nunca, pero es desgastante que te estén repitiendo una y otra y otra vez aquello que ya no vale la pena.
-Está bien, disculpa. Gracias por venir a verme.
-No hay de qué.

Nos quedamos en silencio, ella tenía su brazo rodeándome y yo no me sentía mal con ese momento, al contrario, me sentía extrañamente consolada. La ausencia de palabras se compensaba con la cercanía. El anochecer llegó y nosotras dormíamos en el sofá.

Solo negocios: B.E.N.Y. [Parte 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora